Dinorah Marzán, siempreviva
A Porfirio y a Lester, niños de Culebra siemprevivos en la memoria de Dinorah
“A las cuatro de la tarde vienen todos los pájaros del
mundo a este lago que se metió en mi vida como tú.”
–Dinorah Marzán
Aquella hermosa foto de los pemón fue la imagen que le regalé a Dinorah el día en que finalmente volvimos a encontrarnos tras una breve pausa, por “causas ajenas a mi voluntad”. La foto me la había obsequiado un compañero tras su viaje al Festival de la Juventud en Venezuela y era una foto mágica, pues borraba las tristezas y los sinsabores que suelen acaecer en la vida. Aquella tarde celebrábamos la recuperación de Dinorah, que —según ella me contaba— ya marchaba por buen rumbo.
Le creí. Por eso, decidí ir a la actividad a la que me había comprometido asistir esa noche. Había dudado en cumplir, porque mi ánimo no se componía para llegar allí debido a la situación tan complicada por la que Dinorah atravesaba. Ella insistió en reafirmarme que el tratamiento estaba dando resultado y ya había mejoría. Entonces, me fui tranquila. Además, le había dejado la imagen de los pemón. La había mandado a preparar mediante la tecnología “giclée”, y había quedado hermosa, con todas sus tonalidades de gris y excelente contraste. De seguro, esas sonrisas indígenas la animarían.
Casi a la medianoche recibo una llamada de urgencia: Dinorah estaba en el hospital, en sala de emergencias. Salí de la actividad a toda prisa; una compañera me dejó allí poco después de la medianoche. Ya se iba haciendo domingo…
El cuadro era de cuidado. De seguro la moverían a la unidad de cuidado intensivo tan pronto hubiera cama. Conversábamos muy poco. Al amanecer vendría alguien a estar con ella. Mientras, compartíamos minutos eternos de inquietudes, ninguna pronunciada explícitamente. Siempre fue así. Nos hablábamos recurriendo a las imágenes, a las canciones, a los versos, a los recuerdos… Cerca de las seis de la mañana me despedí. Yo debía procurar encontrar un medio de transporte para regresar a mi casa e intentar desentumecerme —tras haber asumido la rigidez de la silla del hospital— y trataría de descansar un poco.
Así comenzó una jornada intensa, preocupante y extensa en el mes de mayo de 2006, que duró muchas lunas. En el hospital conocí a seres importantes en la vida de Dinorah. Durante un mes vivimos horas de vigilia, anhelando su recuperación, aun ante el cuadro desesperanzador que los médicos presagiaban. Dinorah estaba consciente de la situación. Como médica, conocía perfectamente lo que estaba pasando y lo que se esperaba en el futuro inmediato. Pero, desde todos los flancos emergió un frente de resistencia. Y desde Dinorah emanaba una fuerza descomunal para resistir.
Los amigos y compañeros de Dinorah recorríamos los pasillos del hospital y hacíamos tertulias en el patio, cada cual ofreciendo energías, oraciones, hechizos, lágrimas, poemas, canciones, en fin, todo aquello que pudiera fortalecer las mentes, corazones y espíritus para amarrar a Dinorah a este mundo. No podíamos dejarla ir. Los médicos, comprometidos, se esforzaban en cumplir la misión que habían asumido. Surgió la presencia de “Miss Camacho”, la supervisora de enfermeras de la unidad de cuidado intensivo. Su dedicación y vocación se mantiene en el recuerdo de quienes la conocimos, afanada en la recuperación de nuestra amiga. Todos estos empeños se juntaron para avivar fuerzas.
Los amigos de Dinorah éramos de extracción variada, de ambientes tan distintos como las ciencias naturales, las artes escénicas y la tecnología —solo por mencionar algunos. Cada uno tenía una imagen distinta de quién era Dinorah. De repente, comenzamos a compartir anécdotas, experiencias, y así, entre todos, fuimos armando un mosaico con piececitas de los distintos elementos que conformaban a nuestra amiga. Surgió un mosaico tornasolado, una Dinorah de proporciones monumentales.
Y la historia no tuvo fin. Dinorah, por segunda ocasión en su vida, había vencido los presagios latentes. Era una siempreviva.
Ocho años más tarde —también en el mes de mayo, un día 26—, dicen que Dinorah se ha ido. Quienes la conocieron no lo creen posible. Y si así fuera, no habrá olvido que valga. Ni siguiera su Olvido 140: “Voy a saciar la sed de ti bebiéndome tu olvido.”
Dinorah, siempreviva. ¿Por qué la recordamos?
Por su sencillez, por su sensibilidad, por su poderosa fuerza creativa…
Por su poesía, que es prueba de amor y vida.
Por conservar secretos y confidencias con lealtad.
Por no poner límites a su capacidad para soñar.
Por su lucha por la Libertad y por la Patria.
Por su amor por Filiberto Ojeda Ríos.
Porque en ella vivían y recitaban revolución y poesía Juan Antonio Corretjer Montes y Julia Constancia Burgos García, en remolinos impetuosos, tanto para la poesía como para la revolución.
Por su inevitable y derrochadora música, que parecía ser una condición congénita en ella.
Por sus añoranzas de Maelo, en especial aquélla sobre el día en que el hijo de doña Margó salió a buscar cigarrillos y luego apareció en Panamá.
Por sus tertulias con Tite en Radio Universidad, la que siempre fue la casa de los amigos.
Por su entusiasmo por las interpretaciones de Tania Libertad.
Por su irrefrenable afición por el arte de Martirio y la fascinación con su clandestino personaje con gafas de sol.
Por su apego por las tortugas y sus constantes observaciones envidiando ese caminar tan pausado que tienen esos animalitos.
Por su imperecedero miedo a los perros y la candidez con que lo expresaba.
Por sus relatos extraordinariamente sencillos y conmovedores, como el del guardia de seguridad en Culebra que batallaba con la enorme cantidad de mariposas que invadieron su caseta de vigilancia. “¿Tú te imaginas que imagen más fantástica?”, decía.
Por su devoción por su antiguo San Mateo de Cangrejos y por sus esfuerzos de reanimación, nunca de rescate, de su amado Santurce moderno.
Por sus intercambios en los semáforos, cuando compartía con quienes habían hecho del consumo de drogas un hábito. Por esas conversaciones, consejos, o simplemente porque los escuchaba, como los vecinos que eran.
Por compartir su comida con los deambulantes, no solo los que se cruzaban en su camino, sino los que se empeñaba en encontrar después de dar vueltas por las calles santurcinas hasta entregar el plato de comida que llevaba en el carro.
Por su capacidad para cuidar a su prójimo, a la humanidad. Por sus labores como salubrista, por sus orientaciones y trabajo en el manejo de emergencias a nivel nacional.
Por su dedicación a las islas-municipio, en especial, a Culebra, donde hizo vida permanente para laborar en el centro de salud de la Isla Chiquita.
Por cuidar de los niños de Culebra, tras el paso del huracán Hugo, y darles fortaleza para enfrentar las dificultades, especialmente, por acariciarles el alma y ofrecerles sueños y esperanzas, alejándolos de los dolores de la tragedia. Y por ser parte de los esfuerzos para que los Tres Reyes Magos pudieran llegar de la mar a la playa culebrense para compartir con los niños ese siguiente 6 de enero.
Por su dolor tan intenso ante la pérdida de Jacquie, —una teatrera y ser humano excepcional, de voz suave y serena, cómplice sanadora de los niños de Culebra—, quien murió demasiado joven porque un conductor ebrio embistió contra su fragilidad en la oscuridad de un 30 de junio, en la carretera 30, hace ya siete años.
Por sus visitas y ceremonias en el Jardín de los Siemprevivos —un espacio amparado por una bandera puertorriqueña— donde hay sembrados árboles en recuerdo de personas muy especiales que ya no habitan este mundo. Dinorah soñaba con sembrar allí árboles escogidos a imagen y semejanza de compañeros y amigos queridos ya fallecidos.
También por su dedicación al Bosque de los Siemprevivos, tierra que alberga a los hijos e hijas que fallecieron por causas violentas, y que recibe a los padres que acuden a sembrar árboles, en un proceso de alivio, vida y esperanza para continuar la jornada…
Por su defensa de nuestra tierra, de las aguas, de los árboles, especialmente, de El Yunque cuando era amenazado:
“Ésta no es tierra de nadie, tiene dueño, son federales.
Que otra cosa sería si fuéramos nosotros
Los dueños de la sombra,
De todos estos árboles,
Los amos y señores de esta agua…”
Por sus relatos sobre las aisladas comunidades indígenas mexicanas con las que compartió cuando ejercía sus prácticas de medicina.
Por su recuerdo de la indiecita mexicana que se empeñó en tener tres orificios de pantalla en cada oreja porque justo así los tenía Dinorah.
Por sus recetas de ensaladas de mariscos con cilantro y sus tacos mexicanos genuinos y el mole poblano.
Por sus artes sanadoras, sus terapias alternativas, por usar la poesía, el teatro, la música y las artes gráficas como herramientas para la sanación, especialmente tras los efectos devastadores que dejan los desastres naturales o artificiales en los niños.
La recordamos por tantas y tantas otras cosas…
Pero, debo dejar que sea Dinora quien hable de sí misma:
Ficha Biobibliográfica de Dinorah Marzán
Por Dinorah Marzán
- Mujer mestiza.
- Natural y vecina de San Mateo de Cangrejos, Santurce, Puerto Rico.
- Músico, Poeta y… Graduada de Medicina en México.
- Primer premio en el Certamen de Poesía del Instituto Politécnico Nacional, México, 1981
- Forma parte del Poemario de la Mujer Puertorriqueña del Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan, P.R. 1979. Sobre su participación en este poemario Doña Josefina Rivera de Álvarez señala en el texto Literatura Puertorriqueña: Su Proceso en el Tiempo (Ediciones Partenón, 1983). «La poesía de su pluma que se recoge en el Poemario de la Mujer Puertorriqueña refleja en su fondo inquietudes de orden social y político, y apoyos temáticos y lingüísticos en la realidad del país.»
- Mención honorífica en el Certamen de Poesía de la Revista Mairena 1994.
- Ha publicado en periódicos y revistas en y fuera de Puerto Rico.
- Su trabajo se encuentra en varias antologías de poesía de Puerto Rico.
- Fundadora del Taller Editorial Y PUNTO, colectivo editorial especializado en publicaciones de libros-arte de edición limitada.
- Diseñadora y » propietaria» del Colmado de Versos, estructura móvil donde se venden poemas al detal. Este proyecto fue auspiciado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña.
- Propulsora en Puerto Rico de sicoterapias alternativas entre las que figuran: poesía terapia, músico terapia, psicodanza, técnicas psicodramáticas, aromaterapia, terapias lúdicas y psicoimaginación.
- Ha ofrecido talleres de poesía terapia para el Centro de Artes Rehabilitadoras, Inc. y el Instituto de Cultura Puertorriqueña.
- Además ha ofrecido talleres de poesía en comunidades de alto riesgo a poblaciones especiales: niños y adolescentes de residenciales públicos de San Juan, Ponce, Humacao y Mayagüez, pacientes mentales y confinadas, combinando su experiencia en el manejo de crisis sicosocial. Estos talleres han sido ofrecidos con el co-auspicio de la Corporación de Renovación Urbana y Vivienda, el Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Fundación de Puerto Rico.
- Fundadora y Directora Ejecutiva de C.A.R.E. Centro de Artes Rehabilitadoras, Inc. Institución sin fines de lucro que reintegra a las artes a los procesos psicoeducativos, terapéuticos y de rehabilitación.
- Compositora de música para obras de teatro y espectáculos de danza moderna y danza experimental. Sobre su trabajo como compositora en la obra El León y la Joya, Lydia Milagros González en el artículo periodístico África en Puerto Rico (Periódico Diálogo, septiembre 1989, págs. 26, 27) señala: «Hay además que mencionar al menos, algunos de los valores creativos que hicieron de esta experiencia una feliz. Además de lo innovador en la realización de la escenografía ya mencionada, hay que alentar la creación musical de Dinorah Marzán…»
- Músico Percusionista
- Poemarios Publicados:
- Poemas en Lágrimas (México, 1975) Edición de la autora
- Cosas y Versos (bolsa poemario) (México, 1983) Libro artesanal, impreso totalmente a mano, de edición limitada a cien ejemplares.
- Misil de Letras Anti nucleares Antología especial en saludo a la Primera Caminata en Contra de las Armas Nucleares. (Puerto Rico, 1985. Taller Editorial Y PUNTO)
- 8.1 Hecho por México (México 1985, Taller Editorial Y PUNTO) Poemario hecho en solidaridad con el pueblo mexicano tras el Sismo ocurrido en septiembre de 1985. Edición limitada a 300 ejemplares, no para la venta, repartidos en actividades multitudinarias pro damnificados.
- Poemas a el amor, Poemas ante el amor, Poemas con amor, Poemas contra el amor, Poemas de amor, Poemas desde el amor, Poemas donde el amor, Poemas en el amor, Poemas entre el amor… Subraye el título deseado. (Puerto Rico, 1986). Libro artesanal de edición limitada a cien ejemplares.
- Versado y de Larga Duración (homenaje póstumo a Ismael Rivera, el Sonero Mayor (Puerto Rico, 1987). Libro artesanal, presentado dentro de una carátula de L.P. en edición limitada a 200 ejemplares.
- Actualmente está preparando una antología de su trabajo.
Posterior a esta nota biográfica, Dinorah publicó su poemario “Olvido”, del cual preparó una presentación audiovisual.1 Conocer un poco más sobre sus ideas es posible en la entrevista “Política de la belleza: Entrevista con Dinorah Marzán”.2 Y sobre su pensamiento, sus versos, sus escritos y su obra, en su página digital.3
Parece ser que el nombre Dinorah es de origen arameo y significa luz o iluminada. Quienes llegaron a conocerla eran conscientes de que la amiga, compañera de lucha libertaria y de justicia social, protectora de los árboles y cuidadora de las mentes era un ser de luz que habitaba entre nosotros.
- http://dinorahmarzan.com/post/66051628623/video-promocional-del-poemario-olvido [↩]
- http://dinorahmarzan.com/post/66297087442/nuestra-aparente-rendicionqueremos-construir-paz-y [↩]
- http://dinorahmarzan.com/page/5 [↩]