Voz de alerta por «La Casa de los Contrafuertes»
Dicho proyecto constituye un verdadero logro cosechado de la inversión de fondos públicos en la Trienal Poligráfica de Puerto Rico, Latinoamérica y el Caribe del año 2012. El proyecto superó la temporalidad de la ocasión para insertase en el flujo del desempeño artístico cotidiano en la isla con el fin de promover la actividad cultural del país a largo plazo. El compromiso dio frutos concretos y continuos a lo largo del desarrollo del proyecto, tornándose la Casa de los Contrafuertes en un espacio de gestión y punto de reunión de puertas abiertas a públicos variados provenientes de todas partes de la isla, e incluso de fuera. Funcionamos allí ininterrumpidamente entre marzo 2012 y junio de 2013, acogiendo más de 20,000 visitantes de una demográfica sumamente variada en edades, procedencias, intereses e ideologías.
El grabado y las artes del libro constituyen, indiscutiblemente, un hito histórico en la trayectoria artística de la isla. Como artistas y puertorriqueños, sentimos un máximo respeto por la valorización de ambos géneros. No cuestionamos la legitimidad del deseo de la actual Directora y la Junta del ICP de establecer un museo dedicado a ello. Lo secundamos, afirmando que un proyecto así de complejo merece un gran espacio en todos los sentidos, incluyendo su minuciosa planificación, su tamaño, el rigor museológico y su relación con los contextos adyacentes.
Ahora bien, ubicarlo en el edificio de la Casa de los Contrafuertes, un espacio rústico y reducido (poco más de mil pies cuadrados de espacio interior) en una de las construcciones civiles más antiguas del Viejo San Juan –que incluso se halla al nivel original de la calle, convirtiéndolo en un sumidero de aguas pluviales cuando llueve fuerte– requeriría de una enorme inversión para adecuarlo a poder albergar tan valioso proyecto. Una colección de grabados y libros, obras de arte fundamentalmente hechas en papel, requiere de ambientes equipados con climatización especializada para controlar temperatura, humedad, luz, entre otros. Esto, además de los equipos de iluminación y seguridad que conlleva cualquier museo.
Todos estos ajustes requerirían una enorme inversión en un espacio de por sí pequeño y resultarían en una transformación del plantel que sería casi una traición a su esencia y memoria histórica. Un museo del grabado y las artes del libro que busca mostrar la vasta trayectoria de la gráfica en la isla merece un espacio de exposición más amplio y adecuado a albergar dicho acervo. Es de conocimiento que hay varias otras opciones de espacios disponibles que se prestarían con mayor facilidad y menor inversión a albergar dicha colección.
En contraste el proyecto existente en esta localidad, La Casa de Contrafuertes: espacio de trabajo, está concebido como un proyecto de ubicación específica en dicha edificación. Tanto el discreto tamaño del edificio, como el hecho de que, al ser un proyecto abierto, no requiere acondicionadores de aire u otros elementos de cierre. El edificio respira, circula el aire y el espíritu de la ciudad, tal como se diseñó originalmente, invita a todo tipo de transeúnte a entrar, enterarse, participar, regar la voz. Asimismo, las propiedades acústicas de su patio interior son las ideales para el tipo de actividad que también caracteriza nuestro proyecto: música, teatro, recitales literarios, cine, danza, el huerto, las abejas.
El funcionamiento del proyecto La Casa de Contrafuertes: espacio de trabajo fue temporeramente interrumpido en junio de 2013, para llevar a cabo los trabajos de remozamiento a la edificación de Contrafuertes ya contratados por la Oficina de Preservación de Patrimonio del ICP. Antes de desalojar la Casa firmamos un acuerdo legal en La Fortaleza, para garantizar la continuación a largo plazo del proyecto, a partir de la entrega del edificio por parte del contratista, independientemente al cambio de administración y los nuevos nombramientos.
Ya desde julio de 2012 habíamos iniciado las conversaciones y trámites oficiales para la continuación del proyecto allí. Luego de haber cumplido con todos los requisitos que se nos exigieron, la señora Ramos Collado hace caso omiso del acuerdo firmado en Fortaleza, durante esta misma administración, y cerró la Casa. Habiendo leído la entrevista publicada en 80grados nos enteramos oficialmente que su tiránico proceder responde a la insensata idea de crear allí otro museo de arte, especializado en exhibir obra hecha sobre papel.
Reiteramos que reconocemos la gráfica como el renglón de la plástica puertorriqueña más trabajado por mayor tiempo, y en el que quizá hemos logrado el mayor reconocimiento internacional. ¿Cómo vamos a desplegar tal tradición en un recinto húmedo y de proporciones tan discretas? Estamos hablando de forzar allí un Museo para obra gráfica sobre papel. Lograr acondicionar dicho recinto para que este se ajuste a ese fin incurriría un costo monumental.
Este afán sin lugar a dudas requeriría de todos los presupuestos actualmente disponibles para nuestro desarrollo cultural, sin hablar del intento absurdo de querer meter un mamut en una caja de zapatos; particularmente cuando es de conocimiento común que existen muchas alternativas de ubicación verdaderamente adecuadas para el Museo propuesto.
Esta situación es un ejemplo, entre tantos, de cómo ha venido a menos el panorama cultural del país, …no es que esté paralizado sino que la actual administración ejecutiva del ICP lo está derribando.