Junta de Planes convoca a la «desplanificación»
Con fecha del 12 de mayo, la Junta de Planificación emitió un comunicado de prensa anunciando la celebración de vistas públicas sobre la “Primera Fase del Plan de Usos de Terrenos Regional”. Para mi asombro –y sé que para muchos también– el comunicado indicaba que las audiencias se llevarían a cabo del 17 al 20 de mayo de 2011 ¡cinco días después, así no más!
Aunque consciente de la imposibilidad de participar en las audiencias –ante la brevedad del tiempo impuesto por la Junta– me dispuse a leer los planes. Lo primero a destacar es que se trata (en esta etapa) de cuatro regiones, por tanto, son cuatro documentos de más de 200 páginas, cada uno. Si difícil es leer y analizar uno de los planes para exponer ideas y opiniones fundamentadas, resulta casi imposible evaluar los cuatro como es el interés de muchos ciudadanos. ¡Ah!, para los que no tienen acceso a la página de internet de la Junta, la única opción es leer los documentos en las alcaldías, lo que limita aún más la participación. Como si las anteriores restricciones fueran pocas, a los viequenses y culebrenses no se les dio opciones de participación, se les marginó y cercenó ese derecho. Resulta inconcebible que los funcionarios dirigentes de la Junta pretendieran que los residentes de ambas islas municipios se trasladaran a Naguabo para poder participar de las vistas. ¡Cuánta inconsciencia sobre la realidad de Vieques y Culebra!
Así las cosas, de entrada, el proceso de participación es una parodia de muy mal gusto. Constituye el reverso de un proceso democrático, es una invitación a no participar. El proceso mismo es un atropello, es insultante. Claro, esa parece ser, sin duda, la intención.
El antecedente de estos planes es el mandato de ley que obliga a la Junta de Planificación a elaborar el Plan de Usos de Terrenos (PUT). Según la Ley 550 de 2004, el PUT debió terminarse en diciembre de 2006. Sin embargo, durante las pasadas dos administraciones del Partido Popular la preparación del PUT se frustró, principalmente como resultado del cabildeo y de las presiones enormes que algunos alcaldes y desarrollistas efectuaron y que llevaron al entonces gobernador Aníbal Acevedo Vilá a incumplir su compromiso.
Ahora nos enfrentamos a este nuevo intento que no augura nada bueno.
Pero, ¿qué contienen estos planes? Por supuesto que no pude leer los cuatro planes, por lo que decidí al azar, leer el correspondiente a la Región 5. El asombro se impone desde las primeras páginas. Luego de revisarlo y volver a leer algunas partes y verificar que no hubiera saltado alguna página, caí en un estado de indignación. Veamos:
Para dirigir y formular el Plan se crea un Consejo Regional compuesto por los alcaldes de los municipios de la Región. A base de la descripción de este Consejo –por cierto, muy general– todo indica que el mismo será el organismo donde se “cocinará” el Plan. Es decir, este Plan lo decidirán los alcaldes. Esto es significativo porque, como se mencionó anteriormente, fueron los alcaldes, junto a los desarrollistas, los que obligaron a Aníbal Acevedo Vilá a descarrilar el esfuerzo anterior del PUT. Entonces, está claro que los alcaldes serán los “arquitectos” de estos planes. Cierto es que los ejecutivos municipales deben tener una participación importante en el proceso de elaboración de los planes de usos de terrenos. De esto no hay duda. El problema estriba en depositar únicamente en ellos la conducción del proceso dejando al margen los demás sectores sociales.
La estructura de participación ciudadana que servirá de “representación democrática” es una caricatura. Se propone la creación de un Consejo Asesor compuesto por ciudadanos. Pero, son los alcaldes quienes van a nombrar a los dos ciudadanos por cada municipio. ¿Qué les parece? Nótese que en la Ley de Municipios Autónomos los alcaldes también nombran a los miembros de las Juntas de Comunidad que viene a ser la instancia representativa. La diferencia radica en que en dicha Ley se establece categóricamente lo siguiente: “Dichas Juntas serán organismos representativos de los distintos sectores ideológicos, sociales y económicos de la comunidad en que se constituyan. A tal fin, el municipio no podrá discriminar por motivo de raza, color, sexo, nacimiento, origen o condición social, ni por ideas políticas o religiosas al nombrar o confirmar los miembros de las Juntas de Comunidad.” En cambio, en estos Planes Regionales no se requiere esta condición.
Sobre el tema ambiental, la irresponsabilidad rompió todo límite. Por lo menos en el Plan Regional 5 no se hace mención a la amenaza que representa el cambio climático y el calentamiento del planeta. Es increíble que la Junta de Planificación omita, en los planes de usos de terrenos, un fenómeno que ya nos está afectando. ¿Qué clase de planificación es esa?
La perversión político-partidista de estos planes se desborda al incluirse, como asunto estratégico, el gasoducto. ¡Sí! un proyecto que todavía no tiene un solo permiso, amén de su corroborado e incontrovertible daño al ambiente, a la seguridad y al ser humano, y de la apabullante y masiva oposición al mismo.
La provocación y el cinismo hacia las comunidades –y a la larga historia de las luchas ambientales en nuestro País– se dramatizan al identificarse a los grupos ambientales y comunitarios, y a la Ley que protege al Karso, como una amenaza. Esto, sencillamente, no tiene precedente.
Finalmente, estos planes no hacen referencia alguna al Plan Integral del Recurso Agua (PIRA), aprobado en el 2008, que tiene fuerza de ley y que define la implantación de la política pública sobre el manejo, uso y conservación del vital líquido. Asumo que, para los que prepararon estos planes, el PIRA es también una amenaza.
En resumen, estamos ante una Junta de Planificación que le cierra el paso a la democracia e, ilógicamente, ¡a la planificación!.. Réquiem por una Junta.