Texto e Imagen: Poesía de Fer de la Cruz | Arte de Jotham Malavé Maldonado
Esta nueva sección pretende, a modo de ejercicio experimental, provocar un diálogo entre la plástica y la poesía. Sin establecer rumbos definitivos ni sobreponer una forma artística sobre otra. Buscamos que, desde su autonomía autorreferencial, lo visual y lo poético se relacionen en medio del espacio de lectura que ofrece 80 grados. Esto es una gesta por divulgar obras, al tiempo que unimos creadores que no necesariamente corresponden en tiempo y lugar, pero que desde sus piezas el lector o lectora puede construir puentes imaginativos y narrativas que hagan de este o esta un ente creativo en su apreciación. El trabajo curatorial es de lxs poetas Daniel Torres y Alexandra Pagán.
Alfa
Una red de mirada
mantiene unido al mundo,
no le deja caerse.
Roberto Juarroz, Poesía vertical.
Nada en absoluto nos sostiene.
No hay telarañas de titiritero
ni certezas de aceros medievales,
ni pilares de mithril,
ni cánones de sílice o grafeno.
No nos sostiene el suelo ni nada subterráneo
ni lluvias descolgadas
ni redes de mirada.
Nacimos con los lomos desnudos como cerros
deforestados de alas,
con pies libres de suelas
como espigas, de un golpe prenatal
desenraizadas.
Vagamos por el cosmos
por la vida oscilante entre lluvias y sequías
en caída ¿directa?
en espirales
sólo acaso visibles
a la intuición grabada en los genomas
pues no dejamos cauda en este vuelo
de siete punto cuatro billones de viajeros.
Poemas espirales (2020, Libros del Marqués/Ayuntamiento de Mérida).
Oda al dolor del mundo
¿Será común decir “me duele el mundo”
como duelen los pies sobre el asfalto
lleno de vidrios rotos en estrellas
o como duele el humo de los coches
que con el sol invade mi ventana?
No hay remedio
contra las balaceras que caen por temporadas
y desbordan los ríos, ni contra terremotos
ni crisis financieras; nada alivia a los niños
que trabajan en los supermercados
ni aquellos reclutados por ejércitos,
grupos de choque o mafias.
Y los extorsionados que cierran su negocio
por no poder pagar; y los maestros
con sus “quinientas horas semanales”,
como reza el poeta, el maestro Parra; y las violadas
y también los violados;
y el que quiere votar y ya no puede
porque un pariente o jefe vendió su credencial…
Y todos los etcéteras del universo entero.
Duele el miedo
de salir a la calle. Duele el paso
que damos los migrantes
como duelen también los que se quedan
sin posible salida en su dolor.
Es un lugar común imprescindible
decir “me duele el mundo”
pero no es suficiente
pues el dolor que cabe en una frase
es menor a la suma de sus partes.
Sabotaje a la Che (2020, Libros en Red/Ayuntamiento de Mérida)
La peste del insomnio
“Así continuaron viviendo en una realidad escurridiza”
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad
Muchos creen que la peste del insomnio
se originó en Macondo, más allá de la ciénaga.
La gente en perenne vigilia
lo fue olvidando todo,
desde los simples días de la semana
hasta la utilidad de un sacapuntas,
los nombres de los hijos,
el saludo cotidiano
y el rostro ante el espejo.
He notado los síntomas en Mérida,
los pasos hacendosos a media madrugada,
las miradas volátiles detrás del cubrebocas…
No en Macondo inició la desmemoria
sino en el propio espejo, cuyos ojos de vidrio
multiplican las profundas aristas del encierro
y nos hacen olvidarnos de las puertas
Covidario veinte vente (2020, Ablucionistas)
Urgente Padrenuestro en cuarentena
“no hay escondrijo ni huida
más allá de la esperanza.”
Agustín García, Exilio 2020,
leído desde Ciudad Juárez, en
Poetas sin fronteras.
Padre Nuestro que esperaste tanto, tanto,
antes del día cero,
santifiquemos tu sagrado nombre
quienes sobrevivamos.
Venga la brisa libre del mal aire
como hálitos nefastos,
como agoreros cuervos a los ojos.
Si es tu deseo vernos confinados
en este purgatorio doméstico, la casa,
así sea,
como práctica interna del vuelo venidero.
Y si volar nos toca, que ascendamos
al cielo, por tu luz, desinfectado.
Mientras nos arrastremos en la Tierra,
danos con qué saciar nuestra hambre y sed
no sólo de justicia,
sino igual de maná, guisado, arroz, frijol, verduras
o los tradicionales pan y vino,
así como también, si a bien lo tienes,
cerveza
de ancestral tradición mesopotámica
por la que mis ancestros se hicieron sedentarios.
Satisfechos los vitales apetitos,
libéranos de la desesperanza,tú que tanto esperaste en confinamiento cósmico
desde antes de tu aliento primigenio en la singularidadprevia al Big Bang
y que este no sea el omega de los tiempos.
Covidario veinte vente (2020, Ablucionistas)