ley natural
a veces sólo basta embestir el aire en una maroma
para descubrir que el helio es curvo y tiene cicatrices
que anido preso en la soltura de su dermis invisible
que soy una burbuja de otra piel entre su piel
a veces falta saberse con la sed de echar vuelo
y domar la bocanada precisa antecediendo el salto
sentir lo que el peso de los párpados al levantar la brisa
y saberse al borde del precipicio en una escama
que es también puñal sin filo devorando el diente de la carne
falta cristalizar los ojos al ver la vida vuelta escarcha
y como una luciérnaga fugando en velo hacia lo oscuro
no entender en las pupilas la luz que muge entre las alas
dolerse es una ruta necesaria en éste y todo salto
lo digo de verdad
desde los cayos de memoria que habitan en mis manos
desde el álbum de mis pasos olvidados
que arrincono y guardo como a una saeta de lo inmóvil
dolerse la verdad imaginada, la vena de la valentía
la esperanza acumulada y el ímpetu del golpe
que nos fuerza al primer paso que en aire es todo vuelo
el temor siempre antecede las maromas desde su ley natural
que rige tanto la fe de las palomas en los rayos
como las sirenas que naufragan en tiempo de relámpagos
pero ante el temor yo
me abrazo
al vacío
en la caída.