El juez, garante de derechos
Esa es la base del debido proceso de ley en cualquier sistema de derecho penal que se precie de ser justo y que permita al acusado defenderse de la prueba que desfile en sucontra y no de premisasinarticuladas que no conoce y para las cuales no se puede preparar ni defender.
Algunas premisas que son valores universales expuestos por la Juez M. Germán, según las interpretamos, son las siguientes: La ideología de los jueces influye en sus procesos decisorios y el juez debe tener conciencia de ello para minimizarlo. Es peligroso ceder derechos personales y constitucionales a cambio de seguridad social. Ceder derechos a cambio de seguridad, puede redundar en un régimen de absolutismo antidemocrático. Los derechos constitucionales son para todo ciudadano, se piense o no que haya cometido el delito. Eso es lo que previene de que el proceso penal no sea pro forma.
La mujer debe tener los mismos derechos que el hombre y las mismas responsabilidades para asegurar su dignidad humana. Por ello es necesario que los jueces y los que participan del sistema de justicia reciban constantemente capacitación en el manejo de los conceptos de género, de modo que los apliquen con justicia.
En estos momentos en que nuestra judicatura está asediada por fuerzas poderosas que influyen la toma de decisiones y que reciben amplia exposición de los medios de comunicación, las alertas que hace la Juez Germán cobran gran pertinencia. No podemos permitir que la figura del juzgador en nuestra sociedad se debilite por chismes de pasillo y por el ejemplo minoritario de los que ceden cuando la tentación los llama.
Los jueces también tienen derecho al debido proceso de ley y a que se les presuma inocentes, sobre todo, si se les señala públicamente sin ni siquiera formularle cargos administrativos o criminales. La justicia entra por casa pero también sale por casa y es ejemplo en la calle de la constancia, en los valores que afianzan la dignidad del ser humano.
Cuando mantiene incólume su fuerza moral, la Rama Judicial es contrapeso de las ramas Ejecutiva y Legislativa. Cuando se le chantajea y se le acosa con rumores para que los jueces sean castigados o intimidados, el ciudadano que busca justicia cae en la tremenda desventaja de ser juzgado por jueces temerosos de actuar contra el Estado. Los jueces corren el riesgo de congelar su criterio y su libertad de acción para resolver contra la política punitiva del Estado, el programa de gobierno de turno y sus autoproclamadas medidas de emergencia o estado de necesidad que haga simbólico y desfigurado en su esencia, el debido proceso de ley.
Contribuir a que se cree una judicatura endeble e intimidada, abona el terreno para que descanse en brazos del Estado, a costa de los derechos del ciudadano cuando la necesite.