La Laguna San José no está muerta
La información que pronuncia la muerte de la Laguna San José y la presenta como un lugar “peor que un desierto”, donde “no hay nada vivo, sólo bacterias”, resulta ser un error de interpretación de un estudio reciente. Las lagunas San José/ Los Corozos fueron dragadas en las décadas de 1950 y 1960 para obtener relleno, con el que se estabilizó el lugar de construcción de los condominios Laguna Gardens y del residencial Las Margaritas. Por esta razón existen en la Laguna San José unos agujeros o depresiones artificiales de hasta 35 pies en cuyo fondo, en efecto, no hay vida porque no llega luz ni oxígeno. La profundidad original de ambas es de 6 pies y un máximo de 8 pies. El 17% de las lagunas San José y Los Corozos fue dragado y es allí donde están las depresiones artificiales.
“Las lagunas San José y los Corozos no están muertas y ocupadas sólo por bacterias, son cuerpos de agua angulares, que albergan distintos tipos de vida con pocos precedentes. Un ejemplo crítico es el de los islotes/mogotes calizos rodeados por agua de la Guachinanga y la Guachinanguita, donde anidan aves y existe flora única en el planeta. La Laguna sirve de pesca y liberación del sábalo y aún provee un espacio vital para viajes de ecoturismo promovidos en el área por el Programa del Estuario desde 1992 y donde precisamente observamos y documentamos junto a los visitantes la vida que en ella circula”, comentó Javier E. Laureano, Director Ejecutivo del Programa del Estuario de la Bahía de San Juan.
“Aunque está localizada dentro de una cuenca altamente urbanizada, esta laguna es muy diversa y cumple una función clave en el ecosistema. El Programa del Estuario de la Bahía de San Juan documentó allí sobre 14 especies de peces incluyendo especies de importancia deportiva como el sábalo y más de 40 especies de aves. (Informe de Flora y Fauna del Estuario de la Bahía de San Juan– Publicación técnica 01-96 por Luis Jorge Rivera Herrera). Además, presenciamos en el fondo del cuerpo de agua especies como camarones y cocolías, entre otras. Una de las especies más interesantes que habitan en el fondo son las comunidades de mejillones descubiertas en las lagunas por el Programa del Estuario. Estos organismos juegan un papel importante en la ecología de ambas lagunas”, señaló el Dr. Jorge Bauzá-Ortega, Asesor Científico del Programa del Estuario y Oceanógrafo.
Al certificar que en las lagunas San José y Los Corozos no hay vida marina alguna y que es un desierto inhabitado, se está dando un paso en falso que pone en peligro su ecosistema vivo. Si la percepción pública errada es que están muertas del todo, por lo que se entiende no hay aves, peces, crustáceos o árboles, poco importan entonces. Por otro lado, comunicar erradamente que sólo hay bacterias en la Laguna San José atenta contra los proyectos de ecoturismo como los de Cantera, una herramienta importante de mejoramiento social y económico de esta comunidad y de la ciudad.
A pesar de los impactos sufridos por las lagunas San José y Los Corozos, estos importantes cuerpos de agua sustentan al día de hoy una diversidad de flora y fauna de gran valor ecológico. En ellas, sin lugar a dudas, existe un sinnúmero de especies vivas, tanto en el agua como en su fondo (especies bénticas). Su salud mejorará significativamente con el dragado del Caño Martín Peña, debido a que no sólo creará un mayor flujo de agua entre la Bahía y la Laguna San José sino que facilitará una nivelación e hidrología adecuadas para que haya más vida.
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