El kayak se rajó dos veces pero Tito no
La Travesía Admirable de Tito Kayak 2
Sigue la travesía de Alberto de Jesús Mercado por el Caribe en pos de la excarcelación del preso político puertorriqueño Oscar López Rivera. Y no está exenta de sorpresas. Zarpó del pueblo pesquero de Macuro a las 6 de la mañana del 21 de junio, justo en el solsticio de verano. Tras remar innumerables horas, con el apoyo de la empresa Petrosaudí y la escolta de la Guardia Costera de la República Bolivariana de Venezuela, llegó a Grenada.
Fue duro. En las Bocas del Dragón, a la salida del Orinoco, se cortó la señal de su dispositivo de posición geográfica o GPS, perdió varias veces a su escolta y comenzó a lesionarse la muñeca derecha. El Dragón no lleva su nombre en vano, pues golpeó la nave, llamada el Cetáceo y al ambientalista, Tito Kayak.
Después de remar las 95 millas de mar abierto que hay entre América del Sur y la isla de Grenada, a las 11 de la noche con el mar picado y bajo un aguacero, cayeron en aguas internacionales el remo de fibra de carbón –que por su poco peso es imprescindible para este tipo de travesías,—, el gorro que lo protegería del sol, y la radio para comunicarse.
Pero Tito siguió con el remo de repuesto. En Grenada lo esperaba el primer equipo de apoyo compuesto por el coordinador de la logística, Gazir Sued y Michelle Micheo, estudiante de medicina. Se le hizo un reconocimiento médico, le pusieron un yeso plástico y le aconsejaron que reposara.
El martes 26 de junio concedió por la mañana una entrevista vía Skype a Telesur, en la que también participó Salvador Tió desde Caracas. Explicó que comenzaba lo más difícil del viaje porque a partir de Grenada viajaría de isla en isla solo, sin escolta. Tito remó entonces hacia el norte, costeando la Isla de las Especias. Al llegar a la bahía pesquera de Sauteurs, la bahía de los asaltadores, tuvo que parar por un temporal. Pero a las 12:45 de esa misma noche, aprovechando la mar en calma siguió su recorrido hacia Cariacou.
El Estado de Grenada está compuesto de tres islas: Grenada, Carriacou y la Pequeña Martinica. Y a Carriacou, llegó el miércoles 27 por la noche, tras recorrer cerca de 20 millas náuticas . El jueves 28 de junio, al anochecer, arribó a Canouan, el corazón de las Granadinas, tras otra intensa remada. Y de ahí partió de madrugada rumbo hacia San Vicente. Debido a las fuertes corrientes, se calculaba que completaría el recorrido de las 25 millas en diez o doce horas que incluían una breve parada en la isla de Bequia para descansar.
Según se puede apreciar en la trayectoria del dispositivo Spot, fue lo más recto posible. Probablemente sospechaba que el kayak se le iba a rajar. Y el viernes 29 sucedió lo que más se temía: naufragó.
Un marullo golpeó el kayak, que de inmediato empezó a hundirse. Tito se hallaba solo en altamar. Llevaba varias horas de travesía y estaba extenuado. Tuvo la suerte de poder agarrarse a un peñón donde recuperó las fuerzas y vació la embarcación. También recogió tres piedritas de su piedra salvadora. Y entonces remó las 7 millas que lo separaban de Bequia, sacándole agua al Cetáceo constantemente. Al tocar tierra, llamó al coordinador y le dijo: “…chico, naufragué… el kayak se j…”. Cuando le preguntó cómo estaba, Tito respondió “Estoy en Bequia”, y se cortó la comunicación.
Esa noche los periódicos de la Isla sacaron la noticia. Mucha gente que no había mencionado la Travesía lo hizo. Y la gran ola de de apoyo comenzó a crecer. Como todo náufrago, durmió esa noche en la playa. Estaba solo bajo las estrellas. A la mañana siguiente lo ayudaron a reparar la avería para llegar a Saint Vicent, donde lo esperaban Michelle Micheo, Gazir Sued y un nuevo miembro del grupo de apoyo, Carlos Pérez. También lo fue a recibir el embajador de Venezuela, el señor Yoel Pérez Marcano.
La isla estaba de fiesta: eran los últimos días del carnaval. El embajador venezolano se volcó con nuestro viajero: celebró un banquete en su honor donde brindaron por la Travesía Admirable y la excarcelación de Oscar López Rivera. Lo invitó a pasar la noche en su residencia. Y como a todos los deportistas de élite, le consiguió un masajista.
Al día siguiente, ubicaron a un sanvicentino que les reparó el kayak. Cuando estuvo listo, Tito eligió la costa este, que da al océano Atlántico, para probarlo. Allí las condiciones marítimas se parecen a la de los tramos que debe hacer entre isla e isla. Pero no llegó muy lejos. A la altura del areopuerto internacional de Kingstown, el Cetáceo se rajó por segunda vez. Tito disponía de la escolta de la Guardia Costera de Saint Vincent, quien lo rescató.
El videógrafo Carlos Pérez le había llevado otro remo de fibra de carbón y un importante mensaje: ”Recuerda que cuando Oscar López Rivera supo de la Travesía dijo que no te puedes arriesgar”. Para el preso político que lleva 31 años en las cárceles estadounidenses la vida de Tito es más importante que su excarcelación.
El reto es que siga navegando solo. Ya no dispone de la protección de la Guardia Costera venezolana. El segundo reto es que navegue con un kayak que ha sido reparado varias veces y que además carece de timón
A lo largo del miércoles 4 de julio, Tito habló en la radio de Saint Vincent y visitó los cuarteles de la Guardia Costera para agradecer formalmente la ayuda recibida, mientras una empresa llamada Barefoot reparaba el kayak. Una vez esté listo, Tito proseguirá hacia Santa Lucía, país natal del poeta Derek Walcott, quien escribió sobre la suerte de las islas caribeñas: “Nacer en una isla pequeña, un traspatio colonial, es acostumbrarse precozmente al destino”.
Marta Aponte Alsina ha señalado: “El actor como poeta, el poeta como intérprete: qué hubiera pensado Walcott sobre la desmesurada travesía de Alberto de Jesús, un hombre empecinado en la negación del lamento circular que tanto nos gusta, ese lloriqueo, esa ruina varada en las ceremonias fúnebres de nuestro destino. El viaje de Tito es un desafío al destino que nos tocó y, por la misma fuerza de su materialidad -un ritual rodeado de peligros- es poesía”.
Múltiples mensajes en la red afirman que es imprescindible conseguirle un kayak adecuado y seguro al ambientalista. Es probable que se pueda comprar uno en las Antillas francesas: Martinica, Dominica o Guadalupe. Para ello, y para pagar las lanchas privadas que acompañen a Tito entre isla e isla y le sirvan de escolta, la solidaridad tiene que transformarse en hechos.
El martes 3 de julio a la 1:30 de la tarde en una entrevista a Telesur (http://www.youtube.com/watch?v=gb3qAeGIcFM), el ambientalista afirmó que se propone seguir. Tito no se raja. Y nosotros tenemos que ayudar. Se pueden mandar las contribuciones a Tito Kayak, Avda. Ponce de León 1011, San Juan Puerto Rico 00925. El cheque debe ir a nombre de Amigos del Mar. Travesía por el Caribe. También se puede ingresar la donación en su cuenta del Banco Popular (Alberto De Jesús #239560382). Una tercera alternativa es enviar el pago por Paypal, personal, como regalo al correo [email protected].
Sólo así Tito Kayak podrá seguir su Travesía Admirable a favor de la excarcelación de Oscar López Rivera e ir de San Vicente a Santa Lucía y de ahí a Martinica, Dominica, Guadalupe, Monserrate, San Kitts y Nevis. Entonces tras saltar a Anguila y remar por el peligroso Paso de Anegada, estará en las Islas Vírgenes, es decir, más cerca de aquí.