Documental “La Aguja” en el PR Queer Film Fest
El cine queer de Puerto Rico es todavía más pequeño que el tradicional y cuenta con muy pocas representantes, como es el ejemplo de Carla Cavina y Frances Negrón Muntaner. Por esta razón me dio mucha alegría ver el nacimiento del primer documental extenso (40 minutos) de Carmen Oquendo y José Correa, titulado “La Aguja”. El filme es el producto evidente del gran esfuerzo de sus directores, con muy poco respaldo económico pero con ganas de trabajar por el proyecto.
Experimenté el proceso de filmación de primera mano. De hecho, tuve el privilegio de acompañarlos hace varios años a la casa de ese personaje fantástico de Santurce, Quiñones, y de compartir con algunas de las trans y sus clientes.
Quiñones, el protagonista del filme, tiene una clínica de belleza en su casa. Allí una amalgama diversa de personas se encuentran por un sinnúmero de razones. Desde guardias interesados en verse más tofetes, transgéneros en su proceso de ponerse más bellas, personas que se encuentran para compartir entre sí o con las mascotas de la casa, todas atraídas por el centro de gravedad de este microcosmos: Quiñones.
Desde que uno entra a ese lugar mágico se siente parte de una comunidad donde impera la tolerancia y el respeto por la diversidad de cuerpos, identidades, profesiones y personas de diferentes clases sociales. Este tipo de paz social raras veces se percibe en lugares como la mayor parte de las iglesias de la Isla, que carcomidas por el miedo insisten en excluir y despojarnos a los gays de nuestros más elementales derechos humanos.
Una de las noches que estaba en esta sala de la casa santurcina recuerdo el panorama complejo del mundo de Quiñones, quien atendía en una sesión confidencial a una cliente de la farándula boricua mientras había una persona de Santurce con su hija en el balcón, en el mismo lugar dos trans circulaban en la cocina y el baño, un señor tomaba café y una profesora de Harvard conversaba sobre sus experiencias en el Viejo San Juan. De repente nos vimos conversando del país, de Santurce, de nuestras vidas.
En estos 40 minutos, Oquendo y Correa deciden hacer un collage de diferentes líneas de fuga. Me atrae sobre todo su trabajo sobre el tema del cuerpo visto desde los más diversos ángulos a partir de una clínica de belleza pobre.
Una de las partes que encuentro más valiosas del documental es precisamente las escenas del trabajo sexual de las trans en la Ciudad. “La Aguja” brevemente nos presenta sus rostros, nos narra sus historias y creo que aquí hay una línea narrativa importante.
Espero verles en la proyección de “La Aguja”, que se presenta como parte del Puerto Rico Queer Film Fest en San Juan el próximo domingo 18 de noviembre a las 9:00pm en el Cine Metro de Santurce.
Me despido con una cita de La Agrado en “Todo sobre mi madre”: “Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soña’o de sí misma”.