Los desvíos de Elizabeth Robles: abstracción, amorfidad semiológica y procesos de creación
Las cosas están en la poesía por su ausencia,
es decir, por lo más verdadero,
ya que cuando algo se ha ido,
lo más verdadero es lo que nos deja,
pues que es lo imborrable:
su pura esencia.
María Zambrano, Filosofía y Poesía
El 28 de marzo inaugura la exposición Entreformas en el Museo de Arte de Puerto Rico. Auspiciada por una propuesta sometida al National Endowment for the Arts se propone, según los organizadores, “presentar el desarrollo de la abstracción en Puerto Rico y su diálogo con artistas en la diáspora”.[i]
Sugiere Nelson Rivera que
La abstracción conlleva la producción de obras de arte que tienen poca o ninguna referencia visual de la naturaleza para así poder desenmascarar “la esencia de las cosas”, incluyendo el proceso mismo de hacer arte.[ii]
Podemos pensar, sin embargo, que esta progresiva disminución de referencia visual a la naturaleza, como natura naturata, cuando es arte plástico, escultura, se acerca, pero también supera y trasciende, a la definición del minimalismo[iii] para así mostrar las fuerzas que actúan en su proceso de creación, como natura naturans. Cuando es palabra, verbo, verso, se refugia en la página en blanco, en el silencio.
Y es que la pieza Desvío, participación de la artista Elizabeth M. Robles en la muestra, desde sus orígenes, al igual que gran parte de su creación, se mueve entre las palabras y las imágenes. Nos informa la artista que se exhibió por primera vez en el 2013, en la muestra nacional del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Luego en el 2015 en Arabesca, también en el ICP. Eran, entonces, los momentos en que preparaba su Rescoldo Arrebol, poemario de 2014.[iv]
Ya en aquella ocasión comenté cómo nuestra artista nos invitaba a recorrer un camino que ahora notamos que era presagio de Desvío: el camino inverso; el que nos lleva desde las fuerzas de la creación hacia la imposibilidad (infinita posibilidad de transformaciones) de lo informe en la imagen/ palabra.[v]
Como natura naturans vienen a servir de “metáforas epistemológicas” en el ámbito del arte y la literatura según la tesis de Umberto Eco en Obra abierta.[vi] Suponen la posibilidad como noción filosófica y un consecuente abandono de la visión estática del orden lógico/semiótico que se ha impuesto sobre el pensamiento en nuestra cultura.
También señalé como esta importante evolución en la obra de Elizabeth nos asaltó desde su Poemaherida.[vii] Comienza diciendo en los primeros versos:
Tanta humedad, tanta,
tan húmedas tantas palabras
que de barro me levanto
Para terminar con:
Declaro
polvo
lo innombrable
Advertí en aquella ocasión la centralidad ocupada por lo innombrable, lo indecible, lo inconcebible y lo inefable en sus creaciones artísticas. Encontramos en toda ella una insistencia sobre aquello (¿lo Insoluble?)[viii] que queda fuera de las categorías de lo dicho o de lo que se podría decir: fuera del concepto y del lenguaje. Pero, en cuanto representación, (algunos dirían, como toda obra de arte), también señala hacia la conciencia/presencia de esa ausencia y lo que supone, simultáneamente, como origen y proceso: como caos/arjé. Si parafraseamos a Lezama Lima, en cuanto que se dirige al estado informe de “lo que es”, la artista se transforma en “bruja metafísica”.[ix]
En Canales de tránsito (2016), Analectas (2019) e Índigo (2019) notamos estas mismas relaciones y movimientos.
Sobre Analectas escribe el filósofo puertorriqueño Francisco José Ramos, bellamente captando los motivos de la obra, lo siguiente:
Se me ocurre llamar así [fotos ideogramáticas] ese pliego de imágenes que indican el acto mismo de su gestación. Su intensa brevedad exige detenerse en cada palabra […] como señuelos del silencio. […] Y ahí está: la expresión del vacío hecha tiempo, la hechura del tiempo.[x]
En las tres publicaciones impresiona la interdisciplinariedad de la artista, lo que la llevará hacia distintas manifestaciones de su empeño por alcanzar lo primordial de la creación en la creación. Canales de tránsito, por ejemplo, en su edición limitada, incluía dibujos y collages en las portadas y contraportadas al igual que fotos que correspondían a su investigación para la exhibición Lito-grafía: sensorio (Museo de la Américas, 2017).[xi]
En el caso de Analectas, nos dice que “los textos me los regalaron los platos al salir”[xii], platos en barro (cerámicas, esculturas) que iban naciendo de forma simultánea a la aparición de las palabras, de tal forma que:
En este plato está todo el movimiento de su fondo incendia lo que vendráigual devora lo que no llegará[xiii]
En Desvío, esa magia de “la hechura” comienza, también, desde el mismo acto de “su gestación”. El procedimiento se inicia con un pedazo de algodón sumergido en cera derretida a la cual se le han añadido pigmentos que la artista identifica como de “milenarios” (minerales, tierras, piedras o conchas de mar…) [xiv] Sumergir el largo de la tira dentro de la cera requiere de un proceso que lejos de ser repetitivo, (es más bien, reiteración) va determinando involuntariamente la curvatura, ondulación y textura del resultado. Así se permite la manifestación del ser del objeto, como lo pensaban Max Ernst y André Breton: permite que los componentes sean lo que son, precisamente en el movimiento de su ser hacia este nuevo aparecer.
La pieza está descrita como “maleable y efímera en su flexibilidad de movimiento”. [xv] Y lo es, al menos, en un triple sentido. En primera instancia, al moverse para cada exhibición pierdepartes del encerado “como si mutara su piel”. De ahí que, para cada ocasión, tenga Elizabeth no tan solo que reiniciar la encáustica sino también que sumar al procedimiento de “restauración” la necesidad de adherir cera nueva, con pistola de aire o mecha de fuego, y a añadir colores con pinceles. En segunda instancia, “la percepción cromática inicial depende del lugar en que se exhiba y del acercamiento del espectador”. Finalmente, según lo indica Abdiel Segarra Ríos, curador de la exposición, el hecho que Desvío sea una pieza interactiva, “una escultura que se niega a estar estática”, con cada manipulación “cambia de formas, modifica su volumen y sus tonos fríos y calientes se mueven de lugar”.[xvi]
Debemos preguntar: ¿podríamos identificar algún sentido unitario en los trabajos recientes (2015-2021) de Elizabeth Robles? ¿Existe al modo que lo propone Roland Barthes un encadenamiento suprasegmental, un significante de connotación superior a los fragmentos de la secuencia en que nos hemos detenido en este ensayo? Veamos.
En la definición, con la que hemos comenzado esta reflexión, ofrecida por Nelson Rivera, se sugiere una intención en el arte abstracto: “desenmascarar la esencia de las cosas incluyendo el mismo proceso de hacer arte”. No me cabe la menor duda de la presencia de un constante cuestionamiento del proceso de hacer arte en los trabajos de Elizabeth. Pero ¿cuál esencia es la que se quiere desenmascarar? O más aún: ¿hay una esencia que se pretenda desenmascarar?
Recientemente ha caído en mis manos una edición de las cartas entre María Zambrano y su amigo pintor, Ramón Gaya.[xvii] Por su pertinencia, cito un pasaje del ensayo, allí incluido, con el título de: “Un pintor español: Ramón Gaya”:
Meditar es como el hilo que, invisible a veces, no se pierde; es la forma más inmediata del conocer que es experiencia: eso que se puede llamar también una pasión, una pasión que lleva toda una vida y atraviesa sus correspondientes infiernos, sus momentos gloriosos, lo que no se sabe en verdad que sea mayormente difícil. (pp. 109)
Desvío es ese hilo con el que Elizabeth Robles medita y nos obliga a lo propio. Un meditar, que como añade la filósofa española, “exige de su tiempo” y es también un “ir entrando en lo que se medita sin la pretensión de adueñarse de ello, sin dejar tampoco que ello se adueñe de nosotros”. (pp. 109) Pero en este caso, como en aquel, la meditación ocurre a través de un cuerpo que se encuentra, retomando palabras de su hermosa carta, en un “constante proceso de realizarse”; en un constante proceso de completarse sin que podamos, por lo tanto, relacionarla con algún referente fijo que abarcase su significación total. (pp. 112) Es esa ausencia de referencia la que, en mi título, denomino “amorfidad semiológica” que como acercamiento de las realidades a la nada permitiría su reconstrucción y recodificación. En ello consiste la posibilidad de decir lo indecible.
[i] Entrevista con Marta Mabel Pérez, Directora Ejecutiva del Museo de Arte de Puerto Rico, y Abdiel Segarra Ríos, artista y curador invitado. En: ElNuevoDía.com, 22 de marzo de 2021. Recordemos que el Primer Congreso de Artistas Abstractos se celebró en el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1984.
[ii] Nelson Rivera. “La abstracción y las estéticas nacionales. El conflicto entre el arte puertorriqueño y el arte estadounidense”. Con Urgencia. Escritos sobre Arte Puertorriqueño Contemporáneo. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2009. (P. 19)
[iii] Como lo sugiere Anna María Guasch al aludir a la definición de Richard Wollheim en “Minimal Art”, 1965. Citado en Anna María Guasch. El arte último del Siglo XX. Del posminimalismo a lo multicultural. Madrid: Alianza Editorial, 2002. (P. 27)
[iv] Elizabeth M. Robles. Rescoldo Arrebol. San Juan: la secta de los perros, 2014.
[v] Me refiero a mi ensayo, “Elizabeth Robles y las substancias inapresables en su Rescoldo arrebol”. En: 80grados. 4 de diciembre de 2015.
[vi] Umberto Eco. Obra abierta (Opera aperta, 1962). Barcelona: Editorial Ariel, 1984. Cito sus palabras: “Toda forma artística puede muy bien verse si no como sustituto del conocimiento científico, como metáfora epistemológica; el modo de estructurar las formas del arte refleja el modo como la ciencia o sin más la cultura, ven la realidad.
[vii]Poemaherida (2006) es uno de sus libros/objeto que lleva las páginas sueltas y sin numerar (el libro que se desvanece). Es decir, es un espacio metafórico de esa disolución. Esta idea es una sugerencia del hermoso prólogo de Joana Sabadell Nieto que aparece en las primeras 3 hojas del cuaderno.
[viii] Tomo el concepto tal como lo anotó Emil Cioran al referirse a la “experiencia de lo Insoluble” en la obra de María Zambrano. Escribe el filósofo rumano/francés: “Para ella, nada es verdad salvo lo que precede o lo que sigue a lo formulado…” En: Jesús Moreno Sanz. El logos oscuro: Tragedia, Mística y Filosofía en María Zambrano. (Vol. 1) Madrid: Editorial Verbum, 2008.
[ix] La cita del cronopio cubano dice: “El poeta es un mago metafísico. En ello consiste la raíz de lo lírico. Avanza en procura del ser, al modo del poema de Juan Ramón en Eternidades: Que mi palabra sea/la cosa misma, /creada por mi alma nuevamente”.
[x] En: Elizabeth Robles. Analectas. Editorial Educación Emergente, 2019. (contraportada) Los tres fanzines (así se identifican en la contraportada de Índigo) fueron publicados por ELIMAN y Editora Educación Emergente.
[xi] Como se indica en la contraportada de Canales de Tránsito.
[xii] Comunicación privada con la artista.
[xiii] Poema 1 en Analectas
[xiv] Según comunicado personal de la artista.
[xv] Según comunicado personal de la artista.
[xvi] Entrevista con Marta Mabel Pérez, Directora Ejecutiva del Museo de Arte de Puerto Rico, y Abdiel Segarra Ríos, artista y curador invitado. En: ElNuevoDía.com, 22 de marzo de 2021.
[xvii] Isabel Verdejo y Pedro Chacón (editores). Y así nos entendimos (Correspondencia 1949-1990). Valencia: Editorial Pre-Textos, 2018.