“El movimiento se muestra andando”
en memoria de Milagros Vicente Benítez (1939-2020)
Con esta frase “El movimiento se muestra andando” cerramos la entrevista de lo que sería una de las últimas veces que hablaría con mi maestra Milagros Vicente. Fue ella quien me introdujo en la maravillosa travesía de la danza cuando tenía tres años. De ella aprendí disciplina y técnica. También me enseñó a respetar y conocer las escuelas de la danza española y sus características particulares. La información que les comparto fue la propia Milagros Vicente quien me la relató y ante su reciente fallecimiento, deseo compartirla a modo de homenaje.Servicial, humilde y cariñosa, así la recuerdan sus estudiantes. La maestra Milagros Vicente falleció el pasado 23 de agosto a los 81 años en su residencia en Ocean Park. Fue maestra de ballet y danza española y mantuvo desde 1978 su academia en el municipio de Trujillo Alto. A través de su enseñanza y práctica formó a muchas generaciones de bailarinas y bailarines de Puerto Rico que hoy la recordamos con mucha emoción.
En una de las primeras conversaciones que tuve con Milagros Vicente supe que comenzó a tocar las castañuelas a los cuatro años. Entre los seis y doce años fue discípula de la maestra Ruth Vera. Cuando Vera parte de Puerto Rico, empezó a estudiar ballet con Ana María Valdés y Hilda Casals, quienes tenían su academia por la Pda. 22, al lado del Museo de Arte de Puerto Rico. Esa escuela se llamó School of Dance Arts y es ahí donde enseñaron los maestros José Parés y José Ramón Peruyera Ruiz, mejor conocido como Pepe Montes, con quienes también estudió y posteriormente bailó. Con Montes hizo de un repertorio bien extenso, al punto de que en seis meses había aprendido dieciséis piezas de danza. Algunas fueron la jota Viva Navarra, piezas de los compositores Albéniz y Granados, ritmos del flamenco, sevillanas boleras y escuela bolera.
Vicente recordaba que a sus 14 años (1953), enseñó ballet y baile español a los grupos avanzados y de adultas en la escuela de danza María Teresa Miranda.
También bailó en el Teatro Payret en La Habana, Cuba invitada por la Compañía Estrellas de Cabalgata. En esa ocasión la acompañó el guitarrista Chucho Vidal.
Para ensayar sus coreografías Milagros Vicente me contó que le prestaban el Teatro Tapia en el Viejo San Juan. El pintor y escenógrafo Rafael Ríos Rey era entonces el administrador del teatro. La acompañaba al piano el español Alfredo Romero, quien se había radicado en Puerto Rico. Un día llegó al teatro la esposa de Juan Ramón Jiménez, Doña Zenobia Campubrí, y la vio bailar. Ella le preguntó a la madre de Milagros, quien estaba en la sala de butacas, si su esposo podía ver los ensayos. Cuando Juan Ramón Jiménez vio a Milagros bailar la recomendó en España, además de escribir la primera crítica sobre su trabajo. En 1954 ella se presenta como solista en el Teatro Tapia, acompañada por la pianista Elsa Rivera Salgado y Juan Ramón Jiménez la presentó y leyó su escrito “Baile y Ballet”. Vicente bailó doce números y recordaba emocionada que tuvo una gran acogida del público.
En ese mismo año se inaugura la televisión en Puerto Rico y el gran pianista Jesús María Sanromá presentó un programa en el canal 2 que se llamó Puerto Rico en el Arte. Este programa era auspiciado por Luis A. Ferré y las empresas Ferré. Sanromá la presentó en varios programas de televisión como el mejor talento de baile español en Puerto Rico. Ella hizo dos programas acompañada por Sanromá al piano. Para el tercer programa la soprano María Esther Robles cantó las siete canciones de Falla y ella tuvo la ocasión de bailarlas. En un cuarto programa dedicado al compositor Manuel de Falla, Sanromá la acompañó en el piano, tocando la “Farruca del Molinero” del Sombrero de los tres picos (esos programas, según me contó, lamentablemente desaparecieron). En ese mismo año le otorgaron el premio de revelación artística del año.
En 1955 se presentaron en el Teatro Tapia del Viejo San Juan Pepe Montes con Dorita Ortiz y su Ballet Español. En esta producción participaron Vicente, María Teresa Mendizábal y Carmen Irma García, estudiantes de danza de Hilda Casals y Ana María Valdés.
Milagros Vicente se casó con Pepe Montes en 1956 y se mudaron a Sevilla. En ese mismo año hizo su debut en Madrid en el Teatro Calderón, acompañada por Antonio González “El Pescaílla”. Entre 1956 y1957 se graduó del Conservatorio Real de Madrid. Además, El Ballet Nacional de España la invitó en dos ocasiones a bailar.
Vicente, Montes y sus cuatro hijos regresaron a Puerto Rico en 1978 y en ese mismo año estableció su academia en el pueblo de Trujillo Alto. Pepe Montes ya se había retirado y para entonces Vicente se dedica más a la enseñanza y a dirigir piezas. Tuvo su propio ballet, que se llamó el Ballet de Milagros Vicente, también conocido como Ballet Andalucía. En ese mismo año participó en el Festival de Teatro Puertorriqueño presentada por Ballets de San Juan en el Teatro Tapia con estampas de la escuela clásica española. Además, Vicente y su grupo participaron de la inauguración del Hotel La Concha con un espectáculo de danza española.
En 1981 el gobierno español le otorgó un premio por su carrera de bailarina y maestra que se reseñó en el periódico ABC de España y en el periódico El Mundo de Puerto Rico. En 1984 Pepe Montes fallece.
En Puerto Rico su carrera continuó entre dirigir los grupos de baile de La Casa de España, con La Peña Madrileña hizo varias zarzuelas e impartió clases en El Centro Gallego y también a un grupo de estudiantes del Centro Andaluz. Fue educadora en Ballets de San Juan y en Ballet Concierto.