El binomio Israel-Estados Unidos
El binomio Israel-Estados Unidos tiene características políticas ígneas que convierten al Medio Oriente en una caldera en ebullición a punto de explotar. En tanto el martes 4 de diciembre de 2012, Irán anuncia haber capturado un avión no tripulado (drone) de Estados Unidos tipo ScanEagle que sobrevolaba el territorio iraní, Israel anuncia en estos mismos días que dará paso al proyecto de asentamientos E-1 que parte a la Cisjordania palestina en dos por Jerusalén. Esto, como represalia al reconocimiento de la Autoridad Palestina como Estado Observador no Miembro de la ONU por voto mayoritariamente amplio de los países del mundo.
El ScanEagle estadounidense estaba espiando en espacio aéreo iraní y fue capturado por las Fuerzas Armadas de Irán, tras haber sido lanzado desde un buque en aguas del Golfo Pérsico. Estados Unidos niega los hechos y dice no haber perdido ninguna de sus aeronaves no tripuladas que operan en el Medio Oriente.
Esta sería la segunda vez que Irán captura un “drone” estadounidense de espionaje. En diciembre de 2011, las fuerzas iraníes interceptaron e hicieron aterrizar un avión no tripulado tipo RQ-170 Sentinel de mucho mayor tamaño que el de hoy, y el cual volaba a gran altura en una misión de espionaje. El “drone” capturado hoy fabricado por la compañía Boeing tiene 1.2 metros (4 pies) de largo por 3.05 metros (10 pies) de ancho, medido de punta a punta de sus alas.
Desde los “drones” Estados Unidos no únicamente efectúa labores de espionaje, sino que también realiza ataques sobre objetivos específicos. Con ataques de este tipo, cada vez más frecuentes en el Medio Oriente, Estados Unidos ha asesinado a dirigentes de organizaciones de Al Qaeda en Pakistán y Yemén.
En noviembre, Estados Unidos reconoció que aviones caza iraníes dispararon contra un “drone” de espionaje en espacio aéreo internacional. La alegación de Irán fue que la aeronave no tripulada había entrado en su espacio aéreo y cada vez que eso sucediera las Fuerzas Armadas iraníes responderían con contundencia. Ese mismo mes, el embajador de Irán ante las Naciones Unidas, Mahamed Jazai, escribió una misiva al Secretario General de ese foro internacional para protestar por las repetidas ocasiones en que Estados Unidos había violado el espacio aéreo iraní, describiendo la acción como “ilegal y provocadora”.
Entretanto, el proyecto de construcción israelí del E-1 en un páramo con vista al Mar Muerto al Este de Jerusalén es un intento de provocación que busca impedir la creación del Estado de Palestina con reconocimiento internacional mediante la interrupción y fractura de la continuidad territorial de la nación palestina. Esta reacción israelí a la decisión de la Asamblea General de la ONU de votar por el reconocimiento de Palestina como estado observador no miembro, un estatus similar al que goza el Vaticano, con este proyecto gigante de asentamientos judíos en territorio palestino, está provocando una intensa tensión diplomática con Europa. El anuncio de la construcción del E-1, un proyecto que existe desde hace décadas pero que había sido detenido por presiones de Estados Unidos, se suma al anuncio del gobierno de Benjamín Netanyahu de construir 3,000 viviendas en territorio ocupado.
E-1 está ubicado en la carretera que une a Jerusalén con Jericó. Un desvío se enrumba hacia una larga cuesta que termina en la cima de una colina cisjordana, cuya única construcción es una estación policial. Hay una carretera de tres carriles y ya hay instalada infraestructura de alumbrados, instalaciones eléctricas y de agua. En otras palabras, todo estaba listo desde hace años, pero faltaba la decisión política final de continuar con la construcción de los asentamientos y demás proyectos israelíes.
La idea es frustrar todo intento de establecer un Estado Palestino con la fractura de una continuidad territorial que ofrezca unidad nacional al territorio palestino. Israel pretende construir en los 12 kilómetros cuadrados del E-1 unas 3,500 viviendas y 2,100 plazas hoteleras, centros comerciales y una zona industrial. Esto implicaría la expulsión de 11,000 beduinos que malviven en esta zona semidesértica.
Estos dos ejemplos demuestran que Israel y Estados Unidos siguen insuflándole fuego a una región que ya es una caldera en ebullición a punto de explotar.