Elecciones en Cataluña: Desencuentros entre «polacos» y españoles

Cataluña lleva siglos dentro de lo que conocemos como España, como un ente con identidad y lengua propia. Las condiciones políticas de esta relación han cambiado, fluctuando distintas variaciones entre centralismo y autonomía.
La región catalana se ha distinguido por ser una rica en términos económicos y se industrializó antes que el resto de España, por lo cual la diferencia económica con otras partes siempre ha estado presente, en momentos siendo drástica y objeto de olas migratorias de Andalucía y Extremadura. Se podría decir, asumiendo que en toda simplificación hay un grado de injusticia con ambas partes, que el problema tiene una vertiente identitaria y otra económica.
Una mirada a distintos periodos de crispación entre Cataluña y el resto de España y salen a relucir ambos argumentos, de los dos lados. Por ejemplo, el asunto del lenguaje, que es central, surge frecuentemente con acusaciones desde otras partes de que en Cataluña imponen el catalán a los ciudadanos españoles que allí residen y que son obligados a una inmersión lingüística que no debería ocurrir dentro del estado español; y de la parte catalana los múltiples esfuerzos por mantener y fomentar su lengua en un contexto en el cual la otra, el castellano, es tan dominante. En el resto de España muchas veces se refieren a los catalanes como “polacos”, porque hablan un idioma que nadie entiende, dicho de manera despectiva y argumentando que hablan catalán por provocar pues se podrían comunicar perfectamente en castellano.
En cuanto al tema económico, luego del fin de la dictadura franquista y la adopción de la nueva constitución, ha sido recurrente la queja de los catalanes que ellos aportan más al estado español de lo que reciben a cambio en términos fiscales, lo que ellos llaman el “espolio fiscal”. Siendo Cataluña una de las regiones más prósperas de España, este acuerdo fiscal muchas veces resulta en comentarios despectivos hacia las comunidades más pobres y sus habitantes (“mantenemos a los vagos andaluces”, “por cada euro que recibe un alumno catalán un niño extremeño recibe 5, a costa de los niños catalanes”, etc.) Del resto de España se ve a los catalanes que se quejan como egoístas y que no quieren ser solidarios con los ciudadanos de otras regiones que tienen menos dinero y que no quieren participar de los deberes que son parte de formar parte de un mismo estado. De aquí también salen muchos comentarios despectivos, sobre todo de la fama de tacaños y egoístas que tienen los catalanes.
In-Inde-Independència!
El nacionalismo catalán tiene una historia larga y cubre un espectro amplio, políticamente hablando, en términos de derecha e izquierda. Duramente reprimido durante la dictadura franquista, el nacionalismo catalán tuvo otro periodo de renacimiento con la llegada de la democracia y a la vez de institucionalización con el gobierno de Jordi Pujol por 23 años liderando Convergència i Unió (CiU).
En estas décadas postfranquistas se masificó el uso del catalán, y se catalanizaron las principales instituciones, sobre todo las culturales. Estos años de gobierno nacionalista no opacaron ni adelantaron la agenda independentista, ya que el gobierno de centro-derecha de Pujol se mantuvo ambiguo al respecto y enfocó la mayoría de sus esfuerzos en la catalanización y mayor autonomía, sobre todo en términos culturales, que no necesariamente implicaba una separación política.
Aquí un breve paréntesis/aclaración: en Puerto Rico el independentismo y el nacionalismo son indistinguibles, en Cataluña no siempre (y esto tiene que ver con las elecciones del 25 de noviembre). Aunque ahora hay diversas organizaciones políticas que promueven la independencia de España, la que históricamente ha llevado la bandera independentista es Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fundada en el 1931.
En Cataluña ha habido diversos momentos de auge nacionalista, usualmente como reacciones a acciones que estiman injustas desde Madrid (debates fiscales constitucionales, entre otros). En términos electorales, desde la llegada de la democracia, con la excepción de una coalición de izquierdas, incluyendo a ERC (el llamado Tripartit, de ERC, Iniciativa per Catalunya Verds-ICV y el Partido Socialista Catalán-PSC) entre el 2003 y el 2010, en Cataluña han gobernado los nacionalistas. Más allá del ámbito electoral, en Cataluña actualmente la presencia de los símbolos catalanes es omniprescente; la lengua, bandera, comida, fiestas nacionales, etc., son una constante que en el día a día hacen recordar que estás en un territorio que geográficamente está dentro de España, pero que no lo es.
Con la crisis económica, España al igual que otros países europeos afectados por las políticas austeras impulsadas por la Unión Europea, ha hecho múltiples recortes de todo tipo. Cataluña, como otras comunidades en España, tuvo que realizar recortes importantes y pedir un rescate al gobierno de Madrid. Esto provocó que un grupo llamara a una manifestación masiva a favor de la independencia el 11 de septiembre, fecha conocida como la diada, el día nacional, donde se “conmemora” la derrota en el 1714 por la cual Cataluña pasó a ser parte de España. Esta protesta, para muchos la más masiva en la historia catalana, reunió cerca de un millón de personas (los estimados fluctúan entre 600,000 y un millón y medio) con un clamor abiertamente independentista. Esta manifestación tenía algunas peculiaridades, pues no solo contaba con el apoyo de grupos asociados históricamente con un nacionalismo no independentista, sino que, a diferencia de otros reclamos independentistas de principios de siglo pasado, esta vez era un reclamo europeísta a la vez, ya que el lema era, “Cataluña, nuevo estado europeo”, con el argumento de que la separación de España no necesariamente implica dejar de ser miembros de la Unión Europea. Esta actividad tuvo un efecto dominó, no solo creció el apoyo a la independencia en todas las encuestas, sino que habían constantes actividades, muchas de ellas espontáneas y otras organizadas. Por ejemplo, en los partidos de fútbol del Barça se gritaba “In, Inde, Independencia!” en el minuto 17 con 14 segundos, en referencia a la fecha del 11 de septiembre, siendo la máxima expresión durante el llamado clásico contra el archirrival el Real Madrid.
Luego de la manifestación, el presidente del gobierno Artur Mas declaró que iría a Madrid a reunirse con Mariano Rajoy, primer ministro español y que si no acordaban un pacto fiscal, disolvería el parlamento catalán y llamaría a elecciones anticipadas (dos años antes de lo previsto), y que si lograba una mayoría absoluta, llamaría a un referéndum para decidir el futuro político de Cataluña. Luego del fracaso de la reunión con Rajoy, en efecto, regresó a Barcelona y anunció las elecciones para noviembre. He aquí como llegamos a las elecciones del pasado domingo 25…
Entre nacionalistas, independentistas, republicanos, ecologistas, anticapitalistas, ciudadanos y otros
En nuestro sistema electoral, el que gana, gana y eso quiere decir que gobierna; el que es chiquito o nuevo si no saca un fracatán de votos se queda afuera del pastel (todos los partidos en Puerto Rico excluyendo al PPD y al PNP), el que perdió no piensa en aliarse a otro para tumbar al que sacó más votos y el que saca más votos nunca piensa en que salió derrotado porque no sacó la cantidad de votos deseada (García Padilla celebró sin importar que ganó por un margen de menos de 1%). Nuestro sistema no es como el español y catalán, parlamentario y pluripartidista-aún cuando a nivel nacional en España dominan dos partidos grandes- en el cual, a menos que un partido obtenga la mayoría absoluta de votos, es decir, la mitad más uno (el Parlamento Catalán tiene 135 escaños, por lo que la mayoría absoluta es 68 escaños), tiene que hacer alianzas para poder gobernar en el parlamento y a veces aún ganando no puede gobernar si otros partidos se unen en contra.
Esta larga introducción es para explicar la sopa de letras de los resultados electorales del pasado 25 de noviembre. Estos son los resultados:
CiU |
50 |
1.112.341 |
30.68% |
ERC |
21 |
496.292 |
13.68% |
PSC |
20 |
523.333 |
14.43% |
PP |
19 |
471.197 |
12.99% |
ICV-EUiA |
13 |
358.857 |
9.89% |
C’s |
9 |
274.925 |
7.58% |
CUP-Alter |
3 |
126.219 |
3.48 |
El plan de Mas fracasó en sus ambiciones de una mayoría absoluta, al obtener 50 de los 135 escaños en disputa, aún cuando pudo hacer campaña política desde el gobierno, incluso siendo acusado de utilizar la campaña oficial a su favor (ver video). Luego de haber pedido un voto de confianza para que todos los que apoyaban la auto determinación de Cataluña le prestaran el voto para tener legitimidad ante Madrid, Bruselas y la comunidad internacional y llamar al referéndum. Los resultados sorprendieron a mucha gente, empezando por los de su partido, que evidentemente habían leído la masiva manifestación y las posteriores muestras de apoyo a la independencia como un preludio de lo que pasaría en las urnas y no pasó. No solo impactó lo lejano que quedaron de la mayoría absoluta y que perdieron doce escaños en comparación con las elecciones del 2010, sino que sorprendió el auge de ERC, lo cual muchos evalúan como una apuesta del elector a lo genuino. Es decir, si voy a tomar una postura independentista, me voy con los que han apoyado la independencia desde el comienzo y no con estos que hasta ahora no se habían planteado a favor de la independencia, incluso habiendo estado en el poder por muchos años.
En tercer y cuarto lugar, el Partido Socialista Catalán (PSC) y el Partido Popular (PP), los únicos partidos nacionales representados, no salieron muy bien parados. Los socialistas continúan su debacle que lleva varias elecciones en las que han ido perdiendo votos, y su apuesta a un federalismo no tuvo ningún arraigo en una población que se volcó en su mayoría a la independencia y en una minoría al centralismo español. Tampoco supieron aprovechar el malestar de la gente en cuanto a los recortes, pero esto ha sido constante en otras elecciones recientes. El PP, que históricamente le va muy mal en Cataluña por sus posturas anti catalanistas y visto usualmente como españolista y a favor de más centralismo, obtuvo la mayor cantidad de votos en Cataluña en su historia, pero lejos de posicionarse como la segunda fuerza electoral, que era su meta.
ICV, que es el heredero de la izquierda más dura, sobre todo de los comunistas, aumentó par de escaños, pero no los que pensaban, ya que habían apostado a que su discurso de justicia social y anti-recortes en un periodo de crisis, calaría más. Aunque se posicionan a favor de la autodeterminación, pero poniendo como prioridad la agenda social y económica, es decir, separarse de España con el propósito de crear una nación más justa y equitativa. Su slogan era: “derecho a decidir, sí; derechos sociales, también!”. Evidentemente los electores no estaban dispuestos a favorecer una agenda social sobre el asunto de la relación con España.
Por otro lado, muchos aseguran que precisamente uno de los motivos por el cual CiU recibió este castigo fue por los recortes y que los votantes que querían enviar un mensaje pro independencia lo hicieron a favor de ERC. Relacionado a esto, el debut de CUP (Canditatura d’Unitat Popular) en las elecciones generales, fue un éxito, ya que lograron tener representación parlamentaria. Este grupo sí se posicionaba abiertamente de izquierda e independentista, pero mucho más radical, siendo sus posturas anticapitalistas. Su mensaje lo llevaron rompiendo con la campaña tradicional, ya que la hicieron mayormente a través de las redes sociales y sin protagonismo de sus líderes, una especie de anti partido y anti política tradicional, lo que atrajo electores molestos con el sistema, sobre todo de ERC y de ICV.
Por último, el otro “tablazo” electoral lo dio Ciudadanos (Ciutadans-C’s), un partido que triplicó sus escaños, y con nueve le permite tener grupo parlamentario propio. Este es un partido creado muy recientemente, como alternativa al Partido Popular. Aunque no se auto definen como españolistas o centralistas, su postura es abiertamente anti-nacionalista y anti-catalanista, criticando las políticas de inmersión linguística y catalanismo promovidas por el gobierno catalán y a favor de los derechos individuales. Ellos intentan llenar el espacio en la centro-izquierda no nacionalista, asumiendo que la derecha la capta el Partido Popular. El aumento descomunal de Ciutadans en medio del auge del independentismo es un hecho importante y no necesariamente contradictorio. Su eslogan de campaña era: “Cataluña es mi tierra, España mi país y Europa nuestro futuro”.
Por los siglos de los siglos…
Quizás sería cruel decir “tanto nadar para morir ahogao’ en la orilla”, pues luego de la manifestación masiva, el apoyo popular, la cobertura mediática y el interés internacional creado, realmente la propuesta de Mas de llamar a un referéndum está más lejos de concretarse de lo que estuvo previo a las elecciones (aunque al momento de escribir este texto, a varios días de las elecciones, aparentemente gobernará apoyado por ERC con el fin de impulsar el referéndum en un futuro cercano). Y es que no solo su legitimidad quedó maltrecha, sino que el apoyo al total de grupos que apoyan la autodeterminación ni siquiera creció con respecto a las elecciones del 2010. Comoquiera es importante la alta participación electoral que hubo (cerca del 70%), lo que demuestra que, irrespectivamente de lo que votaron, la ciudadanía asumió la importancia de la contienda.
Es interesante la discrepancia entre el apoyo ciudadano a la idea de la autodeterminación e independencia y el freno que le ponen cuando llega el momento de reafirmarlo en las urnas. Es importante señalar la tradición en Cataluña de lo que se conoce como nacionalismo cultural, un despliegue constante, incluso a nivel institucional, de símbolos nacionales, como el día de Sant Jordi, Montserrat, los platos típicos, els castellers, la senyera, entre otros, pero que no necesariamente se traduce en mayor reclamo de nacionalismo político. Aún es muy pronto para saber si todo esto que acaba de suceder es un episodio más de este fenómeno. Mientras tanto, la cuestión catalana sigue, sin pacto fiscal, con acusaciones de ambos lados que son casi cíclicas, con un auge de independentistas y un auge de anti nacionalistas…sigue ahí, en el centro del debate español, como hace varios siglos…