Reseña: Pistas para el estudio de la comunicación de Maximiliano Dueñas
El libro Pistas para el estudio de la comunicación del Dr. Maximiliano Dueñas Guzmán responde a la necesidad de un texto académico actual y panorámico que analice de forma introductoria –de ahí las pistas– lo que significa escudriñar la comunicación como disciplina. Con este texto, Dueñas muestra cuán central es la comunicación efectiva para compartir significado, construir experiencias individuales y colectivas y para interactuar responsablemente en comunidad. Consta de 195 páginas divididas en un prólogo escrito por la Dra. Aixa L. Rodríguez Rodríguez, un prefacio, cinco capítulos, una sección de referencias, un índice temático y un índice onomástico. Estos dos últimos son especialmente útiles porque facilitan la búsqueda de temas y conceptos a aquellos que usen el libro con fines investigativos. Cada capítulo culmina con un resumen de lo discutido que prepara al lector para recibir los capítulos venideros y continuar sumando conocimiento.
El libro, además, está escrito partiendo de dos premisas importantes: la democratización de la información y el uso del lenguaje como reflejo de relaciones de poder. En lo relacionado a la primera premisa, se produjo originalmente con la intención de ser distribuido exclusivamente en formato digital y gratuito de modo que sirviese de punto de partida para la reflexión y el diálogo colectivo. La existencia de esta versión impresa provoca incertidumbre con relación a la futura accesibilidad del libro. Sin embargo, Dueñas advierte en los créditos de la versión en papel que solo se venderá para compensar el costo de impresión y distribución. La versión impresa, por tanto, no invalida, ni sustituye la versión digital. Por el contrario, abre una puerta a nuevas discusiones e invita a un nuevo grupo de personas que prefieren el papel a sumergirse en la discusión acerca del estudio de la comunicación humana. Se espera que estas nuevas discusiones fortalezcan la versión digital que, en palabras del autor, está perennemente inacabada. En lo relacionado a la segunda premisa, Dueñas Guzmán advierte que utilizará el femenino para referirse a toda persona humana y aunque solo le dedica una línea a esta advertencia, me parece importante destacar que son muy pocos los libros que reconocen la histórica invisibilización del quehacer femenino en documentos y libros producidos a través del tiempo. El libro está refrescantemente salpicado de sustantivos escritos en femenino que traen una sonrisa a la lectora consciente.
Como comunicadora visual y diseñadora gráfico me pareció pertinente reseñar la portada. Diseñada por el hoy estudiante egresado del Departamento de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, Crystyan Ortiz, muestra una serie de trazos circulares que son enmarcados por la ilustración de una mano humana. El cúmulo de círculos conforman la mano tal como el cúmulo de experiencias conforman al ser humano. Al exterior de la mano se aprecian otros círculos que, desde mi lectura, representan la vida en sociedad y las experiencias externas que necesariamente se continuarán sumando mientras exista interacción colectiva. La posición de la mano muestra el gesto corporal que hacemos cuando nos disponemos a recibir algo. Esta postura simboliza apertura y, tal como se verá en el libro, la buena fe o empatía son necesarias para comunicar efectivamente. Por otro lado, los círculos que construyen la mano no están organizados, sino que se acumulan más en unas áreas mientras otras se quedan vacías. Es decir, la comunicación no siempre ocurre de forma efectiva, sino que en ocasiones contiene ruido, es desorganizada, o hasta mal intencionada, lo que veda el proceso y abre espacio a malas interpretaciones, o vacíos en la comunicación. La portada, entonces, es un preámbulo elocuente de lo que se ofrece en las páginas interiores.
El título, por su parte, promete ofrecer “pistas” pero ¿qué ofrecen las pistas? ¿Cómo pueden ayudar al estudio de una disciplina? Una pista es un “indicio que permite deducir algo de lo que no se tiene un conocimiento directo”.[1] Y un indicio es un fenómeno que permite conocer la existencia de algo no percibido. Es decir, la meta del libro es introducir a las lectoras a los conceptos, teorías y paradigmas que conforman la disciplina de la comunicación y con ellas, en palabras del autor, abrir un espacio de diálogo y reflexión acerca de lo que significa estudiar la comunicación humana. Al mismo tiempo, el texto brinda herramientas prácticas para ayudar al estudiantado a convertirse en comunicadoras más reflexivas, éticas y seguras de sí mismas.
Dueñas Guzmán propone la percepción como punto de partida del estudio de la comunicación. El primer capítulo precisamente titulado Comunicación y percepción, desarrolla este concepto y explica de forma sucinta y fácil de comprender la complejidad detrás de lo que significa percibir. Demuestra basto conocimiento del tema al combinar una amalgama de estudios que en conjunto presentan las diversas formas físicas e intelectuales en que cada ser humano percibe. Al terminar el capítulo la lectora logra entender las intricadas variaciones que conforman el acto de la percepción y es en ese momento en que se comienza a comprender, quizá con estremecimiento y perplejidad las razones por las cuales un libro introductorio solo debe ofrecer pistas para el estudio de la comunicación.
El segundo capítulo Comunicación y lenguajes, se divide –sin incluir el resumen– en cinco subtemas titulados: 1) Comunicación y lenguaje verbal; 2) Los signos y el lenguaje verbal; 3) Comunicación y lenguaje escrito; 4) Comunicación y cultura; y finalmente 5) Pensar los medios de comunicación como lenguaje. Con el solo leer los subtítulos se puede apreciar el ordenamiento del capítulo desde lo más simple a lo más complicado, pero también se puede apreciar un ordenamiento cronológico o histórico de la evolución de la comunicación y los lenguajes. Abre el capítulo abordando el lenguaje no verbal o corporal y lo sitúa históricamente a tiempos en los cuales los precursores de la raza humana comenzaron a utilizar su cuerpo como “dispositivo para representar”. Este capítulo enfatiza la importancia del lenguaje no verbal y la ofrece como base de todo lenguaje humano. Es por eso por lo que propongo que la primera subdivisión se titule Comunicación y lenguaje no verbal de modo que simiente la importancia de esta primera forma colectiva de comunicar. El autor continúa el capítulo precisamente abordando esta dimensión colectiva la cual vinculó con la cultura. “Aunque nos comunicamos con nosotros mismos en nuestras mentes, no necesitamos de un lenguaje si no viviéramos en comunidad”. Con esto se establece que para la comunicación interna se necesita la percepción y comprensión mas no lenguajes corporales o verbales.
El capítulo tres, titulado Niveles de comunicación, presenta y explica seis maneras distintas de comunicar a las cuales el autor denomina tal como prevé el título, niveles. Estas son: interpersonal, intrapersonal, grupal, organizacional, masiva y de hipermediaciones o comunicación digital interactiva. La palabra niveles presupone una relación escalonada en la que cada modalidad va ampliándose con relación a la anterior, y es que con cada nivel se introducen nuevos integrantes e instrumentos y se modifican las características de la acción de comunicar. La excepción sería con la comunicación intrapersonal que el autor propuso como el segundo nivel, situando en primer orden a la comunicación interpersonal. Este intercambio, de acuerdo con Dueñas, tiene más sentido toda vez que “gran parte del desarrollo de la comunicación intrapersonal ocurre en el contexto de la comunicación interpersonal”. Es decir, no podemos soñar o pensar sin haber interactuado primero con otros seres humanos.
Ya para el cuarto capítulo comprendemos la relación íntima que existe entre la comunicación y los diversos tipos de lenguajes y, además, hemos explorado los distintos niveles de comunicación. Esta confluencia de términos iniciales abre paso a que exploremos las Raíces y claves conceptuales para el estudio de la comunicación, que es precisamente el título del cuarto capítulo. Está dividido en tres subtemas: 1) Raíces conceptuales manifiestas, ocultas y oprimidas; 2) Desarrollos conceptuales a partir del capitalismo industrial; y 3) Conceptos. En este capítulo propone no designar meras definiciones constitutivas, sino más bien conceptos fluidos interpretados dentro de un contexto. A partir de esta advertencia, hila progresivamente nuevos conceptos que conforman la comunicación humana y muestra cómo se relación e interconectan.
El capítulo final, Teorías y paradigmas del estudio de la comunicación es, a mi juicio, el capítulo de mayor valía del libro ya que esboza de forma clara y compendiada una historia del desarrollo teórico de la disciplina y le ofrece al estudiante de investigación una herramienta invaluable.
Comienza enfrentando la crítica que ronda la disciplina de la comunicación de ser “indisciplinada”. Entre otras personas, cita a Martín Algarra quien afirma que “…las ciencias de la comunicación tienen problemas de comunicación”. Esta crítica nace de la amplitud conceptual y la falta de consolidación entre las diversas áreas del campo. No obstante, el autor se apoya de las autoras Pineda y De la Peza quienes argumentan que es precisamente su indisciplina su mejor virtud ya que abre las puertas a una amplitud de saberes que conforman al vasto mundo de la acción de comunicar. Presenta, además, pistas que permiten profundizar la exploración de conceptos al proponer una estructura escalonada de seis términos para acercarse al conocimiento humano: los datos se convierten en información, la información en conceptos, los conceptos en teorías y las teorías en paradigmas. Con esta concepción abre paso a la evaluación de las diversas tradiciones que han sido propuestas para el estudio de la comunicación y, como conclusión, sugiere utilizar el esquema de paradigmas de Robert T. Craig para organizar el estudio de la comunicación humana ya que la considerar la más fecunda. A pesar de ello, el autor reconoce que este esquema manifiesta debilidades de inclusión y exclusión. Es por esta razón que, a mi entender, autores como Edward S. Herman, Noam Chomsky, Teun A. Van Djik, entre otros muchos no lograron formar parte de los teóricos reseñados.
Como dije al comienzo de esta reseña, hace poco menos de 30 años entré por primera vez a un salón de clases de comunicación con las habilidades que había adquirido al observar a amistades, familiares, compañeras de estudio, así como al ser consumidora de cultura popular. Estas observaciones me proporcionaron información práctica pero no ofrecieron la comprensión más rica que proviene de combinar el conocimiento práctico con el conocimiento teórico. Este texto para el estudio de la comunicación permite esta dualidad y ofrece al estudiante de comunicación una herramienta valiosa para comenzar a imbuirse en los conceptos, teorías y paradigmas propias de nuestra disciplina. La mayoría de los textos académicos son extensos y costosos libros escritos en inglés. Existen pocos libros en español de escritura reciente que tengan todas las teorías que ofrece Dueñas compendiadas en un solo capítulo. Y en Puerto Rico este es, a mi entender, el primer libro en su categoría. Como excepción cabe mencionar el libro titulado Comunicación Efectiva: introducción a la comunicología de Iván Cardona. Sin embargo, es una brevísima introducción al estudio de la comunicación escrita en los albores de la era digital interactiva.
Las formas de comunicar están en constante cambio y los desafíos son cada vez más complejos: desde debates políticos muy cargados hasta la redacción de ideas profundas en 280 caracteres e interacciones cotidianas con nuestras amistades y familiares. La comunicación es fundamental para nuestra vida personal y profesional. Es por esto por lo que es necesario entender la comunicación humana desde sus raíces para poder enfrentar las intricadas relaciones que se desarrollan a medida que nuestras opciones de canales de comunicación se multiplican. Es por esto por lo que coincido con el autor y llego a la conclusión de que un libro de comunicación siempre estará perennemente inacabado.
[1] Diccionario Oxford en línea.