Hora cero para el diálogo
Al caer la noche del lunes parecía inevitable una confrontación entre estudiantes y agentes de seguridad privada, y así ocurrió.
En el Recinto de Río Piedras ya tenemos varios heridos, propiedad de la Universidad vandalizada, y una estela de incertidumbre y confusión entre quienes esperan noticias para acudir a estudiar o movilizarse a apoyar la resistencia en un centro educativo ocupado por la Policía.
El movimiento estudiantil acudió dividido profundamente a una cita con un paro que no gozaba de legitimidad ni de apoyo real a primera vista.
Una improvisada asamblea de estudiantes que respaldan el paro resolvió anoche construir barricadas. A continuación se arrancaron paneles de madera y se removieron sillas, mesas, planchas de zinc y algunos escombros de distintas áreas del recinto para obstruir el acceso vehicular.
Se levantaron barricadas frente al Museo, el área de Música, frente a la Escuela de Comunicación, en las inmediaciones de Sociales y Derecho, y en el acceso hacia la avenida Barbosa.
A las 2:15 de la mañana se salió de control la situación. Se produjeron varios encuentros violentos fuera y dentro del recinto entre manifestantes y empelados de seguridad privados.
Previendo la confrontación, anoche circuló un borrador de declaración entre profesores en el que se hace un nuevo llamado a un diálogo sensato que permita superar la crisis vigente. Algunos describen el momento como «la hora cero». A continuación, el texto:
LLAMADO URGENTE
Soplan nuevamente sobre nuestro Recinto vientos de violencia. Pero en esta ocasión, las condiciones que permean en nuestro Recinto y en nuestro País, abonan a que pueda darse una tormenta perfecta que ponga en riesgo la existencia misma del primer centro docente del País. El anuncio de los estudiantes de celebrar un paro de 48 horas comenzando mañana martes y un voto de huelga a comenzar el día 14 de diciembre ha sido respondido con advertencias de la administración universitaria de que utilizará todos los medios a su alcance para mantener la universidad abierta. El Gobierno, a su vez, a través de expresiones del Secretario de la Gobernación validadas por el Gobernador de Puerto Rico y la Presidenta de la Junta de Síndicos de la UPR, han intimado que la forma de poner fin al conflicto es sacando a patadas a los estudiantes y a los docentes que los apoyen.
En un momento en la historia del País en que se han registrado repetidos actos de brutalidad policíaca contra ciudadanos que ejercen sus derechos constitucionales de libertad de expresión y asociación, se impone la necesidad de hacer un llamado al Gobierno, a la administración de la UPR y a toda la comunidad universitaria a ejercer, de forma responsable y sosegada, sus derechos y/o deberes. Llamamos la atención a la existencia en nuestro Recinto de una Política de No Confrontación, la cual surgió en la década de los 90, precisamente para impedir que se registraran nuevamente en nuestra institución las amargas experiencias de muerte y violencia que marcaron las huelgas de las décadas del 70 y del 80.
La política de No confrontación, propuesta por el Rector Juan Fernández en la década del 90, aprobada por el Senado Académico mediante la Certificación num. 49 de 2003-2004 y divulgada a la comunidad universitaria mediante la Carta Circular Núm. 42 del año académico 2004-2005 promueve al menos cinco principios fundamentales: 1. privilegia el debate universitario y la discusión creativa y vigorosa de las ideas; 2. defiende la autonomía universitaria, que en este contexto significa el derecho de la Universidad de dirimir sus propios conflictos; 3. es un llamado a la acción a fin de resolver las diferencias de una forma pacífica y creativa; 4. es un compromiso de trabajar para mantener el diálogo y la comunicación necesaria que evite las confrontaciones y la intervención externa; 5. es un rechazo a la violencia como forma de resolver los conflictos que surjan en el espacio universitario.
Como señalara la Cátedra UNESCO de Educación para la Paz en su Carta abierta a la Comunidad Universitaria de octubre de 2002:
“Como comunidad universitaria, tenemos la responsabilidad de resolver nuestras diferencias de forma pacífica y democrática. Los principios de libertad de expresión, tolerancia, paz y respeto a la dignidad del ser humano deben ser los que nos guíen en la discusión de los asuntos que nos atañen como universitarios y como ciudadanos. Nuestro pueblo no puede continuar siendo víctima de la intolerancia y persecución política que ha predominado en nuestro país. La Universidad de Puerto Rico no puede convertirse nuevamente en escenario de violentas luchas y de confrontación entre puertorriqueños. Para evitar repetir los dolorosos y trágicos eventos del pasado, el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico ha adoptado una política y unos procedimientos de NO CONFRONTACIÓN, la comunidad universitaria tiene la obligación de conocer, dar cumplimiento y aportar a la política de NO CONFRONTACIÓN.
A su vez, el liderato estudiantil debe fomentar el diálogo sobre ideologías políticas o de otra índole, de forma pacífica y democrática y evitar a toda costa sucumbir a la provocación. En un momento en que el mundo entero vive los efectos de siglos de violencia y de intolerancia política, religiosa, étnica y cultural, la comunidad universitaria debe dejar a un lado los estilos de violencia y confrontación del pasado y ser forjadores del creciente movimiento pacifista, donde predominen los medios no violentos de resolución de conflictos, la tolerancia y el respeto a la dignidad del ser humano. Sólo así podremos transformar la cultura de violencia en que vivimos en una cultura de paz y no confrontación.”
Hacemos un llamado al Gobierno, a la administración y a la comunidad universitaria (estudiantes, docentes y no docentes) a ejercer prudencia y a abrir las puertas al diálogo y a la mediación. Exigimos del Gobierno y de la Administración Universitaria el respeto a la autonomía universitaria y a la Política de No Confrontación y reclamamos a que desistan de toda acción de traer al Recinto fuerzas externas para mantener el orden institucional. Las experiencias de muerte, violencia, intimidación y menoscabo de la dignidad del ser humano que sufrió la comunidad universitaria debido a la presencia de fuerzas policiales dentro del Recinto en conflictos huelgarios pasados, no deben repetirse. Una Universidad sitiada por la Policía o por cuerpos de seguridad no adiestrados en el manejo pacífico de conflictos, no provee un ambiente propicio para la enseñanza y la educación, ni un lugar seguro ni libre de riesgos para estudiantes, docentes y empleados.
Rechazamos toda forma de violencia, venga de donde venga y exhortamos a la administración y a la comunidad universitaria a resolver nuestras diferencias de forma pacífica, a través del diálogo y la mediación, de forma tal que todos los sectores de la comunidad universitaria podamos unirnos en busca de soluciones adecuadas para resolver la grave crisis por la que atraviesa nuestro primer Centro Docente.
Reportaje de Wapa TV sobre la asamblea estudiantil de 1981, frustrada por la intervención violenta de la Policía. Efrén Arroyo narra con agudeza y perspicacia los sucesos acaecidos en dicha asamblea, cuya pertinencia aumenta ante el tenso ambiente de incertidumbre que se vive actualmente en el mismo espacio del campus universitario. Este vídeo es un extracto del programa televisivo «Prohibido Olvidar» dedicado a la Huelga de 1981 en la UPR.