Esquelas
¿Cómo comenzar un viaje interminable? Siempre parece ser una amenaza tan singular la posibilidad de que todo esté repetido, inequívocamente invertido en reflejos perversos. Las cosas siempre me han interesado exactamente por sus posibilidades de fractura…
Abolición del pato, Larry La Fountain-Stokes
A Laura Náter, quien me contó y protagoniza esta historia.
La gente se muere. Solo hace falta que estemos vivxs. La muerte nos asalta un día. Se mueren amigxs, mascotas, seres queridxs, personas que nos son indiferentes y otras que nos han cambiado la vida. Una se hace un poco más adulta cuando reconoce esta evidencia ineludible de la vida: nos vamos a morir un día de estos.
Cuando ocurre la muerte, algunxs tienen la costumbre de compartir públicamente el postrero evento. Quienes pueden, compran un espacio por un día en uno de los periódicos del país y enuncian en apretadas palabras lo que esa pérdida provoca, lo que la persona que ya no existe significa todavía.
Las esquelas son para lxs que siguen vivxs. Son una fase del duelo. A veces, son declaraciones de amor que nunca se hicieron o reconocimientos que no se lograron consignar antes.
Algunas esquelas, la mayoría, incluyen los nombres de la familia que viene a cuento. Esposas, esposos, madres, padres, hijas, hijos, hermanas y hermanos, yernas y yernos. Ahí se expresan las inclusiones y las exclusiones. Ahí se manifiesta otro de los retos que supone la gente queer para un contexto demasiado heteronormativo todavía. ¿Nos incluyen o nos excluyen? ¿Nos disimulan o nos sacan de paseo en una esquela notoria? He ahí la cuestión de esta sociedad aún muy lejos de reconocer y respetar la diversidad en toda su expresión.
¿Soluciones? Laura dice que va a escribir su propia esquela. También intervino en la de su abuela para que incluyera a su pareja de años. Esas son alternativas. Podemos decir lo mismo de las despedidas de duelo, de los mensajes de última hora al borde del ataúd o de la urna con las cenizas. Podemos tomar la palabra y escribir lo nuestro, nuestra presencia, nuestra existencia, nuestro estar en el mundo pese a sus asedios. La escritura, también queer en más de un sentido, ha sido nuestra aliada por centurias. Escribamos la vida y la muerte que nos ha tocado. Escribamos la que queremos que les toque a lxs que están por vivir.
Hágase lo que se haga, el silencio y la invisibilidad no son opciones. Hay que consignar, hay que gritar, hay que escribir para que conste que estamos, vivimos y morimos también como cualquier otrx.
Esquela de y para Laura Náter
(1963-2015)
Viví como me dio la gana. Me ocupó la vida. La ocupé de principio a fin. Plenamente. Sin altares, ni rituales. Ahí les dejo lo mejor: a Mercedes, a Simón, a Mabel, a Papi, a Mami, a mis hermanxs, a mis sobrinxs. El amor de las amigas en toda su intensidad fue mío y lo viví agradecida.
“Quise quedarme, pero me fui.” Estoy descalza, camino de noche sola y las espero aquí.