¿La «patrimonialización de todo»?
A pesar de que reconocemos que el Instituto cuenta con profesionales comprometidos que rinden su labor, lo cierto es que a través de los años el ICP ha sido incapaz de cumplir con su función de mantener el patrimonio que tiene bajo su jurisdicción (como el Fortín de San Gerónimo, las ruinas de la Batería de Bajamar, la Batería de Isabel II, la Antigua Casa Suazo, inclusive su propia sede el Antiguo Asilo de Beneficencia está sumamente deteriorado y a punto de ser declarado edificio enfermo, y cuyo costo de reparación sobrepasa los cuatro millones de dólares). Si el ICP ha sido incapaz de hacer cumplir la normativa en protección del patrimonio que está en manos privadas o de otras agencias gubernamentales o municipios (cómo olvidar la famosa “Limpieza” de las murallas por la propia Fortaleza ante la cual el ICP se cruzó de brazos), ¿que pretende lograr con la llamada “patrimonialización de todo”?
No basta con incluir un paisaje, un espacio natural o una estructura en una lista, que al final es papel mojado, ni de nada sirve ponerle una placa o un letrero que identifica como patrimonio X o Y lugar, si al fin de cuentas el llamado “patrimonio” se deja en el abandono, convertido en basurero y lleno de graffiti. Lo importante es que todo aquello que sea identificado como “patrimonio” realmente se proteja, se mantenga y se conserve como merece, que se le de el valor y la importancia que su designación como patrimonio debe comportar, y se asignen los fondos necesarios para su preservación.
Por otra parte, nos cuestionamos los criterios que utilizaría el ICP para implantar su propuesta política de “patrimonialización”, ya que según la Dra. Ramos Collado, “tenemos derecho al olvido, no podemos guardarlo todo”, por lo que “un buen ordenamiento patrimonial tiene que ser selectivo”. En este sentido, declara, en cuanto al Oso Blanco, que “institucionalmente, el Instituto endosó la demolición” porque la estructura “era una ruina” según establecido por “unos cuantos estudios de ingenieros… que están moralmente a prueba de la demagogia”.
Alega que la obra magna del arquitecto Francisco Roldán solo fue defendida por los arquitectos, pues no era parte de nuestra memoria colectiva “nadie nunca trató de inscribir el Oso Blanco” en el Registro de Estructuras Históricas de Puerto Rico – ignorando el hecho de que por ley el ICP es la agencia encargada de compilar y nominar estructuras para inclusión en dicho Registro- descartando por completo la importancia de la inclusión de la Penitenciaria en el registro federal del “National Register of Historic Places”.
La posición del ICP ante la demolición del Oso Blanco, entre otras expresiones que hace su Directora, revela la visión que esta agencia tiene de lo que es el “patrimonio”. Si siendo el Oso Blanco una estructura de reconocido valor histórico y arquitectónico, el ICP no le dio importancia alguna, y no se opuso a su destrucción, Dios nos coja confesados ante la “patrimonialización de todo” por el ICP.
* Este artículo fue publicado en la página de Facebook de la Puerto Rico Historic Buildings Drawing Society el pasado 5 de septiembre de 2014.