Conversación con Angela Davis en Puerto Rico
Puerto Rico siempre nos da momentos interesantes.
Un sábado de 2014 coincidieron en la isla cientos de mujeres de diferentes partes de Estados Unidos para congrearse en el Centro de Convenciones con el nombre de aquel gobernador que se vistió con gabardina y sombrero ancho para caminar por el patio del palacio colonial que alberga el poder ejecutivo de un país que existe por obra y gracia de un ley pasada hace muchos años por el Congreso número 81 del mismo país de donde estas mujeres viajaron. Se reunieron allí con el llamado de una asociación de corte académica que fomenta la discusión de los roles de género en la universidad y en la sociedad (NWSA por su siglas en inglés).
Entre la oferta de conferencias de ese sábado, se reunieron en un solo salón cuatro académicas para hablar de la situación de una Palestina ocupada por el poder militar y político de una nación estado que tiene la bendición de la misma nación estado que creó esta mítica pero tan “real” estructura llamada Estado Libre Asociado en español y Commonwealth of Puerto Rico en inglés.
Una de las panelistas fue la ex-presa política Angela Davis.
Angela Davis –militante, activista, académica, mujer y negra. No es la primera vez que Davis pisa esta isla/país. Dice su historia que en algún momento, cuando estaba fugitiva, ella se refugio en algún lugar del ELA. Este regreso a la isla en circunstancias tan diferentes, en medio de una campaña por varios sectores por la ex-carcelación de lo que muchos llaman el último preso político puertorriqueño y luego de uno de los periodos más sangrientos de la intervención israelí a los territorios palestinos en la “franja de Gaza”, seguro que nos llamó demasiado la atención.
Así que decidimos tratar de no solo escuchar lo que tenía que decir desde el podio alto en el salon gigante de ese nuevo Centro de Convenciones hambriento por cumplir su función de atraer dinero externo al “país”, si no de intentar un aparte con ella para hablar un poco de como es eso de venir a Puerto Rico a hablar de territorios ocupados.
Después de varios malentendidos y ayudas de última hora, conseguimos este aparte justo antes de que Angela Davis se integrará a otro panel ese día en la sede del Colegio de Abogados de Puerto Rico. Hoy entonces lo compartimos con ustedes. No es extenso y quizás no logramos alcanzar algún análisis nuevo, sin embargo creemos que es pertinente compartirlo como recordatorio de que las luchas políticas son complejas y tienen que tomar en consideración que las personas tienen múltiples identidades que coexisten y complican sus acciones. Que la academia a veces se apropia de conocimientos que nacen dentro de movimientos tangibles que buscan soluciones tangibles. Que uno no tiene que “ser” o “pensarse” de una manera para apoyar las luchas de tantos “otros” y “otras”.
Ezequiel Rodríguez (EZ): Viniste para dos conferencias, una detrás de la otra, sobre Palestina, en las cuales estás participando aquí en Puerto Rico, y justo dijiste en una de éstas —lo que es totalmente cierto— que aún somos una colonia ocupada por los Estados Unidos. ¿Cómo se siente el hacer ese tipo de análisis aquí en Puerto Rico? Específicamente en Puerto Rico.<
Ángela Davis (AD): Pues, por supuesto que siempre es importante tener un sentido de lugar. Así que en dónde desarrollas un análisis, en dónde haces llamados al activismo, eso importa. Y por supuesto estamos aquí en una ocupación —en el territorio ocupado por los EU que es Puerto Rico, intentando desarrollar solidaridad por los palestinos, quienes están bajo ocupación por el estado de Israel con la complicidad y participación directa, por supuesto, de los EU. Así que en cierta forma el levantarse en oposición a EU con respecto a su participación en la ocupación de Palestina es también retar a los EU ante su poder colonial con respecto a Puerto Rico.
Y como una persona que ha estado envuelta en la campaña en contra el colonialismo del conquistador, en la campaña para liberar a presos políticos puertorriqueños por muchos, muchos años no puedo pensar sobre luchas políticas radicales sin pensar sobre Puerto Rico. Y de hecho poco después de que fuese puesta en libertad de la cárcel en el 1972, creamos una organización y uno de los principales esfuerzos de la organización fue hacer un llamado a la libertad de los políticos presos puertorriqueños. Y para ese tiempo, por supuesto, Lolita Lebrón aún seguía en prisión, Rafael Cancel Miranda, Oscar Collazo, y a la vez, luego me envolví en el esfuerzo para liberar a presos políticos como Iraluz Rodríguez, a quien espero poder ver aquí hoy, y a Alicia Rodríguez. Los visité varias veces mientras estaban en la cárcel federal, así que para mí, la lucha por un Puerto Rico libre siempre a estado en el corazón de mi activismo, mi activismo para liberar presos políticos, mi activismo en contra del sistema correccional en general, en contra del colonialismo, y en contra de la ocupación por los EU de otros países alrededor del mundo.
EZ: ¿Por qué crees que los puertorriqueños nunca hemos podido darnos cuenta de cuán importante es para Puerto Rico el movimiento diaspórico cuándo tenemos casi la misma cantidad —o hasta más hoy día— de puertorriqueños en la diáspora que en el propio país?
AD: Bueno, uno podría decir que en muchas maneras la gente —hasta gente oprimida, gente subyugada— que se benefician del capitalismo, del racismo en los EU, algunas cosas se nos pegan y por mucho que nos representemos como anti-colonialistas, anti-razas, anti-capitalismo, llevamos la impresión del poder de los EU y por ende estamos también implicados, y creo que eso es probablemente a lo que los puertorriqueños en Puerto Rico reaccionaban y no es para que tomemos la defensiva y digamos “oh, pero no”. Es para que reconozcamos que eso es oposicionismo y entonces construir solidaridad desde ese espacio.
Y sí sé que hemos podido forjar solidaridad —Pienso en la solidaridad dentro del movimiento de mujeres particularmente alrededor del asunto de la esterilización. Fue la esterilización de las mujeres en Puerto Rico que en realidad nos permitió a nosotras en los EU que éramos mujeres de color que no nos identificábamos con el feminismo burgués blanco, a reconocer que podíamos construir un feminismo distinto. Podíamos construir un feminismo anti-racista. Así que yo quisiera agradecerle a la gente de Puerto Rico y a los activistas, los activistas radicales de aquí por permitir nuestro desarrollo en ese aspecto.
EZ: Dijiste en la conferencia de hoy que la interseccionalidad, el concepto de las intersecciones, cuando no pensamos en él, nos dividimos, pero cuando comenzamos a pensar en las intersecciones entonces comenzamos a pensar en un mejor feminismo y hasta en un mejor activismo político. ¿Cómo podemos construir un marco que nos de mejor acceso a lo que las intersecciones nos pueden brindar?
AD: Bueno, por supuesto que un término como “interseccionalidad” suena muy académico y fue desarrollado —el término fue desarrollado dentro de un contexto académico. Pero las ideas detrás del término vinieron del activismo popular. Vino de las mujeres —mujeres de color mujeres de color de escasos recursos que con frecuencia solían preguntar: “¿Cómo es que se posicionan ustedes? Cómo es que piensan sobre… ¿Son mujeres… o son negros? ¿Son mujeres o… son puertorriqueños? Y por supuesto muchas de nosotras respondimos que “no podemos separar el hecho de que somos mujeres, negras y puertorriqueñas y que estamos enfrentándonos contra el capitalismo y el imperialismo”. Así que esa noción de la interseccionalidad vino de la base popular de mujeres de color que respondían al feminismo blanco —el feminismo que había surgido como blanco, aunque aún sin reconocer que la “racialización” no era reconocida. Así que pienso que es muy importante particularmente cuando pensamos en términos como la interseccionalidad que veamos la impresión que tiene el activismo sobre los estudios y que no olvidemos las genealogías, las raíces.
Y creo que son los académicos quienes a menudo crean la separación porque frecuentemente tenemos que separar las cosas para poder desarrollar un análisis, pero los académicos muchas veces cometen el error de pensar que lo que se ha aislado para el propósito del análisis no existe tan aislado en la realidad social. Y la gente que es activista en la calle reconoce eso. Así que en cierta forma pienso que son los activistas quienes comprenden la interseccionalidad de una mejor manera…
EZ: Es muy cierto lo que has dicho sobre las divisiones, como cuando nos enseñan sobre los Black Panthers, por ejemplo, pensamos en ello como un movimiento negro y olvidamos a todos los puertorriqueños que formaron parte, y hasta el elemento “queer” del movimiento se elimina. ¿Verdad? Y lo perdemos en esa movida hacia el pensamiento académico. Los términos acaban dividiéndonos en lugar de unirnos y ahí es que entran las intersecciones, y entonces se convierte en esta cosa que está separada del activismo. ¿Cómo podemos trabajar para retomar ese poder del activismo cuando en estos momentos el activismo también parece haberse roto?
AD: Creo que es importante reconocer las historias y crear recuerdos históricos distintos y reconocer que el Black Panther Party no era solamente de los negros era sobre la justicia y habían muchos que no eran negros que se hicieron miembros del Black Panther Party justo como con los Young Lords. Denise Oliver por ejemplo fue una afro-americana pero fue una de los líderes de los Young Lords y la meta, por supuesto, era la libertad para Puerto Rico y la libertad para los puertorriqueños.
Uno no tiene que ser puertorriqueño para abogar por la libertad de los puertorriqueños —uno no tiene que ser negro para abogar por la liberación de los negros.
Este contenido se publicó originalmente en Puerto Rico Indie.