Lumpen burguesía y Lumpen proletariado siglo XXI
Vivimos tiempos difíciles, tormentosos, desesperanzadores, en los que son inexplicables las acciones de muchas personas e instituciones. Varios sicarios abren fuego contra quienes compartían en el bar la Tómbola, dejando entre los muertos a una joven cantante embarazada, miles de otros jóvenes son asesinados o se dedican a asesinar en la mal llamada guerra de las drogas. Un joven dispara contra niños indefensos y maestros, una joven deja morir a su niño ahogado con leche y luego lo mete en el congelador de la nevera, un presidente envía aviones drums teledirigidos a espiar sobre el suelo Sirio y bombardea sin piedad a comunidades civiles, donde mueren niños e inocentes indiscriminadamente. El Departamento de la Familia le retira sus hijos a mujeres que viven en la pobreza, porque carecen de agua y luz y viven en condiciones poco higiénicas. De esta forma se redefine la pobreza como un delito y se condena a miles de niños a vivir en hogares sustitutos, donde son maltratados e incluso violados. Dos de estas niñas, ex clientes de DF, se convirtieron en asesinas. Una de ellas, tras un intento de violación por un hombre ebrio, y otra mata a su hijo de un golpe, pues no pudo tolerar su llanto.
Estos son solo, algunos ejemplos de las situaciones de violencia con las que nos toca bregar diariamente y habrá quién se pregunte, ¿qué tienen en común los asesinatos de Siria y New Jersey, con las mujeres y asesinos sueltos de Puerto Rico? La violencia es obvia, pero existen también otros factores que tienen que ver con el cómo se administra el poder, y de qué forma el Estado y las instituciones definen quiénes estarán condenados a vivir en la marginalidad y/o en la locura, o por el contrario serán asesinos con carnet. Un Estado que ha convertido la violencia en un culto a través de los medios de comunicación, las guerras e invasiones, y un gobierno que es incapaz de luchar contra la pobreza y la desigualdad social, en buena medida provocan y exacerban el caldo de cultivo donde muchos de ahogan y pierden el norte. Quienes conocen de cerca la vileza humana, también saben que en cada una de las víctimas y victimarios hay largas historias de dolor, explotación y desesperanza; están condenados a vivir al margen de quienes disfrutan lo mejor que en la vida se puede comprar.
La desigualdad social, ¿problema de todos?
El problema de la pobreza es uno de los más fuertes e importantes que aqueja a la población mundial y puertorriqueña. El informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2011) destacó que la desigualdad se incrementó hasta alcanzar su punto máximo en treinta años. El documento de la OCDE informó que los ingresos del 10% de sus miembros más ricos eran 9 veces mayor que el del 10% sus miembros más pobres. Pero esta brecha relativamente pequeña, se expande cuando se toma en consideración el ingreso medio de otras regiones del mundo. En Europa, la proporción es 9 a 1 y de acuerdo al informe, el ratio de la desigualdad en el ingreso medio se ha incrementado en todos los países altamente desarrollados, de la siguiente forma: España: 11/1; Reino Unido: 12/1; Alemania: 6/1; Italia, Japón y Corea del Sur: 10/1. Otros países como Israel, Estados Unidos y Turquía están en 14/1. En América Latina, Chile y México están en la escala de un ratio de 25/1 y Brasil, pese a pertenecer al G-20, ostenta un ratio que supera el 50/1. Estos datos promedian los ingresos del 10% más rico y el 10% más pobre, pero cuando se analiza la proporción de la riqueza creada que ha ido a parar al 1% más rico, la situación se torna escandalosa. De acuerdo al informe de la OCDE, el 1% que más ganó, aumentó su proporción de los ingresos del 7.1% en 1970 al 14.3% en el 2005 (IG Sao Paulo, 2011). En el 2010, los multimillonarios del mundo eran dueños del 36% de la riqueza mundial. La fortuna de 22.7 millones de personas que tienen 1 millón de dólares o más, (menos del 1% de la población mundial) alcanzó 89 billones de dólares en el 2011, $20 billones más que en el 2010. La fortuna de los multimillonarios creció 29%, dos veces más que la riqueza del mundo (OCDE). El informe también señala que existían en el 2011, 84,700 personas que tenían más de 50 millones de dólares, de las cuales 35,400 viven en EU. Mientras mayor es la fortuna, menor es el número de personas que la posee: hay 29,000 personas con 100 millones o más y sólo 2,700 con más de 500 millones de dólares o más en el mundo.
La totalidad de la riqueza mundial fue estimada en $231 trillones en el 2011; se espera que la misma crezca hasta alcanzar $345 trillones en los próximos años. Buena parte de esta riqueza se está produciendo en los mercados emergentes y el grupo nombrado BRICS, constituido por Brasil, Rusia, India, China y Sur África. El ingreso de estos países que forman parte del otrora llamado “mundo subdesarrollado” en la gran acumulación y producción de capital, trajo a su vez nuevos millonarios, pero no una mayor distribución de la riqueza.
De acuerdo a la revista Forbes, el mexicano Carlos Slim es el hombre más rico del planeta. Poseedor de un estimado de 69 billones de dólares (2011), en uno de los países de mayor desigualdad social de América. El informe de la OCDE demuestra que estas grandes fortunas están concentradas solo en algunos países del mundo. Los países europeos encabezan la lista de los que acogen al 37.2% de los millonarios. En América habita el 32%, pero Estados Unidos sigue siendo el país que concentra el porcentaje más elevado de millonarios en el mundo. En Japón se concentra el 11% del total (3.1millones), seguido por China y Australia con 1 millón de millonarios cada uno. Suiza, Australia y Noruega son las tres naciones más ricas del mundo.
Worried about the global economy? It’s easy to see why. Europe shovels stimulus and America grapples for growth. Asia, long a bright spot, is dimming. Apple alone accounts for much of the S&P’s boom. Yet the world’s largest companies still thrive, with double-digit growth in sales and earnings last year. … In total, the Global 2000 companies now account for $36 trillion in revenues (up 12%), $2.64 trillion in profits (up 11%), $149 trillion in assets (up 8%) and $37 trillion in market value (down 0.5%). These firms also employ 83 million people worldwide. All metrics, except for the firms’ values are up from a year ago due to slumping international markets dragging down the aggregate growth. (Forbes, 2000, 2012)
En el contexto antes explicado, he querido retomar el concepto del lumpen, que podría ayudar a discutir parte de los sucesos que se están generando. Este vocablo de poca utilización en el lenguaje coloquial, es sin embargo usado entre académicos para hacer referencia a cierto sector de la población. El origen de la palabra lumpen dentro de las Ciencias Sociales podemos encontrarlo en los textos de Carlos Marx, El 18 de Brumario de Luis Bonaparte y en el texto de Marx y Federico Engels, La Ideología Alemana en el siglo XIX para referirse a un estrato de la clase obrera capitalista. Marx utilizó este concepto para referirse al sector descartado de los soldados y ex convictos, vagabundos, andrajosos, harapientos, canallas, y deshonestos escapados de las peores condiciones de vida, granujas y criminales pertenecientes a la masa desintegrada de la población más excluida. Este sector de la población fue caracterizado como un grupo carente de conciencia de clase que exhibía actitudes muy poco confiables y que cumplió la función de apoyar el régimen de Bonaparte en su lucha contra de la clase obrera. En El 18 de Brumario de Luis Napoleón (1852), Marx define al lumpen proletariado de la siguiente forma:
Alongside decayed roués with dubious means of subsistence and of dubious origin, alongside ruined and adventurous offshoots of the bourgeoisie, were vagabonds, discharged soldiers, discharged jailbirds, escaped galley slaves, swindlers, mountebanks, lazzaroni, pickpockets, tricksters, gamblers, maquereaux [pimps], brothel keepers, porters, literati, organ grinders, ragpickers, knife grinders, tinkers, beggars — in short, the whole indefinite, disintegrated mass, thrown hither and thither, which the French call la bohème.”
Marx se refería al lumpen proletariado para designar a un sector de la población a quienes se les ha negado una forma legítima de ganarse la vida y que por tanto sucumben en las áreas del crimen y las condiciones que en estas prevalecen. Hoy día, estaría constituido por aquellos que ganan su sustento en el robo, la prostitución, el tráfico de drogas, como mendigos, y muchas otras acciones fuera de lo que serían las funciones productivas del proletariado. El lumpen proletariado está compuesto por aquellos que han hecho de la ilegitimidad su forma de vida. Marx pensaba que la clase obrera era la clase más importante y dinámica del sistema capitalista y la que algún día llevaría a cabo la transformación revolucionaria del mismo. Aunque resaltaba la presencia del lumpen, no veía en éste un sector de gran importancia o dinamismo en el cambio del sistema político económico. Por el contrario, consideraba que el lumpen proletariado actuaba reaccionariamente en ocasiones en las que la clase obrera llevaba a cabo acciones contra el sistema.
Muchos debates se han llevado a cabo en torno a la importancia de este sector de clase. Varios teóricos entre ellos, Fernando Mires, han planteado que Marx cometió un error al no darle la importancia debida al polo marginal de la población que se crea como consecuencia de la tecnificación y la competencia por los mercados y las ganancias en el capitalismo. Desde su perspectiva, el polo marginal en el que se ubica el lumpen es uno creciente, mientras la clase obrera es un sector decreciente, en consecuencia, la lumpenización de la sociedad viene a ser resultado del desarrollo del sistema capitalista en su fase imperial y globalizada. Otros teóricos de las ciencias sociales como Oscar Lewis, y Moninham, se han referido a este grupo de la población que queda fuera del proceso productivo formal y se ubica en la periferia y en la informalidad e ilegalidad, como un sector que vive en la cultura de la pobreza y en la marginalidad y que precisamente por ello carece de las destrezas y la educación necesarias para incorporarse en los sectores exitosos de la sociedad. Desde esta perspectiva la pobreza está causada por la incapacidad cultural de situarse en el sector productivo de la sociedad.
El uso del concepto abarca también a aquellos que entendieron el lumpen proletariado como un sector en el que se incluye a todos los desempleados y que podría, bajo ciertas condiciones, llegar a convertirse en un grupo revolucionario. Entre los que comparten esta interpretación se encuentran el Partido de las Panteras Negras en EU, los Young Lords y Franz Fanon, teórico de la colonización y los procesos revolucionarios para romper con dicho estatus. Esta explicación se opone a la visión marxista del lumpen proletariado como un grupo reaccionario y percibe en él una capacidad radical revolucionaria si logra alcanzar conciencia sobre las condiciones que le mediatizan. Esta visión se enlaza con la mirada de los anarquistas y Bakunin, que veía un potencial revolucionario en los campesinos, los jóvenes educados y desempleados y los márgenes de todas las clases sociales.
“For Bakunin, the revolutionary archetype is found in a peasant milieu (which is presented as having longstanding insurrectionary traditions, as well as a communist archetype in its current social form – the peasant commune) and amongst educated unemployed youth, assorted marginals from all classes, brigands, robbers, the impoverished masses, and those on the margins of society who have escaped, been excluded from, or not yet subsumed in the discipline of emerging industrial work … in short, all those whom Marx sought to include in the category of the lumpenproletariat.”
En la agitada década de los sesentas los Young Lords, un movimiento radical de puertorriqueños del gueto de New York, y el Partido de los Panteras Negras, plantearon que el lumpenproletariado podría jugar un papel activo en el impulso del cambio social. Partían de la premisa de que en la medida en que el capitalismo se tecnifica, menos trabajadores encontrarán espacio en la clase trabajadora de ahí la necesidad de organizar a los desempleados.
“A large part of our work in NBPP-PC is to properly educate and reorient the lumpen through ideological and political training and bringing as many of them who are capable of “the most heroic deeds and the most exalted sacrifices” into the active work of the struggle as possible, and thereby expand the Party while struggling against opportunism, both of the “left” and right varieties. We know that in this work, the enemy will unceasingly attempt to infiltrate its agents of repression and seek out the weak links among us to turn them into their snitches and agent-provocateurs, and we must be vigilant to guard against this, without becoming paranoid; In the struggle, “ideological and political line determines everything,” and we must rely on ideological and political training and commitment to practicing the Mass Line, Criticism and Self-Criticism and the Democratic Centralist method of determining what should be done and how to do it.” (“The New Afrikan Black Panther Party – Prison Chapter: Our Line.” Kevin ‘Rashid’ Johnson (Defense Minister, NBPP-PC)
El concepto lumpen también fue utilizado en los años 60’ y 70’ en América Latina por el teórico André Gunder Frank para referirse a la burguesía y el desarrollo latinoamericano en el contexto de la teoría de la dependencia. Gunder Frank utilizó el concepto para hacer una crítica a las teorías desarrollistas que planteaban que el camino a seguir en América Latina para salir del subdesarrollo era el establecido por los organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional) y las teorías de la Universidad de Chicago. Gunder Frank señalaba que el subdesarrollo en las sociedades latinoamericanas estaba determinado por una relación de dependencia y subordinación a las metrópolis europeas y EU. Como consecuencia, las clases sociales y el tipo de desarrollo latinoamericano está determinado por esa relación de explotación exterior. Desde esta perspectiva, Gunder Frank establecía que la clase capitalista latinoamericana es una burguesía dependiente que responde a los intereses de la metrópoli de turno. Por tal razón, el teórico catalogaba a esta burguesía de ser una lumpen burguesía. Desde su perspectiva, la burguesía latinoamericana no era más que el instrumento pasivo de la industria y del comercio extranjero, y sus intereses eran naturalmente los de este. Los integrantes de esta clase “están profundamente interesados en mantenernos en el estado… de miserable atraso del que saca el comercio extranjero todas sus ventajas y que podríamos denominar lumpendesarrollo” (pp. 14-15). Gunder Frank entendía que la estructura colonial y de clases latinoamericana determina los intereses para el sector dominante de la burguesía, que valiéndose de los miembros del gobierno, generan políticas de subdesarrollo en lo económico, social, cultural y político. Estas políticas terminan fortaleciendo los lazos de dependencia respecto a la metrópolis. La lumpen burguesía es una clase que vive volcada hacia afuera, no actúa en favor de la nación latinoamericana y permite y participa de la explotación externa.
Philippe Bourgois por su parte, en el libro En Busca del Respeto: La Venta de Crac en Harlem, un estudio etnográfico de los adictos puertorriqueños en el Harlem hispano, y en el artículo, Neoliberal Lumpen Abuse in the 2000s: A 25 Year Ethnographic Retrospective on Violence in the Americas demuestra que el sector lumpen entra y sale del trabajo formal y está en un constante conflicto con las estructura del poder. Lo mismo vemos en el caso del condenado a pena de muerte por la masacre de La Tómbola, quien trabajó como mecánico y jardinero antes de entrar en el tráfico. Desde esta perspectiva, el lumpen se dedica al robo, venta de drogas y actividades ilícitas que tienen efectos devastadores en la vida de la clase trabajadora. Su aumento numérico y violento se debe a que el lumpenproletariado es un sector desplazado de la estructura formal de la economía, que lucha por mantenerse a flote y tiene en común con la burguesía, que ambos sectores viven de la extracción de riqueza de los trabajadores y de su empobrecimiento. El lumpenproletariado está atado al sistema, pues se convierten en mercaderes del sistema capitalista: algunos disfrutan de la riqueza obtenida traficando con sustancias controladas o vendiendo servicios en el mundo criminal. En la estructura en la que se mueven los lumpen, existe una estratificación semejante a la del sistema legal: empresarios, comerciantes, contables, gerentes, obreros de la manufactura y vendedores. Se le suma a estos la existencia de un ejército o policía interna que hace cumplir las reglas y ejecuta a quienes las rompen. En la mayor parte de los casos, romper las reglas implica la muerte. En el caso de La Tómbola, la lucha por el control del punto Palo de Goma llevó a una guerra en la que William se desplazó a Chicago y desde allí operaba el punto y recibía depósitos de sus ingresos a través de una compañía de envíos de dinero. Este narcotraficante se había colgado en la escuela en primer grado y en séptimo y se dice tiene que cierto nivel de retardo mental. Sin embargo, era capaz de operar un negocio millonario y de ser exitoso en el mismo.
Como hemos señalado, la utilización del concepto lumpen supone que nos detengamos a observar las características y funciones de dos sectores de la estructura social que aunque se encuentran en polos opuestos (burguesía y proletariado) ambos son producto de la promesa del desarrollismo en Puerto Rico. Estamos frente a dos sectores sociales que podrían ser sujetos históricos promotores de cambio, si se produjera un proceso de politización y toma de conciencia a favor de la construcción de una sociedad nueva.
El modelo de crecimiento colonial dependiente ha producido una burguesía que desde la perspectiva de Gunder Frank sería lumpen, en tanto y en cuanto es dependiente de la metrópoli y del gobierno para producir sus ganancias, como también lo es del narcotráfico en tanto deriva sus ganancias de la intrincada red de compra y venta de servicios y productos en el mercado. El crecimiento económico de los pasados 60 años ha producido la destrucción de los pequeños propietarios y el fortalecimiento de un sector capitalista puertorriqueño atado a la compra y venta de bienes importados. Lo que queda de producción manufacturera está principalmente en manos del capital norteamericano.
Al lado opuesto de la lumpenburguesía se ha creado e incrementa cada día más el sector lumpen generado dentro de la pobreza y la desigualdad social, pues a pesar de la emigración masiva de la población, la economía no logra generar empleos que incorporen a este sector dentro de la formalidad. Ambos grupos sociales comparten valores en los que se invisibiliza la explotación y se le otorga supremacía al individuo que lucha ferozmente por el éxito. La guerra es a muerte, tanto en el mercado, como en la calle.
De acuerdo a la Encuesta de la Comunidad de Puerto Rico del 2009, el 45.5% de la población se encontraba bajo el nivel de pobreza. En el 2000, la tasa de pobreza se encontraba en el 48%; se redujo al 44.8%, para volver a aumentar entre el 2005 y el 2009 a 45.5%. Estos datos son muy significativos en el contexto de la crisis económica que sufre el país desde hace más de siete años y de la reducción poblacional de la pasada década.
En Puerto Rico la investigación y dedicación a la búsqueda de soluciones al problema que aqueja a la mitad de la población suele ser la mayor parte de las veces ignorado y divorciado en sus partes. Zigmunt Bauman, en su libro Daños Colaterales: desigualdades sociales en la era global (2011) señala que en la sociedad el punto más débil de la estructura suele ser el más ignorado. Enfatiza que la calidad promedio de las partes, no es igual a la calidad cada una de las partes y quienes se hallan por debajo del promedio sufren prejuicios, y los efectos en sus condiciones de vida son negativos con relación a los de arriba. Cuando evalúan las condiciones de vida de la población, se suelen tomar en cuenta los índices de ingreso, la calidad de vida y de consumo, la salud y educación del segmento que se coloca del promedio hacia arriba. Las variaciones antes señaladas amplían la brecha entre las clases sociales y no solo de forma estrictamente económica, de ahí que el entendimiento de la vida cotidiana y las carencias que sufren quienes viven en la pobreza sea tan difícil de comprender para muchos.
El bienestar en general se experimenta en la salud física y mental, en la calidad de la vida cotidiana. ¿Tengo trabajo?, ¿qué tipo de trabajo?, ¿me gusta?, ¿cuánto tiempo tardo en ir y regresar del mismo? ¿Quién cuida de mis niños y ancianos? ¿Cuál es la calidad y seguridad de mi barrio?, ¿hay consumo excesivo de alcohol, drogas, violencia callejera, en el hogar? ¿Existen lazos de solidaridad vecinal, familiar? ¿Cómo se ejercita el poder y la alegría de la vida? ¿Cómo son los servicios públicos, transporte, recogido de basura, carreteras, alcantarillados, energía eléctrica, agua, etc? Todas estas preguntas se responden de manera distinta dependiendo del sector social al que se pertenece. Para la burguesía, estas no son en su mayoría preocupaciones de la vida cotidiana; para la clase media algunas de ellas pudieran ser; pero para quienes viven en la pobreza, todas las anteriores forman parte de sus luchas cotidianas. Como señalara, muchas de las explicaciones sobre los problemas de la sociedad suelen dejar fuera el extremo inferior al que se le cataloga como una clase marginal, sin función ni una posición en el todo social. “El único significado que acarrea el término “clase marginal” es el de quedar fuera de cualquier clasificación significativa, es decir, de toda clasificación orientada por la función y la posición” (Bauman). La “clase marginal” puede estar en la sociedad, pero no es “de” la sociedad, no contribuye a nada de lo que la sociedad necesita para su supervivencia y bienestar; de hecho, la sociedad estaría mejor sin ella”. Y es precisamente en esta clase marginal donde se ubican los lumpen. (Bauman, 2011)
La lumpenización de la sociedad implica que para ese sector marginal se normalizan las condiciones de violencia pues son los estructuralmente más vulnerables; para los más pobres cada día puede ser uno de emergencia. Las mujeres solas con niños, los jóvenes, los hombres pobres en edad de trabajar, están sujetos a la violencia estructural e íntima. (Philippe Burgoise) La violencia estructural además de estar representada por la falta de empleo y pobreza, se enmarca en las políticas neoliberales que convierten el uso de drogas en una guerra y su persecución en un despliegue de tecnologías de represión como las utilizadas a través de las cárceles, las armas y agencias privadas de seguridad.
A partir de la guerra contra las drogas, EU se convirtió en el país con más personas encarceladas, en el mundo, después de Ruanda, y Puerto Rico no se queda atrás en el ejemplo. La violencia generada en el inframundo, no es solo hacia afuera, es sobre todo al interior de la comunidad e intrafamiliar. La tortura, el asesinato por sospecha o por traición, la violencia contra los niños y las mujeres, se normaliza en la vida cotidiana y se convierte en un patrón de vida. De la misma forma otras conductas relacionadas con la lumpenización y la expresión de conductas deshonestas, como pueden ser catalogados los fraudes en el gobierno, el fraude del sistema de justicia, los fraudes bancarios y de las casas de corretaje, la corrupción policiaca, las políticas de prebendas o intercambios de contratos por apoyo político partidista, y el apoyo de políticos en el poder por narcotraficantes, entre otras, se convierten en normas sino aceptadas, poco cuestionadas en la sociedad.
Garry Nash decía sobre la cultura iroquesa, habitante del norte de América: “Antes de la llegada de los europeos, en los bosques del noreste no había leyes ni ordenanzas, comisarios ni policías, jueces ni jurados, juzgados ni prisiones … los iroqueses mantenían un sentido estricto del bien y el mal… Se deshonraba y se trataba con ostracismo al que robaba alimentos ajenos o se comportaba de forma cobarde en la guerra, hasta que hubiera expiado sus malas acciones y demostrado su purificación moral a satisfacción de los demás.” ( Zinn, pp. 21) Mucho ha pasado desde la llegada de los europeos y obviamente en la lumpenización no hay espacio para la ética y el bien común, por el contrario una de sus características es la pérdida de la honra y de la responsabilidad hacia la colectividad o en expiar las malas acciones de aquellos que fallan a los demás. Y con esto no quiero decir que no haya reglas, las hay hacia el grupo que participa del lumpenato. Entre los lumpen de hoy existen características que no estaban presentes en el siglo XIX: la dependencia del estado es una de estas. Los que trafican y viven en la calle siempre pueden volver a la casa y encontrar un mínimo de alimento preparado por la esposa, la madre o la hermana. En su mayoría, son hombres pues las mujeres no han alcanzado la posibilidad de ser excluidas de un trabajo del que no forman parte.
Philippe Bourgois enfatiza los aspectos subjetivos de la lumpenización y señala que los lumpen pueden definirse como aquellos sectores de la población que tienen una relación abusiva con el biopoder y la gobernanza del estado y una relación parasitaria con el modo de producción que los convierte en violentos. El lumpen tiene numerosas cicatrices e infecciones en su cuerpo auto infligidas. Sus cicatrices y su depresión profunda son productos contradictorios de la guerra contra las drogas y la medicina de alta tecnología que se le distribuye al indigente solo cuando está a punto de morir.
“In addition to killing themselves and battering their loved ones, people like this man who is being successfully revived from death from cirrhosis of the liver by high-tech medicine in a county hospital, i.e., biopower by excellence, disproportionately become fodder for state armies and for suicidal resistance when the symbolic violence weighing on them is inverted and when they are mobilized politically when they are younger as the patriotic sons of the nation (as in the United States military) or the chosen children of God (as in Iraqi suicide bombers). In the continuum of violence that marks war and peace, the lumpen disproportionately shift the practice of violence towards intimate routinized violence and that generates more symbolic violence.” (P. Bourgois)
En el caso de Puerto Rico, el lumpen proletariado está insertado principalmente en el sector de mayor pobreza conformado por el 45% de las personas que viven bajo esta condición. Debe quedar claro que de ninguna forma estoy aseverando que el todos los pobres son lumpen, ni siquiera la mayoría.
Veamos algunas de las características de quienes viven bajo el nivel de pobreza de acuerdo a la Encuesta de la Comunidad de 2006-2010. Del total de 912,888 familias, 225,370 (25%) informaron tener ingresos por debajo de los $10,000 al año y el 36% (333,096) menor a los $15,000 anuales. Otros grupos que están entrando en esta categoría son jóvenes provenientes de los sectores medios excluidos también del proceso productivo. Entre sus características socioeconómicas se encuentran las siguientes:
- 23% (567,354) de las personas de 25 años o más tienen noveno grado o menos; 613,161 (25%) tienen cuarto año de escuela superior.
- El 53% de la población entre 16 y 65 años está fuera de la fuerza laboral. Naranjito, Lajas y Aguas Buenas están entre el 66% y el 65%.
- 521,525 (56%) de los menores de 18 años de edad se encuentran bajo nivel de pobreza.
- El 68% de los hijos de mujeres jefas de familia (181,819) se encuentran bajo nivel de pobreza.
- El 58% (296,830) de las mujeres jefas de hogar están bajo nivel de pobreza.
- En 16 municipios, el 80% de las familias encabezadas por mujeres están bajo nivel de pobreza (91% en Las Marías).
- 225,370 familias (25%) tiene ingresos menores a $10 mil anuales, esto equivale a $27.39 diario o $9.13 por persona en una familia de 3 miembros y $6.84 en una de 4 personas.
- 36% de las familias tenían ingresos menores de $15 mil al año.
- La diferencia entre el .8% que tiene ingresos mayores de $200 mil anual y el 25% que tiene ingresos de $10 mil o menos es de alrededor de 20 a 1.
- El 61% ( 2,279,437) de la población pertenece al grupo trabajador (65-65 años), pero solo el 35% estaba en la fuerza laboral. En Guánica, menos del 27% estaba en la fuerza laboral. La tasa de empleo en 55 municipios era de 40% o menos.
Detengámonos ahora a echarle un vistazo a lo que GF denominaba la lumpen burguesía. Si nos ajustamos a la definición de Gunder Frank, la burguesía puertorriqueña reúne las características de ser una que carece de intereses nacionalistas. Su riqueza se produce de su relación con la metrópolis norteamericana y de su relación de dependencia con el gobierno. Para analizar las características de este sector utilizaremos tres fuentes de datos: el censo de población (2006-10), el informe de planillas del Departamento de Hacienda (2010) y el informe de las 400 corporaciones de capital local preparado por Caribbean Businnes Review (2012). Esto nos conduce obligatoriamente a preguntarnos, ¿en manos de quién está el capital puertorriqueño, quiénes son los propietarios del mismo? Una parte de la respuesta es que buena parte del capital financiero de Puerto Rico se encuentra en las cooperativas de ahorro y crédito que aún se mantienen como un instrumento de propiedad colectiva puertorriqueña. Otra parte del capital local se encuentra en la Asociación de Empleados del Gobierno y este también es de propiedad colectiva, pero la mayor parte del capital está en manos privadas.
De acuerdo a CBR, en el 2010 pese a la crisis que nos agobia, las 400 corporaciones más grandes de capital local aumentaron sus ganancias con relación al 2009. Mientras en el 2009 las ganancias fueron de $24.23 billones, en el 2010 ascendieron a $25.2 billones y en el 2011 aumentó a $26.51 billones. Triple SSS Manegment Corp. con $1.99 billones en ganancias fue la corporación que ocupó el primer lugar, seguida por Petrowest con $1,011 billones en ganancias. Rama Construction fue la corporación #400. El Grupo Hima San Pablo fue la que empleó el número mayor de personas a tiempo completo (4,898), seguido por Metro Pavia Health System (4,562). Las corporaciones estudiadas por CBR están constituidas por aquellas cuyo capital es 51% o más de capitalistas puertorriqueños y generan $9 millones o más de ganancias al año. El Banco Popular fue líder de las corporaciones locales durante 20 años, hasta que en el 2009 dejó de estar mayoritariamente, en manos de puertorriqueños. Estas 400 corporaciones proveen 133,425 puestos de trabajo a tiempo completo o el 12% del total de los mismos y el 14% del total de los empleos privados. La compañías líderes están en las siguientes áreas: venta al por mayor, ventas al detal, seguros, servicios, salud, automóviles y manufactura. (Los datos son informados por las compañías y podrían contener falsedades).
Como bien se observa en los datos anteriores, la industria de la salud y el petróleo encabezan la lista de las corporaciones que más ganancias generan y son a su vez los dos renglones que más pérdidas le ocasionan al pueblo de Puerto Rico a través de la reforma de salud, la gasolina y la Autoridad de Energía Eléctrica. Esto sin tomar en cuenta el costo de las medicinas producidas en Puerto Rico por corporaciones extranjeras y revendidas entre los precios más altos del planeta.
Si nos dejamos llevar por los datos provistos por el Censo de Población en su Encuesta de la Comunidad 2006-10, la burguesía forma parte del sector de más altos ingresos. La EC 2010 informó que sólo 38,838 (4.2%) familias informaron tener ingresos de $100 mil o más al año y 1,177 de $200 mil o más al año (.7%). En Puerto Rico hay 912,888 familias de las cuales solo el .7% dicen tener ingresos mayores de $200 mil, entre ellas se encuentran los dueños de las 400 corporaciones con $9 millones o más de ganancia al año. Estos datos abonan a entender por qué Puerto Rico tiene un índice de desigualdad de .52, entre los más altos de América Latina. Es importante destacar que la riqueza al igual que la pobreza, se reparte de manera desigual por toda la isla. Existen 24 municipios donde ninguna familia informó tener ingresos mayores de $200 mil, y otros 24 municipios donde sólo entre 1 y 40 familias informaron tal ingreso. En solo en 9 municipios, 160 familias o más informaron ingresos de $200 mil o más al año. San Juan es el municipio que concentra el 37% (2,654) de las familias con estos ingresos, pero sólo el .2% de las familias de altos ingresos del país. San Juan es seguido por Guaynabo (1,162) 16%, Carolina (354), y Ponce (331), Dorado (221), Caguas (216), Mayagüez (213). Once municipios concentran 5,975 familias con ingresos mayores a los $200 mil equivalentes al 83% de las familias de altos ingresos, pero solo el .65% del total de familias en Puerto Rico. En 67 municipios, las familias con ingresos de $200 mil o más no llegan a 100 y en 24 municipios no hay tales familias. La mayor parte de los municipios no metropolitanos no tienen representación en la burguesía local, de igual forma el sector agrícola no está representado en la misma. En el municipio de Maricao los ingresos familiares más altos fueron entre 60 y 75 mil al año. Los ricos del pueblo tienen ingresos no mayores de $75 mil y solo eran 19 familias. En toda la isla, los renglones que concentran los más altos ingresos son entre $60 y $99 mil al año y estos representan sólo el 8.8% de las familias.
Finalmente, analizamos el informe del Departamento de Hacienda de 2010. De acuerdo a este informe, en una tabla titulada Distribución del Número de Planillas por nivel de Ingresos, en el 2010 se sometieron 1,026,418 planillas. Entre éstas, únicamente 10,056 contribuyentes informaron ingresos netos sujetos a contribución mayor de $150, mil anual. Otros 15,414 contribuyentes informaron ingresos entre $100, y $150 mil anual. Al igual que en el Censo los renglones de ingresos de $90 mil o más estuvieron representados por 50,592 (4.9%) de las planillas informadas. Sólo 25,470 personas y /o familias informaron tener ingresos netos de $100 mil al año o más y 10,056 informaron ingresos de $150,000 o más. Por el contrario 274,006 (27%) contribuyentes informaron ingresos entre $30 y $90 mil al año. Los datos anteriores muestran el nivel de desigualdad, pero también el nivel de evasión contributiva que existe en el país. Recientemente (15 marzo 2013) la secretaria de Hacienda denunció un fraude en los informes de ingresos de los contribuyentes por lo que esperamos que los números anteriores cambien. Esto sin tomar en consideración la evasión que llevan a cabo tanto las corporaciones locales como extranjeras.
Para concluir, es necesario reconocer que los problemas atados a lo que podríamos denominar la lumpenización es parte de un proceso estructural cuyos efectos se dejan sentir en el plano interior de las comunidades y las personas. Las crisis económicas se dejan sentir en la profundización de la marginalidad y en la expansión de la rentabilidad de la economía de narcotráfico y del renglón de la seguridad. De igual forma, la economía ilegal no puede separarse de la economía formal en la cual un sector de la clase empresarial obtiene grandes beneficios, e incluso algunos de ellos participan. La circulación de drogas, capital y personajes entre Puerto Rico y las ciudades de EU forman parte de la expansión global de la economía ilegal y de la guerra contra las drogas emprendida en Washington en el siglo XX. Es evidente que la guerra contra las drogas induce un aumento artificial del precio de las mismas y trae aparejado una infernal violencia en todos los lugares donde se ubican los usuarios y expendedores de drogas. La globalización también globaliza y rota el capital, arrasando en muchos lugares con las fuentes de trabajo, desindustrializando sectores y dejando enormes espacios sin trabajo y posibilidades. Los espacios vacíos son llenados por las alternativas del mercado de la droga, altamente rentable con enormes ganancias producidas por la explotación de una mano de obra y consumidores que pagan con la vida y con la generación de graves condiciones de violencias interpersonales, comunitarias y nacionales. Los problemas relacionados con el lumpen son la consecuencia de décadas de generaciones que quedaron a la orilla del camino en los rápidos cambios sufridos por nuestro país en los pasados 70 años. Fuimos de un país agrícola, a uno industrial manufacturero y urbano que expulsó el 45% de su población en edad de trabajar hacia EU, de ahí pasamos a la industria de alta tecnología, para acabar en la etapa de desindustrialización y crisis en que nos encontramos. La lumpenización de la pobreza y de la burguesía supone ambientes extremos que no representan a la mayoría de la población, son sectores minoritarios con respuestas desafiantes y explosivas.