El Castillo de los sueños: Downton Abbey
En la película que nos brinda como forma de “epílogo” (se desarrolla en 1927; la serie, con sus visiones retro y prospectivas, tiene más amplitud de época) Fellowes se inventa que a Downton han de venir a pasar una noche el rey Jorge V y la reina María, a consecuencia de una gira real por el país. Todos en el castillo se excitan y se sienten honrados con la visita y que han de ver de cerca de los reyes. Pero no son solo ellos, la región entera celebra la visita y la posibilidad de echarle un vistazo cercano a los reales. La visita también resulta en circunstancias inesperadas: se cuece un plan para asesinar al rey, hay una invasión de empleados reales que quieren posesionarse de las funciones de Downton, incluyendo un chef francés que quiere desplazar a Mrs. Patmore (Lesley Nicol) de sus labores culinarias. El regreso al castillo del mayordomo Charles Carson (Jim Carter) a petición de Lady Mary Talbot (Michelle Dockery), provee cierta confianza de que las tribulaciones del personal estarán bajo control, y que la tirantez entre el personal de Downton y el de los reales se relajará. Veremos.
Como es el caso en la serie, los detalles de los interiores del castillo, el vestuario, los uniformes de reyes y vasallos, son de gran belleza. La cinematografía de la película es hermosa y está ayudada por los colores de la campiña inglesa en y alrededor de Hampshire, donde está el castillo Highclere, que hace de Downton, y en el que se filmaron algunos de los interiores. Algunas de las joyas que usan las actrices son de verdaderos diamantes, pero los mejores diamantes son las actores que participan en la empresa. Como es usual con el cine y la televisión inglesa, el más breve momento actoral es exquisito; varios memorables. El del actor Kevin Doyle como Mr. Mosely, quien se dirige al rey sin permiso, inolvidable. No nos sorprende que la película concentra en Violet Crawley, la condesa de Grantham (Maggie Smith), quien además, tiene las mejores líneas. Acusada de ser maquiavélica, responde que “a veces, Maquiavelo era subestimado”. Un familiar le dice que rece por él, y le responde que “dejará palabra”. Y muchas más: una delicia. Haciéndole coro, sin mostrar estar amedrentadas por su presencia, están Isobel, Lady Merton (Penelope Wilton) y Lady Maud Bagshaw (Imelda Staunton). Estas actrices adornan el filme con su soltura y elegancia. Son como si fuera cierto que todas las noches se visten con sedas, brocados, perlas y diamantes para la cena.
La cinta es agradable, simpática, hermosa y un festín para los fanáticos de la serie. También es un cuento de hadas en un castillo en el que, invisible, la Bruja Buena del Norte parece residir y ejercer su magia. Para pasar un par de horas deleitando las retinas, escuchando buenos diálogos llenos de chispa e ingenio, no hay nada mejor ni igual en cartelera.