Promising Young Woman: Abuso
Este filme inquietante sigue la vida afectada de Cassandra «Cassie» Thomas (Carey Mulligan) quien se dio de baja de la escuela de medicina en su segundo año cuando su mejor amiga Nina Fisher fue ultrajada. Nina era compañera de clase y el ultrajador, Alexander «Al» Monroe (Chris Lowell), también lo era. No hubo investigación del caso y algunas personas que conocían tanto a Al como a Nina, no le creyeron a ella.
Desde entonces, Cassie, quien vive con sus padres, se dedica a ir a bares, fingir estar borracha y dejar que algún hombre la lleve a su casa para tratar de aprovecharse de la situación. Cuando lo está tratando, ella muestra que no está ebria y le “da una lección”. Un día, en el lugar que trabaja, se encuentra con Ryan Cooper (Bo Burnham) un excompañero de la clase de medicina que dejó; comienza a salir con él. El muchacho es encantador y la trata respetuosamente. Mas, en una de sus citas, él menciona que Al, el ultrajador de Nina se va a casar y que va a haber una fiesta de despedida de soltero. La cinta da un giro hacia lo oscuro y se convierte en un thriller de venganza.
Escrita y dirigida por Emerald Fennell la película va moviéndose delicadamente a través de encuentros con personas que no hicieron caso a las quejas de Nina, de las que Cassie extrae cierto grado de venganza que satisface su deseo de esclarecer el pasado en las mentes de los que trataron de ocultar o justificar lo que sucedió. Cómo logra acercarse a las personas es muy creíble y convence sin dificultad al espectador porque hay una tensión en las conversaciones que no descarta que se ha de desatar un grado de violencia como resultado del encuentro. Esa tensión va escalando según nos acercamos más al principal culpable y reconocemos en él la hipocresía de una sociedad que favorece al hombre blanco.
En el primer filme que dirige (además de escribir el guion, produjo), la multifacética Emerald Fennell demuestra un aplomo dramático que evita convertir la película en guiñol y que enfatiza el efecto psicológico que imprime en la psique la violencia física, particularmente cuando está ligada al abuso sexual. Como productora tuvo el atino de escoger a Carey Mulligan para el papel principal. Mulligan, quien recientemente demostró sus dotes actorales con su actuación sutil en “The Dig” (reseñada en estas páginas el 19 de febrero de 2021), aquí muestra su versatilidad y su sensibilidad en un papel que pudo haber degenerado y convertirse en el de una psicópata. En vez, según el filme se mueve a su desenlace, Cassie afina y ajusta sus mirillas a lo que es el centro de su misión. La diana está bien definida y ella quiere asegurarse que el dardo da en el centro. Ella es la razón principal para ver la película.
Hay que destacar también la actuación de ese estupendo actor que es Alfred Molina, quien representa a Jordan Green, un abogado con consciencia. También la de Bo Burnham como Ryan Cooper, una buena persona víctima de la presión por pares y endeble ante lo que debió haber reconocido como un crimen. Junto al de Cassie, su personaje es el más complejo de la película.
El desenlace del filme es inquietante y sorprendente e inesperado. Otro triunfo del guion y de su autora directora.