Evidence based research o el secuestro de un significante
El trayecto de la llamada investigación basada en evidencia pretende secuestrar el significante evidencia en aras de representar como “investigación” basada en “evidencia” solamente aquellas que sus partidarios reconocen como tales.2 Detrás del avance de la llamada investigación basada en evidencia se encuentra todo un entramado de poder que, encarnado en las agencias acreditadoras de corte profesionista (psicología, trabajo social, administración pública, por ejemplo), va colonizando no solo las agencias de gobierno locales sino el mundo de la academia. Como sabemos, están los que se plegan ritualmente a lo que imponen las agencias acreditadoras (profesores y administradores de todo tipo) las cuales, al igual que acontece en el mundo de la economía, pretenden imponer la pauta de lo que se representa -en este caso- como lo académica e intelectualmente correcto.
Pues bien, esto que se defiende ahora como lo académicamente correcto incluye: atentados a la libertad de cátedra, decretar olímpicamente las maneras en que deben configurarse los bosquejos, intensificación del trabajo de los profesores so amenaza de cerrar departamentos o programas, etc. Habría que decir que, al igual que los perpetradores de la violencia doméstica, se trata también de fuerzas y sectores de la universidad que no desean ser sacados del anonimato desde el cual apoyan estas transformaciones sistémicas.
Primero el Estado confiscó la palabra “ética” para promulgar una semántica y un discurso (el de la “ética gubernamental”) cual “reacción formativa” (dirían los psicoanalistas) frente a una práctica gubernamental que se caracteriza justamente por lo contrario (corrupción generalizada). Ahora, las asociaciones profesionistas y las agencias acreditadoras confiscan la palabra “evidencia” en aras de volver a activar las coordenadas del pensamiento simple (un sujeto es igual a otro sujeto e igual a otro sujeto; lo que sirve aquí, sirve allá y servirá más allá también, impártase el mismo “tratamiento eficiente y útil” para personas que tengan los mismos problemas, las mismas condiciones, los mismos síntomas…), y el retorno del empirismo más burdo: solo lo cuantificable y lo visible es real, la sustitución del acontecimiento singular por los cuadros de tendencias, la sustitución de la singularidad por los números.
Justo en el momento en que las ciencias de la complejidad reconocen que vamos hacia una mayor opacidad e intransparencia del mundo, que nuestra contemporaneidad se caracteriza por el conocimiento de los límites del conocimiento y el reconocimiento de que necesitamos de una lectura más compleja de la persona humana, se levanta todo un sector que, por la vía de su aferramiento a la palabra “evidencia” (como quien se aferra a una pared que se está cayendo) se lanza a la resucitación de figuras de pensamiento absolutas como forma de compensar su ausencia de certezas.
Pero supongamos que, en aras del respeto a las diferencias, reconozcamos que el evidence based research tiene su lugar en la academia (tipo “hay cancha para todo el mundo”). El problema es que son precisamente los partidarios del evidence based research, su absolutismo, los que no quieren permitirle ese espacio a otros abordajes teórico/investigativos. Se cuidan de decir “se admiten otros abordajes siempre y cuando se posicionen bajo la sombrilla del evidence based” (o bien “todos pueden bailar pero solo si se mantienen en el corralito de las investigaciones basadas en evidencia”). ¿Cómo es posible que toda una institucionalidad sea capaz de avalar involución semejante?
Como sabemos, en el trayecto de la Modernidad la inconsistencia del conocimiento ya se ha puesto en marcha. No hay ciencia unitaria, mucho menos saber onmicomprensivo. El propio Foucault planteó que un saber que se nos represente como “la verdad de la cosa” es en sí mismo la definición de lo que constituye el poder.
Al paso que van las cosas, habrá que volver a la pregunta, ¿qué es una investigación?, ¿qué significa investigar y qué es una “evidencia” en tiempos de incertidumbre empírica e indecidibilidad teórica?
Las instituciones universitarias tendrán que enfrentarse a las agencias acreditadoras (defendiendo la riqueza y diversidad intelectual de sus programas y ofrecimientos) o posicionarse a su servicio en el peor sentido de la palabra.
- Evidencia es un término que procede del latín evidentĭa y que permite indicar una certeza manifiesta que resulta innegable y que no se puede dudar. En http://definicion.de/
evidencia/ [↩] - http://www.apa.org/pubs/
journals/features/evidence- based-statement.pdf [↩]