La violencia: un instrumento de cambio

foto por Herminio Rodríguez
“El colonizado, por tanto, descubre que su vida, su respiración, los latidos de su corazón son los mismos que los del colono. […] Si, en efecto, mi vida tiene el mismo peso que la del colono, su mirada ya no me fulmina, ya no me inmoviliza, su voz no me petrifica. Ya no me turbo en su presencia. Prácticamente, lo fastidio. No solo su presencia no me afecta ya, sino que le prepara emboscadas tales que pronto no tendrá más salida que la huida”.
–Franz Fanon[1]
En términos generales, el dilema político de Puerto Rico no se resuelve porque a los intereses corporativos multinacionales y locales les conviene el modelo colonial. Algunas de estas corporaciones multimillonarias se distribuyen en farmacéuticas o manufactureras que han cabildeado a favor de PROMESA y en contra de la celebración de consultas sobre el status de relaciones políticas con EUA. Entre estas se encuentran Coca-Cola, Johnson & Johnson, Amgen, Inc., United Technologies, Massachusetts Mutual Life, Bristol Mayers & Squibb, Cardinal Health, Honeywell International, Energy Answer Corporation, GDF Suez, Praxair Inc. y Excelerate Energy LLC, UTC Aerospace Systems, Citygroup, New York Life Insurance Company, Ambac Financial Group y Allstate Insurance. Estas empresas invirtieron cerca de 150 millones a favor de la aprobación de PROMESA[3].
Otro grupo de “gobernantes” se concentra en una milla de distancia que recorre parte de la Avenida Juan Ponce León en Hato Rey. Ahí se ubican bancos multinacionales, empresas locales y bufetes de abogados que manipulan las decisiones gubernamentales. Banco Popular es una de ellas, su mayor accionista perteneció al CAREF, el comité artífice de la “medicina amarga” que aplicó Luis Fortuño mediante la Ley 7. Otro grupo como UBS, Santander, Oriental Financial Service, y otras decenas, compraron deuda chatarra del gobierno de PR[4]. Con toda la mala intención, estos buitres aceleraron el endeudamiento y la quiebra, cobrando altos intereses a sabiendas de que el gobierno no tenía cómo pagarles de vuelta.
Uno de los bufetes más lucrativos es Pietrantoni Méndez & Álvarez LLC, contratados por la JCF y por el gobierno. Ahora fungen como asesores corporativos en las transacciones de las Alianzas Público Privadas. En la Avenida Muñoz Rivera está el bufete O’neil y Borges que contrató cabilderos de PROMESA, trabajó con Luis Fortuño y luego con la JCF. Estas conocidas firmas, entre muchas otras, asesoran al gobierno en la radicación y aplicación de leyes y se benefician de las mismas mediante la privatización. Esto representa un conflicto de intereses que alientan la crisis y la pobreza.
Los nombres de estas corporaciones y bufetes han sido expuestos por el Centro de Periodismo Investigativo y muchos otros medios. No falta un día en que no leamos en algún medio noticioso sobre algún conflicto de interés o falta de ética como a la que hacemos referencia. A diario también la prensa concluye que la colonia no sirve, que el Partido Nuevo Progresista (PNP) y el Partido Popular Democrático (PPD) no deben gobernar, que son unos corruptos, que se benefician personalmente de la política, y, que no resuelven los problemas primordiales porque somos una colonia.
Pero la receta de los medios irresponsables para curar la colonia es más colonia; para salir del bipartidismo, nuevos candidatos del PNP/PPD; para acabar con la corrupción más privatización. Con contadas excepciones, los medios son también parte del andamiaje que sostiene la colonia. Son donantes y miembros del PNP/PPD, son asesores de los intereses privados y se han educado en un sistema en donde predomina el liberalismo y la visión más egoísta de la vida.
No es extraño que el premio de Periodista del año de la Cámara de Comercio haya sido otorgado a Jay Fonseca. Este grupo de comerciantes han participado en el proyecto de privatización que se ha llevado a cabo desde los 70, defendieron la 936 y hoy defienden PROMESA. Jay recibió el premio del periodista que más ha defendido a la Junta de Control Fiscal (JCF) porque, como el mismo afirma, “son un mal necesario’.
A todo este apoyo económico e ideológico que mantiene al modelo político colonial se suma la coacción. Para Max Weber, un Estado es “aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio reclama para sí, con éxito, el monopolio de la violencia física legítima”. La fuerza bruta, el arresto, el golpe y el asesinato son el mecanismo de disuasión por excelencia del estado moderno. Pese a que la violencia es un tema tabú en la sociedad y en parte de la izquierda reformista, los gobernantes no escatiman en reprimir la oposición para mantener la estabilidad política que le permite al régimen funcionar y existir. La libertad está al alcance de la mano pero dice Fanon, “se encuentra protegida por terribles canes”[5]. El sistema político económico existe y prevalece por muchas razones pero principalmente por la violencia. En las manifestaciones multisectoriales que se organizan en la Avenida Ponce de León se movilizan contingentes de policías armados que cercan la Milla de Oro y protegen los edificios en donde se ubican las oficinas de los verdaderos gobernantes. La “partera de la historia” [6] obliga a cumplir con “la ley y el orden” colonial.
Días como el primero de mayo, el Estado necesita un espectáculo a lo Napoleón porque asisten miles de personas en calidad de trabajadores, un concepto cohesionador. Trabajadores somos casi todos, millonarios y privilegiados son unos pocos. Se movilizan una multiplicidad de fuerzas cuasi militares porque verdaderamente el régimen no tiene el respaldo de la mayoría de la población. Se sostiene en la capacidad militar y económica de un grupo minoritario de privilegiados que invierten mucho en debilitar la oposición. Es el elefante en el cuadro de Dalí, enorme y pesado pero sostenido sobre patas de araña finas y frágiles.
De acuerdo a Walter Benjamin, los episodios de violencia generan hegemonías y sólo otro episodio de violencia interrumpe este proceso. Por ello, el mayor temor del “Hegemón”[7] es “la violencia volcada en su contra”[8], estos episodios alteran el rumbo político-económico de la sociedad. La violencia es una condición sinequanon de la transformación, del cambio cualitativo.
El reclamo de renuncia a Rosselló aglutina todo el país, pero este reclamo sin algarabía, sin ruido, sin violencia mantiene la ilusión de estabilidad. Ilusión que, como se refleja en el chat de Telegram, parecería ser el objetivo inmediato del gobierno de turno.
El Gobernador renunciará como una implicación directa de las protestas masivas de los pasados días de julio y los futuros cambios llegarán al país como una reacción a episodios poco pacíficos. Tanto en el chat como las pasadas protestas ha dejado en evidencia que si llegara el día que proclama Julia de Burgos en donde “las multitudes corran alborotadas dejando atrás cenizas de injusticias quemadas”, el baqueo militar e ideológico del régimen político en Puerto Rico no será suficiente para frenar la oposición que representa la mayoría de la población, se le romperían las patas al elefante. Al fin y al cabo, decía Sartre, mantener un esclavo siempre le saldrá caro al amo[9].
Referencias
[1]Franz Fannon, Los condenados de la tierra, Fondo de Cultura Económica, 2014, p.39-40.
[2]Karl Marx, La ideología Alemana, Ed. El caballito, 2018, p.152.
[3]Carlos Alá Santiago, Karin J. Robles Ramos, Comentarios a la reforma laboral, Ediciones Situm, 2018, p.3. Véase otro reportaje al respecto: Juan R. Costa, The powerfull Lobbying that delivered the PROMESA bill, Noticel, enero 9 2017.
[4]Joel Cintrón Abatisti, 275 firmas de inversión se lanzaron sobre la deuda chatarra de Puerto Rico
Periodismo investigativo, 31 de agosto de 2016, página web: www.periodismoinvestigativo.com.
[5]Franz Fanon, op cit, p.46.
[6]Jean Paul Sartre, En Franz Fannon, Los condenados de la tierra, 1991, p.13.
[7]Forma que utilizó Juan M. García Passalacqua, Hegemón, otredad y mismidad de la otra cara, ed. Cultural, 1994.
[8]Jean Paul Sartre, Prólogo, Franz Fanon, op cit.
[9]Ibid.