Impactar
Cualquiera que escucha el verbo en atención queda. Mas al desmenuzar el contenido del mensaje emitido, aquel que escucha adviene en cuenta que en el paquete hay poco, o nada para llevar. Se trata de la palabra impactar, ahora muy salivada y lubricada en boca de funcionarios, que papagayean formulas y lugares comunes aprendidos de algunos relacionistas profesionales diestros en la incultura y la rápida facturación, quienes a su vez -en simbiótico idilio- devienen en estrategia las desaforadas cavilaciones de burócratas palurdos con ansias de protagonismo mediático.
Antes en atención quedábamos cuando escuchábamos una exhortación a la búsqueda de consenso, el recibo de insumos o a colocar el asunto en su justa perspectiva: frases de torombólica elegancia y feliz olvido, con la cual los personeros de la administración gubernamental despachaban la responsabilidad de informar a la ciudadanía sobre su gestión, abocada al mediocre fracaso.
La frase dicha por decir algo -porque algo hay que decir- se transforma en la feca de la crisis irresoluta del momento, enmascarada por cifras llamadas a la sensación: En la mañana de hoy, cien policías han impactado 35 puntos de droga, en los cuatro puntos cardinales de Puerto Rico. Con esta acción, impactamos la seguridad y calidad de vida de más de 350 familias…. hemos puesto en marcha un programa piloto de rehabilitación, al costo de $2 millones, con el cual pretendemos impactar a más de 150,000 adictos…planeamos la siembra de 100,000 árboles para así impactar el impacto que pueda ser causado por la construcción…
Con tanto impacto retórico mediatizado, la imaginación y la creatividad, que en momentos de crisis son las llamadas a la búsqueda de soluciones, son enviadas al estercolero del bullshiting en pos de una muletilla con la que el funcionario pueda sobrevivir esos dos o tres minutos de exposición ante el pueblo de Puerto Rico que nos escucha y ve.
Sin embargo, hay otros impactos ensombrecidos por esa retórica claraoscura con cuerpo de verdad y cabeza de mentira. Impactados todos esos paisajes que ya no están, desaparecidos por la codicia entretenida de pocos y para el aburrimiento de muchos. Impactadas todas las especies de flora, fauna y la topografía que vivieron cientos de años saludables y en paz sin el derrame de químicos o la torta de cemento. Impactadas las vidas de los ciudadanos vejados por la brutalidad y corrupción policiaca, quienes no fueron consultados por el tiro, el macanazo o el caso fabricado que los postró humillados de miedo ante la vida. Impactados los residentes de las comunidades que son tratados como escombros de un progreso cada vez más desprestigiado y falaz. Impactados los miembros de la comunidad LGBTT, quienes son asesinados con la complicidad de la fobia generalizada e incendiada por el fundamentalismo encubridor de corrupciones, que poco tienen que ver con los deseos del cuerpo. Impactados todos nosotros ante la obvia y evidente impunidad con la que se manejan los asuntos en la old colony, donde todo se acata pero no se cumple.
Vaya nuestro saludo a todos los estreñidos de ideas que se regodean en su whatever en pos de provocarnos un impacto o choque mediático diario. Sí, estamos más que impresionados y desconcertados a causa de todos los acontecimientos y noticias. Así lo quise dejar plasmado en esta columna. Sin impacto alguno.