Rescatar la poesía: centenario de Julia de Burgos
Este año hay mucha celebración de centenario. Sinceramente, me alegro. Pero espero que nos sirva para algo.
Que la celebración del centenario de Julia de Burgos nos sirva para rescatar la poesía. La suya y la de todos y todas las poetas.
Que nos sirva para aprendérnosla de memoria de rabo a cabo y recitarla con pasión. O cantarla.
Que nos sirva para rescatar del olvido a otros y otras que murieron su muerte de poetas.
Que nos sirva para pensar en lo injusto y lo inhumano de esta manía de orillar y culpar a las víctimas.
Que nos sirva para sublevarnos como ella se sublevó, en la palabra y en la obra.
Que nos sirva para desenmascarar a los hipócritas que la nombran y luego deciden complacer a los fuertes y hundir a los débiles.
Que nos sirva para entender que sin la poesía no hay mundo. Que sin la palabra no hay mundo. Que es más importante la poesía que toda la técnica, la ciencia y los mercados juntos.
Que nos sirva para aprender a despreciar la mentira a pesar de nosotros mismos.
Que nos sirva para darnos cuenta de que para algunos, más que para otros, la muerte acecha detrás de cada esquina, injusta, callada y temprana.
Que nos sirva para apalabrarnos, para decir lo que hay que decir de manera certera, para que no nos callen, o no nos callemos por falta de palabras.
Que nos sirva para mirar al otro lado del mar.
Que nos sirva para cantar lo que hay que cantar.
Que nos sirva.