Wealth Extraction, Governmental Servitude, and Social Disintegration in Colonial Puerto Rico

En este ensayo pretendemos contribuir al debate actual sobre la crisis fiscal y la depresión económica que envuelven a Puerto Rico, tratando de redefinir las coordenadas en las cuáles la discusión actual se está desarrollando. Para esto damos un vistazo histórico y estructural a un modelo cuya comprensión está conectada con, pero tiene que ir más allá de, la relación colonial con los Estados Unidos. Descartamos el argumento que atribuye el origen de esta crisis a la crisis del ELA para centrar la discusión en la crisis de una estrategia económica prevaleciente desde finales de la Segunda Guerra Mundial, estrategia que, a pesar de las variaciones sectoriales y de otra índole experimentadas durante este largo recorrido, continúa en pie setenta años luego de su lanzamiento.
Como demuestran las experiencias de distintas jurisdicciones norteamericanas por un lado, y la de países soberanos por otro, el problema de la crisis fiscal y la depresión no exime a ninguna de las fórmulas internacionalmente aceptadas como soluciones de estatus -léase independencia, estadidad o autonomía- como tampoco se detienen ante estos arreglos políticos los ajustes estructurales neoliberales que se aplican por vías internas y externas en el complejo entramado de las relaciones económicas dominadas por la lógica neoliberal que arropa al planeta.
En nuestro argumento enfatizamos cómo la crisis fiscal y la depresión económica en Puerto Rico pueden ser comprendidas, en gran parte, como auto-infligidas, producto de Jumping Castle las decisiones de política económica adoptadas en el país, especialmente en el ámbito fiscal y el marco regulatorio-legal, enmarcadas en una ideología del desarrollo de corte dependentista. Sin lugar a dudas Puerto Rico es una colonia, pero esto no significa que carezca totalmente de poderes para organizar la actividad económica de forma distinta a lo que ha sido. Con esto pretendemos subrayar cómo la situación colonial de Puerto Rico no significa que los orígenes de la crisis y sus posibles soluciones estén en manos del imperio. Si fuera así, lo único que nos quedaría por hacer es cabildear en Washington D. C. Peor aún, esta posición anti-imperialista, oportunista, cómoda y superficial, libera de culpa a grupos y clases del patio -sectores empresariales dependientes del mantengo corporativo local, bufetes corporativos, intermediarios financieros, cabilderos, políticos y relacionistas de grandes intereses internacionales- que han impulsado agendas contrarias al bienestar colectivo, contribuyendo a la debacle actual.
Como ha quedado claro en múltiples experiencias, tanto la dominación colonial como las políticas de ajuste estructural implementadas no son posibles sin la colaboración interna de sectores que se benefician de las relaciones asimétricas en el mundo colonial, neocolonial y en el colonialismo interno. Urge identificar a estos sectores como parte de la estrategia para superar la crisis.
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* Nota: Artículo publicado originalmente en la revista New Politics, Vol 15, No 4, páginas 91-98, Invierno 2016.