José Domingo
José Domingo
completo entre comillas
escribo tu nombre en Google
después del there are no matches for
siempre sale algo
sobre otros que se llaman casi como tú
lo leo con gusto o con pesar
según sea el caso
luego cambio la búsqueda a la categoría de imagen
sabiendo que no debo
y hago como los locos mucho click y scroll
cuando me agota ver que no te veo
enfrento
por enésima vez
que te moriste antes de la internet
que si escucho un ¿Aló? Katita, Katité
es solo un sueño
y en el sueño me asombra recibir
una llamada desde Allá
y celebro tal avance de la tecnología
aunque nunca logro
nunca puedo
contestar
En la morgue
El custodio descorre
breve umbral de metal;
el humo de los fríos se hace al aire
como un velo que huye
dejándome tu rostro y la sangre agolpada
en terribles países
sobre el mapa de tu cuerpo.
Me pide que no mire y te coloca
un inútil pañuelo
incapaz de frenar este obsceno espectáculo
en que tras tus párpados
que eran cortinas para cielo,
la noche verdadera se ha quedado.
Desnudo está tu cuerpo
sobre la lisa lámina
tan de laboratorio
tan de carnicería
tan de asombro.
Me aprendo quien no eras.
Te acaricio con mano temblorosa,
avergonzada,
pensando en las mujeres que te amaron;
en nuestra impotencia para retenerte.
Miro tus manos ligeramente alzadas,
la sangre seca bajo las uñas,
y un hilo endurecido desde el oído al hombro
que ya nadie sino el fuego limpiará.
Tú, que recorriste amores y hemisferios
buscando sin saber
lo que ahora encuentro,
porque la vida era una cosa que había que gastar.
Reconozco tu cansancio de vivir,
este simulacro del que acabas de escapar
y su mímica inútil.
Quizá por eso estabas tan desnudo,
quizá por eso te impusiste estar solo
y dejarle a las llamas el trabajo final.
Si la naturaleza aborrece el vacío,
déjame estar.
Si la inmovilidad es imposible,
déjame estar
siquiera temblando este momento.
Si el tiempo no es más que una serie fotográfica,
déjame verte desnudo para siempre
y hasta nunca, será igual.
El custodio me informa
que mis cinco minutos se agotaron,
que es tarde y ya la morgue
debería estar cerrada.
Papito mío,
gran enemigo de las teorías,
tuviste que demostrarme con hechos
lo que era morirse.