Dos buenas cintas un poco antes de los Oscars
Infiesto
Aunque Infiesto suena a infección, es en realidad una villa y la capital del consejo asturiano de Piloña, en el norte de España. Sin embargo, en el caso de esta peliculita B que se puede disfrutar por algunas de sus sorpresas, la infección del COVID-19 ha ocupado la región y tiene a todos en vilo. Son los primeros días de la pandemia y ha comenzado un cuarentena absoluta en España. En la plaza del pueblo aparece una joven que hacía meses que estaba desaparecida. Les toca al inspector Samuel García (Isak Férriz) y a la sub-inspectora Marta Castro (Iria del Río) el caso y se dan a la búsqueda del secuestrador. El director y guionista Patxi Amezcua, junto a su cinematógrafo Josu Inchaustegui y al editor Lucas Nolla han tenido la gran idea de hacer del paisaje y los entornos un personaje que nos acecha con sus sombras, su ruinas y sus oscuridades. Además, han vencido la tentación de crear tensión sexual entre la pareja de detectives, que no vendría al caso. Acepté la sorpresa de la cinta, aunque me tuvo muchos ecos de la primera temporada de True Detective (HBO), pero, vaya, aquello es Misisipí y esto Asturias. Férriz y del Río son superlativos. Pero es José Manuel Poga como Marquina, un personaje de sumo interés, quien se roba la película con una actuación demente, perfecta para el personaje que interpreta, y cónsona con el secreto del filme.El suplente (The Substitute)
Este cinta una coproducción entre compañías de Argentina, España, Italia, México y Francia fue dirigida por Diego Lerman, quien también colaboró en el guion. Lucio (Juan Minujín) un maestro interino en una escuela en los suburbios pobres de Buenos Aires encuentra un grupo de estudiantes apáticos a lo que él enseña, que es literatura. Cuando les pregunta qué para qué sirve la literatura, la respuesta general es que “para nada”. De todos modos, se da a la tarea de tratar de interesarlos en el tema pidiéndoles que escriban lo que quieran para luego leerlo y discutirlo en clase. Un buen día, ve en el baño a tres de sus alumnos intercambiando lo que obviamente son pastillas. La policía acude al plantel y una extensa investigación revela que Dilan (Lucas Arrua) un estudiante, que trabaja para el padre de Lucio, está involucrado porque vive bajo la amenaza de un narcotraficante. Lucio se lanza a socorrerlo. Hemos visto partes de esta trama antes, de hecho viene desde hace mucho tiempo, por ejemplo Blackboard Jungle de 1955. La diferencia estriba en cómo los actores hacen del filme algo conmovedor y tierno al mismo tiempo que la situación es preocupante y desalentadora, desde el punto de vista social y personal. Funciona como una crítica de los sistemas y los gobiernos, pero al mismo tiempo no es un panfleto. De haber sido maestro de escuela hubiera querido tener a Amalia (la estupenda Rita Cortese), como principal.