La despedida del nombre
a Xavier
Busco un plan de justicia que me afecte el corazón.
Un cambio de nombre que borre las penetraciones
los verdaderos horrores de la niñez
los yugos y las imposiciones de los padres
busco un cambio de nombre que me afecte la esperanza.
Hacerle frente a los hombres de fe
cuando vienen a mi cama en la oscuridad
para acostarse a mi lado
y tocarme los entuertos.
Porque esta vez, no huiremos.
No huiremos.
No huiremos.
Busco un plan de justicia que me despeje el pecho.
Un cambio de nombre que elimine los animales con cara de demonio
de mis sueños,
los verdaderos cucos debajo de la cama
y los que se visten de padre
para sembrarte el terror por trece años,
busco un cambio de nombre que me transfiera el ardor.
Hacerle frente a mis ganas de ser víctima de violación
cuando en la oscuridad de los parques
busco violencia sexual
porque yo, como tú, quiero ser hecho,
construido, recreado a la imagen de otro hombre.
Nunca más nos violarán
porque esta vez, no tendremos miedo.
No tendremos miedo.
No tendremos miedo.
Busco un plan de justicia que ilumine mis manos
como huesos de ángel y sangre de oscuridad
que se niegan a rezar y se ponen a la obra
porque puede que aparezcan los fantasmas de ojos rojos
pero no tendremos miedo,
levantaremos nuestras linternas,
antorchas, encendedores, velas y fósforos,
y con la luz y la frente en alto
nos cambiaremos los nombres a los verdaderos
y gritaremos con el león en nuestros corazones
mientras nos tomamos la mano
porque seremos nosotros
uno y todos, todos y uno
miles de pequeños cachorros
morderemos, tiraremos puños, patadas, piedras
y nos defenderemos de los padres, los curas y los reverendos,
los pastores de báculos y alma de cazadores
y las madres que consienten
y no habrá un solo reino al que no llegue nuestra voz de desafío
porque seremos una sola voz,
una sola voz
una
sola
voz.
*del poemario inédito La despedida del nombre