Lo político no es personal
Lo político, pues, debía responder a parámetros de la comunidad política, de la protección de todos los cuidadanos y ciudadanas según criterios de libertad, igualdad, justicia, democracia, todos ellos criterios para potenciar a la comunidad, que a su vez se enriquece con la protección de la diferencia y con la libertad de cada uno y una de sus componentes. Lo privado suponía ser del interés de cada individuo y no sujeto a escrutinio de la comunidad política. Lo político, sin embargo, suponía un nosotros que habría que atender entre ese diverso nosotros.
Hoy día el problema parecería al revés. Lo político ha devenido en individual, en lo personal. Los criterios para atender, evaluar y discutir los problemas y retos de la comunidad política -si se mira de cerca- la mayoría de las veces son criterios personales, sus premisas individualistas, al antojo y para los intereses personales de ciertos individuos y no de la pluralidad que compone la esfera de lo político. Solo unos ejemplos. Educación, Salud, Vivienda: según la capacidad de pago privada de cada cual, son bienes de consumo individuales. Servicios indispensables: se adquieren y tributan por individuos según su posibilidad de pago y consumo. Seguridad: a cada cual conforme al poder adquisitivo, de acuerdo al tipo de cierre de la calle y al valor de los pequeños feudos. El servidor o la servidora pública cobra de acuerdo a criterios patrimoniales privados y no de acuerdo con la posibilidad del país al cual ‘sirve’. Las tragedias del país se reportan y analizan como tragedias familiares y personales. Las controversias jurídicas se adjudican de acuerdo con la preferencia y unicidad de valor de quien las atiende. Los temas colectivos se analizan desde preferencias individuales y las políticas públicas se asumen dirigidas hacia un aislamiento cada vez mayor del individuo, por supuesto, unos más vulnerables que otros.
En lo político, se adoptan como buenos -y sin mucho cuestionamiento- lógicas privadas, hiper-individualistas, intereses de los beneficiarios del mercado y creencias personales que se hacen pasar como de aceptación general y se le adjudican falazmente a la pluralidad que compone la comunidad. Libertad, Igualdad, Fraternidad, Justicia, Democracia, parecen haberse desgastado como conceptos, la mayoría de las veces ausentes pero cuando se presentan, suelen pervertirse.
Quizás la consigna «lo personal es político» nos sirva para divisar que las problemáticas que estamos viviendo, se ven con un crisol excesivamente privado. La consigna anterior entonces no alcanza ni conceptual ni material ni estratégicamente. Y es que hoy lo privatizado es precisamente lo político. La apariencia de un ambito político en el cual podamos vertir y develar lo antes escondido en la «esfera privada» ya no existe, pues aunque develemos lo escondido para llevarlo a lo político, allí la logica que opera sigue siendo pasmosa y vorazmente privada (y sin ningún rubor).Hoy es lo político lo que tendríamos que rescatar de su operación y racionalidad privada. Correspondería decir: lo político se ha privatizado. La consigna debería ser «Lo político no es personal».
*Publicado originalmente en el blog de la autora.