Zoom
Pasen señores a ver
al poeta que aspira algodones
empapados en éter
–Manuel Silva Acevedo
Poetísimos:
yo, federico,
poeta menor;
ignorante de mi genoma;
lavavajilla de dioses.
Nacido, no apaleado
bajo el signo de ningún eclipse;
rojo como el bronquio de un pescado.
Rr con rr;
adúltero fallido;
adulto follando;
fallecido y adusto:
hiena en mí mismo
y oficiante de cobaya.
De nada, poetísimos, reniego:
ni del rebudio entre los carismáticos,
ni del mirar a los recién nacidos
con la cara de la mónada de Munch,
ni de hacer el amor bajo el influjo
de los helicópteros de Stockhausen.
Insecticida y maderable,
miro sonriente a la cámara,
digo oink,
y respiro un poema por la nariz.
Mañana juro correrme a latigazos
frente a dos piedras del tamaño de un televisor.