Desobedecer el consenso y reconfigurar el mapa político en Puerto Rico
A todas luces, los y las líderes tradicionales de las tres fuerzas políticas hacen un llamado al orden, a obedecer la línea de partido, o a seguir las prácticas tradicionales basados en principios “eternos”, obviando así la coyuntura histórica y política que contextualiza la práctica de todo principio ético.
Sin embargo, nos honran con sus quejas, pues demuestran que algo hacemos bien y que se les va el monopolio político de las manos. Estas reacciones y llamados al orden visibilizan las grietas de tres discursos y formas de liderato que insisten en encuadrar la lucha por la justicia social (que incluye la descolonización) en tres “fórmulas de estatus” dictadas de “arriba hacia abajo” y con voz masculina. Otras fuerzas políticas se asoman, y van cuajando expresión y fuerza.
Las vimos en el teatro de la Universidad de Puerto Rico, las vemos en las redes sociales y en la calle. Son desobedientes con criterio propio, y no titubean al momento de juntarse para luchar en contra de la dictadura del capital financiero, a favor de la profundización de la democracia, por los derechos de las mujeres, por la justicia ambiental, en contra del colonialismo y el racismo, a favor de la comunidad LGBTTQ, en contra de la “codicia de la clase billonaria”, como dice Bernie Sanders, en contra de Wall Street, y a favor de los pobres y la clase trabajadora.
La campaña de Bernie Sanders llamó a un “political revolution” y le tomamos la palabra. Nos sumamos a múltiples grupos y luchas para incluir las nuestras, rompiendo así la hegemonía de los partidos y los líderes locales. Desobedecemos el llamado al orden de los poderes político partidistas. Agüémosle la fiesta Hillarista, y salgamos a ganar en unas elecciones históricas que definirán, no solo una parte importante de las condiciones sociales en los Estados Unidos y Puerto Rico, sino también del mundo.
Participemos de la reconfiguración del mapa político mundial. Contra el neo-fascismo de Donald Trump, contra el neoliberalismo depredador de Hillary Clinton, votemos por el socialismo democrático de Bernie Sanders, el cual, además, se opone de forma contundente a la Ley “PROMESA,” un proyecto dictatorial y que propone una junta de control fiscal que prácticamente nos gobernará al tiempo que anula nuestras leyes y se posiciona por encima del gobierno electo. Que esta elección primarista sea solo el comienzo de una plataforma heterodoxa y plural para la politización ciudadana fuera de los dogmas de partido y enfocada en la justicia social, aquí y ahora.
* El autor es uno de los integrantes de Convergencia por Bernie Sanders.