Exitosa Jornada Europea de Acción y Solidaridad
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Las organizaciones sindicales que convocaron a la Huelga General del 14 de noviembre en Europa, se mostraron convencidos de que las movilizaciones desarrolladas en casi todos los países europeos, entre ellas la huelga general y las manifestaciones masivas en España, marcarán «un antes y un después» en el continente.Según los dirigentes de las centrales obreras españolas, tras el éxito de la huelga, los gobiernos «están obligados reflexionar que «no hay salida sólo en la austeridad». El líder de la Unión General de Trabajadores de España, Cándido Méndez, ha insistido en que la huelga tuvo un seguimiento superior al del anterior paro general, el del pasado 29 de marzo, teniendo en cuenta que esta vez había un millón más de trabajadores en servicios mínimos y que 600.000 asalariados han perdido su trabajo entre medias de ambas huelgas.
Los sindicatos destacaron que la huelga dio resultados el mismo día de su convocatoria, una afirmación que justifica en dos hechos: la comparecencia del vicepresiente de la CE, Olli Rehn, diciendo que no se van a pedir más ajustes a España, y la del ministro de Economía, Luis de Guindos. «El mismo Olli Rehn, el comisario que como un cancerbero persigue a la economía española, hizo una comparecencia pública, no prevista. (…) Que dijera el señor Rehn que no iba a aumentar el garrote vil al que nos tiene sometidos la Comisión europea ya es un primer resultado de la huelga que debía reconocer el Gobierno», afirmaron.
Según la dirigencia de Comisiones Obreras (CCOO), el Gobierno debería aprovechar los resultados de esta huelga para convocar un referéndum sobre sus políticas, ya que las multitudinarias manifestaciones, algunas sin precedentes en el periodo democrático, no pueden desligarse de la jornada de huelga general.
La central obrera asegura que la canciller alemana, Angela Merkel, tomará buena nota del «hito histórico» que supuso ayer la movilización de la ciudadanía europea contra los recortes. «La gente está saliendo de esa suerte de apatía y de resignación» en la que estaban inmersos, como si hubiera caído una maldición bíblica, y está empezando a expresando su indignación” concluyeron.
La primera huelga internacional del siglo XXI
Según analistas, las manifestaciones del 14 de Noviembre marcan un hito histórico pues se trata de la primera huelga internacional del siglo XXI.
Convocada como la Jornada Europea de Acción y Solidaridad por el empleo y contra las medidas de austeridad, se llamó a realizar protestas y manifestaciones en múltiples países así como una convocatoria de huelga general en España, Portugal, Italia y Grecia. A dicha convocatoria se unieron múltiples colectivos y movimientos sociales, contribuyendo con ello a que la huelga trascendiera el ámbito estrictamente laboral.
Los ciudadanos europeos, especialmente los de los países periféricos, han experimentado un significativo retroceso de sus condiciones de vida desde que comenzó la crisis. Los trabajadores griegos han visto cómo sus salarios y pensiones se recortaban entre un 30% y un 40%, cómo se suprimían el 15% de los empleos públicos, cómo se retrasaba en 4 años la edad de jubilación y cómo se cerraban cientos de colegios y hospitales.
En Portugal se suprimieron las pagas extra de empleados públicos y pensionistas, se han eliminado 100.000 puestos de funcionario y una reforma laboral ha reducido las indemnizaciones por despido, las vacaciones, los subsidios de desempleo y la remuneración de las horas extraordinarias.
El gobierno italiano incrementó el IVA del 21% al 23%, elevó la edad de jubilación hasta los 66 años y congeló las pensiones, al tiempo que ha procedido a la privatización de numerosas entidades públicas.
En España se produjeron recortes salariales y despidos que han afectado de forma generalizada a los trabajadores tanto en el sector público como en el privado, se ha retrasado la edad de jubilación y se ha alargado el periodo de cómputo para su cálculo, la reforma del mercado de trabajo facilitó y abarató el despido al tiempo que quebraba la negociación colectiva, y los recortes en sanidad y enseñanza han sido generalizados y masivos (eliminación de derechos de asistencia, cierre de servicios y unidades, copago de medicamentos, incremento de las tasas universitarias, despidos de personal, etc.).
Estas políticas, implementadas bajo la presión de Bruselas y en nombre de la recuperación económica, no han hecho más que profundizar la crisis, empobrecer a millones de ciudadanos en toda Europa e incrementar las desigualdades sociales. Además, estas medidas se han adoptado sin respaldo social y de forma fraudulenta, dado que no estaban contempladas en los programas electorales de los gobiernos que las han impuesto.
La socialización de las pérdidas bancarias, una estructura impositiva regresiva y caracterizada por la desfiscalización de las rentas del capital, y la negativa del Banco Central Europeo a comprar deuda de los países en apuros han determinado que las economías periféricas incrementasen durante la crisis su deuda pública. Así, aunque el déficit primario (aquel que excluye el pago de intereses sobre la deuda) de Portugal, España, Grecia e Italia se sitúa actualmente, en promedio y según datos de Eurostat, en el -1,6% del PIB, estas economías se ven forzadas a hacer dramáticos recortes sociales para seguir pagando los abultados intereses de la deuda pública. Sólo en España los intereses de esta deuda ascienden a 114.000 millones de euros durante el periodo de 2008 a 2012 (equivalente a un 12% del PIB).
Según las organizaciones sindicales, “las declaraciones programáticas, los manifiestos críticos y los llamamientos a un cambio en la política, aunque necesarios, serán papel mojado si no cuentan con el respaldo social necesario y con la movilización popular que los empuje”.
* Información publicada en el diario digital español Público, en parte de la autoría de Nacho Álvarez.