«Sabor a Puerto Rico», un testimonio
Con Hecho con Sabor a Puerto Rico se celebra el 20 aniversario de esta producción de manera consecutiva y es la sucesora directa del gran Sonó Sonó. Esto planteó un reto inmenso a la vez que sirvió de inspiración para enfocarnos en producir un documento audiovisual que estuviera a la par con esas dos realidades. Lo que nunca esperamos fue la reacción al documental. El impacto trascendió nuestras fronteras y, en general, ha tenido una recepción muy positiva. El mensaje llegó y ahí queda esa historia para el estudio de nuestra y próximas generaciones.
En mi caso lo que me llevo es la experiencia más hermosa y rica de mi vida. Me disfruté cada paso, hasta los traspiés. Producir el especial es una especie de montaña rusa de esas de Busch Gardens. De las que dan vueltas y giros inesperados, de las que a veces dan vértigo pero al final gritas de la emoción. Compartir el proceso creativo que supone esta producción con hermanos como Willy Rodríguez e Ileana Mercedes (PG-13), con El Topo y Zoraida Santiago, con Danny Rivera y Chucho Avellanet, con el productor musical Amed Irizarry y su equipo y con mi compañera y productora Tristana Robles hacen de esta experiencia la más importante de mi carrera hasta el momento. Más de una vez solté lágrimas de emoción visceral.
La experiencia más memorable fue la presentación que le hiciéramos a El Topo del arreglo de Verde Luz. Amed decidió presentarle el arreglo en vivo por lo que se coordinó un encuentro en nuestra oficina para tocar la canción frente a Antonio. Los nervios de punta, la expectativa, se sentía el aire espeso difícil de respirar. «¿Qué pensará el autor y compositor de este himno emblemático?» Las primeras notas de las manos de Amed llenaron el espacio de una melodía hermosa. Le siguieron el bajo y la batería. El Topo escuchaba aquello en total concentración. Y de pronto… empezó a cantar. Su voz intacta se sirvió de la acústica de la casa vieja. Al final, los pocos que presenciamos este deleite, estallamos en un aplauso estruendoso de esos que te dejan las manos prendidas de felicidad.