Recordando a Nilita Vientós Gastón
Nunca olvidaré el viaje que hice a Lares con ella, el inolvidable José Emilio González –cuyo centenario se conmemora próximamente– y otro gran gestor cultural, Juan Martínez Capó, en la víspera del Centenario del Grito de Lares en ocasión de que el Ateneo Puertorriqueño me confiriera en 1968 el honor de leer los textos históricos de Lares en el Centro Cultural de esa histórica población. Era la época en que ir a Lares tomaba más de tres horas, tiempo en que disfruté, extasiado, el debate cultural entre esos dos gigantes de la cultura puertorriqueña, NIlita y Josemilio, que como muy bien dice Lydia Milagros, hija de este último, “Papito y Nilita se querían y admiraban, pero el debate entre ellos era continuo…creo que buscaban sentirse provocados por el pensamiento del otro”.
Revisando papeles, encontré esta carta que Nilita me envió tras una conversación telefónica que tuvimos cuando el Instituto de Cultura eliminó, en obvio discrimen político, los dos subsidios que permitían la publicación de Sin nombre, una de las revistas culturales más importantes del continente. La historia se repite. Lo mismo está ocurriendo en estos momentos cuando se han eliminado los subsidios de las instituciones culturales. Disfruten de esta carta en que Nilita volcó toda su pasión: