¿Qué acepta la U.P.R. al admitir 13,000 estudiantes más?
Lo que ha sucedido en nuestro departamento es solo una muestra a nivel micro de lo que está ocurriendo en prácticamente todos nuestros programas en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Desde el año 2010 el Departamento de Literatura Comparada perdió a cuatro profesores; tres se retiraron y una falleció repentinamente. Hemos funcionado con un contrato a tiempo completo, seis por contrato a tiempo parcial, y solo 4 profesores con plaza, dos de los cuales damos un curso por semestre por ocupar los puestos de directora de departamento, senadora académica y coordinadora del avalúo.
Aunque nuestro departamento puede jactarse de tener sobre 150 alumnos de bachillerato y segunda concentración en Literatura Comparada, con aproximadamente 30 alumnos graduados que defienden sus tesis de Maestría y son aceptados en universidades de primer orden para continuar estudios doctorales, el éxito de nuestros estudiantes se ha mantenido mediante la explotación de alrededor de siete profesores, muchos de los cuales solo ganan $ 1, 226.00 mensuales por las tres clases (9 créditos) que enseñan a aproximadamente noventa estudiantes.
Mientras los profesores con plaza cobramos un bono de Navidad, los profesores por contrato parcial o a tiempo completo pasan el periodo navideño con cero entradas. Cuando todos celebran Santa Claus, los Reyes Magos y hasta las fiestas de San Sebastián, los profesores por contrato pasan año viejo y entran al nuevo año con cero presupuesto. Con suerte cobran un mes después de comenzadas las clases, a finales de enero. Al finalizar el año académico en mayo, cuando los profesores con plaza tenemos vacaciones, a los profesores por contrato no les queda otra opción que correr al Departamento del Trabajo a solicitar desempleo e intentar sobrevivir con la ayuda alimentaria del Departamento de la Familia.
Sin importar su grado académico de doctorado y maestría, ni su récord impecable de investigación y publicaciones, ni la calidad de su enseñanza y compromiso con la educación, seis profesores de nuestro departamento reciben un sueldo miserable, carecen de plan médico, pasan la Navidad en la miseria y el verano como trabajadores desempleados.
Para colmo, debido a que la “Middle State Comission of Higher Education” había encontrado excesivo que los profesores pertenecientes a la Escuela Graduada enseñaran cuatro cursos por semestre, el Senado Académico aprobó la Certificación Num. 38 para lograr que como en las universidades norteamericanas, los profesores de cursos graduados solo dieran dos clases por semestre incrementando el tiempo para la investigación y la publicación. Desafortunadamente, esta certificación no fue acompañada de un presupuesto que calculara cuántos profesores había que contratar para sustituir los dos cursos que cada profesor de la Escuela Graduada no enseñaría para dedicar más tiempo a la investigación. La implementación de la Certificación Num. 38 sin presupuesto alguno ha implicado cubrir las necesidades de cada departamento con la explotación de profesores por contrato que investigan y publican a cambio de una subsistencia miserable.
En un país en crisis, la U.P.R. ha abierto una amplia oportunidad de estudios a 13,000 jóvenes estudiantes adicionales. Los profesores con plaza que pertenecen a la Escuela Graduada gozan también de más tiempo para la investigación. Sin embargo, haber implementado la Certificación Num. 38 del Senado Académico sin un presupuesto que permitiera contratar a más profesores a tiempo completo o abrir plazas en lugar de congelarlas ha promovido la vida miserable de cientos de profesores por contrato y el futuro cuestionable de aquellos profesores que hoy gozan de tiempo para la investigación y la publicación.
Sin la apertura de plazas o contratos a tiempo completo, no hay aportación suficiente para los retiros de los profesores con plazas permanentes que hoy gozan de mayor tiempo para investigar y publicar. El investigador de la Escuela Graduada quizás mire desde lejos la miseria de quien hoy sustituye dos de sus clases (6 créditos) por $4,086.00 por semestre, sin plan médico, sin sueldo durante la Navidad y bajo el estatus de desempleado durante cada periodo de verano. ¿Se habrán preguntado quiénes aportarán al retiro de este investigador privilegiado? Es imperativo que el Senado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, repiense la Certificación Num. 38 tomando en cuenta el número de plazas o contratos a tiempo completo indispensables para que la investigación y publicaciones de todos los profesores sean compensadas con equidad. Celebrar la admisión de 13,000 estudiantes adicionales a la U.P.R. a cambio de la explotación de cientos de profesores con doctorado y excelente récord de investigación, publicación y creación es tapar el cielo con la mano.