La ‘gataparda’

BembaPR
«Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie»
–“Il Gattopardo”, Giuseppe Tomasi di Lampedusa
Podemos decir que la gobernación de la licenciada Wanda Vázquez Garced se ha convertido en un clásico ejemplo de gatopardismo. Antes de asumir el cargo, la nueva gobernadora fue cuestionada duramente por tener serios señalamientos de comportamiento antiético en su desempeño como secretaria de Justicia. Durante la “insurrección de julio 2019”, se le veía como parte de la “claque” del gobernador, como su “costurera jurídica”. Se alega que ignoraba selectivamente referidos de acciones ilegales de funcionarios de gobierno y que intervenía indebidamente en investigaciones de su secretaría. Su nombramiento, fue recibido por el pueblo en las calles con la consigna #wandarenuncia.
No obstante, ante la toma de posesión ilegal de Pedro Pierluisi y los conflictos internos del PNP, la gobernadora Vázquez Garced se convirtió en el menor de los males. Frente a la pérdida de legitimidad de la clase política y la partidocracia, un tribunal supremo dividido consistentemente por líneas partidistas e ideológicas se unió para “restaurar el orden” y tratar de restablecer la viabilidad del estado colonial fallido. El laudo unánime del supremo se celebró como un triunfo de la constitución y las instituciones democráticas. Se puso en suspenso el cuestionamiento ético de la secretaria de Justicia que asumiría la gobernación. También se consignaron al olvido las acciones del esposo de la gobernadora, un juez que se alega intervino con un potencial testigo en un caso contra su esposa, transgrediendo el canon ético que rige el sistema de tribunales.
La nueva gobernadora asume, entonces, y a pesar de los señalamientos y cuestionamientos éticos, el rol de “facilitadora” de un diálogo conciliatorio que permita un imaginado retorno a la normalidad. Se reúne con todos los grupos que levantan su voz, desde las feministas radicales que exigían la declaración de un estado de emergencia ante la violencia de género, hasta los viequenses que protestan contra cambios arbitrarios que deterioran el servicio de lanchas del cual dependen sus vidas.
La gobernadora dice a todos y todas que sí, que se estudiará y se tomará acción, demostrando grandes habilidades en la “cosmetología política”. A las feministas radicales les concedió un decreto de “alerta”, que no de emergencia. De esta manera complace ambos extremos del debate: acepta la existencia de un problema, a la vez que valida el argumento de la legisladora Milagros Charbonier de que el problema de violencia de género no se le ha salido de control al gobierno de su partido. Asimismo, remueve a la directora de la Autoridad de Transporte Marítimo de sus responsabilidades en el transporte de Vieques y Culebra a la vez que declara su respaldo a su desempeño. “Una de cal y una de arena” parece ser el lema de la nueva gobernadora, para quien todo está en proceso de solución mientras nada se resuelve.
En esa misma postura duplícita, la gobernadora avala el acuerdo de recortes a las pensiones de los/as empleados/as de gobierno, a la vez que rechaza un propuesto aumento en la tarifa de energía eléctrica para “defender” al pueblo. Vende a unos, y “defiende” a otros en un mismo movimiento acomodaticio que pretende una normalidad en medio del caos creado por la mezquindad y avaricia neoliberal de la Junta de Control Fiscal, la plutocracia y la kakistocracia puertorriqueñas.
El “gatopardo” (leopardo jaspeado) era parte del escudo de la familia noble siciliana que pretendía jugar en los dos bandos de la revolución de unificación italiana. La gobernadora Wanda Vázquez Garced se convierte en la “gataparda” del PNP: asume un discurso conciliatorio para desviar la atención de la crisis de legitimidad de la kakistocracia y la partidocracia tras “la insurrección de julio 2019”. El gatopardismo de la gobernadora facilita que continúen imperturbadas prácticas corruptas y antiéticas de los/as funcionarios/as de gobierno, legisladores/as, alcaldes/as y sus allegados/as. Viequenses y culebrenses continuarán con sus problemas de transportación, la violencia de género continuará cobrando víctimas, y la Junta continuará con sus recortes abusivos mientras empleados/as fantasmas, asesores/as legislativos de yoga, educación física y preparación de crepas continuarán cobrando por sus muy esenciales servicios y vendiendo rifas para sus jefes/as. Cambian el discurso y el tono, pero la danza de los corruptos continúa impertérrita.