Sonidos primarios
Se trata de un repertorio de nueve canciones y un cuento que recoge experiencias y ofrecimientos para diferentes poblaciones de la niñez todo unificado en la belleza amigable y necesaria de la música autóctona puertorriqueña. La gestión artística y técnica de un agrupamiento de profesionales de primer orden consiguió asegurar el triunfo unificado de las múltiples inspiraciones que aportaron sus excelencias como ingredientes de un proyecto que ya es un legado fresco y recién llegado que mantendrá su vigencia de aquí en adelante.
Aunque Sonidos primarios es una membresía musical con agregaciones acertadas y oportunas no deja de ser un trabajo identificado sobretodo con Viento de Agua porque la iniciativa gestora de Tito Matos Ricardo Pons Mariana Reyes cohesiona la participación de miembrxs e invitadxs en arreglos orquestaciones ejecuciones cuya química está probada y es reconocible. Claro lxs niñxs se encargarán de los juicios y preferencias y la participación y observación de ese proceso será aleccionador para proyectos futuros. Este ofrecimiento cultural para niñxs es una articulación de voluntades de adultxs y por lo mismo es un experimento de comunicación cuya fertilidad es muy promisoria. Aquí la premisa creativa es que lxs niñxs son inteligentes diferentes exigentes concluyentes y eso deja fuera de consideración cualquier simplismo añoñamiento subestimación condescendencia: esta es música seria esmerada que quiere ser amigable irresistible válida pero bailable.
La participación de una variada muestra de compositores actuales diversifica la oferta musical mientras la inclusión de tres plenas clásicas tradicionales es una decisión de unificación cultural de pasado y presente y una superación de la estrechez de la noción de música infantil que se transforma en música que a lxs niñxs les gusta.
El primer corte establece la pauta de energía y excelencia del disco. Tito Rodríguez aporta una bomba titulada ¿Y por qué? ¿Y por qué? que celebra la constante insistente inextinguible curiosidad infantil y la cantante paciente impostergable elección de respuestas adultas que intentan aclarar tantos misterios interrogados. La sigue la plena de Marcial Reyes Canta el gallo que al igual que la bomba anterior recoge la fascinación con los animales que comparten niñxs y adultxs. Ricardo Villanueva desglosa en seis de cuatro décimas la medición del tiempo en días de la semana convocando la atención a la métrica y la rima porque la niñez también contiene el esfuerzo de la adquisición de destrezas creativas. Ramón López (el mismo) ofrece evocadora poesía en su Plena nana que se eleva con las hermosuras vocales de Gema Corredera. Ricardo Pons y su tocayo Villanueva traen la presencia del coquí en tiempo de bomba acentuando la magia del animal en la imaginación y de la música en la naturaleza. Le sigue el gran acierto de Ricardo Villanueva de ubicar el aprendizaje de las notas musicales en unas cadenas jíbaras sustentadas en bomba. Es también muy acertado entregar a la niñez la plena El león del inmortal Tite Curet y aquí apunto lo que debí decir desde el principio: que las ejecuciones de este proyecto se unifican en divertimientos de buen humor sin perder inteligencia ni seriedad creativa. Israel Lugo aprovecha esto al máximo en su seis chorreao El mundo al revés que a la vez mueve a la risa por las ocurrencias transgresoras e incluye oportunos comentarios de conciencia social. La última canción es otra plena clásica que lxs adultxs conservan y los niñxs descubren: Ola de la mar de Pedro Ruiz. Como innovación sorprendente y atractiva todo el proyecto finaliza con el cuento Marcelo y el misterio del sonido desaparecido de Juan Carlos Quiñones que además de regalo auditivo se incluye como texto impreso para la lectura.
El sonido instrumental predomina en cueros cañas teclados con apariciones de cuatro guitarra güiro. Las voces principales se las reparten cinco vocalistas y con un narrador y coros de niñxs y adultxs se completa un cantado regocijo contagioso. La producción musical de Ricardo Pons ensancha las capacidades de los músicos participantes mientras su propio dominio de múltiples instrumentos diversifica y completa una complejidad precisa pero accesible. Tito Matos articula sus habilidades percusionistas con el mismo fin y la combinación de ambos es el sostén unificador del proyecto.
Ojalá que la primera edición de este amoroso embeleco se venda rápido y permita producir cuantiosos ejemplares adicionales que lleguen a todos los ambientes en que la música alegra la vida de orgullo puertorriqueño aquí en las islas y también en las ciudades puertorriqueñas de Estados Unidos. Por su calidad y relevancia el disco merece darse a conocer por todo el Caribe y Latinoamérica. En estos momentos iniciales de su viaje es un privilegio para todas las manos que lo reciban y los corazones que le abran su hospitalidad.