El supermercado muñocista: ¿jugada clave?
Segunda y última parte1
For the effective improvement of the food distribution system in Puerto Rico,
there is needed, as early as possible,
the establishment of modern large markets in urban areas
and smaller modern outlets in rural and neighborhood areas.
Report of the Puerto Rico Food Advisory Commission to Governor Luis Muñoz Marín, January 5 1954
En la primera parte de este escrito traté el tema de las recomendaciones de The Puerto Rico Food Advisory Commission (FAC) al gobernador Luis Muñoz Marín en 1954. El escrito prometía delinear una perspectiva histórica a las preocupaciones económicas y políticas de los empresarios de la industria de alimentos puertorriqueña. Para ello, identificaba uno de los perfiles de la política alimentaria del gobierno muñocista, específicamente, la incorporación en el ejercicio político de una de las recomendaciones de la FAC para la implementación, de forma acelerada, de un novel medio de provisión alimentaria proveniente del potente avance del capitalismo alimentario estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Al final, prometí describir las recomendaciones del Sub-comité de venta de alimentos al pormenor y al pormayor.
Las recomendaciones del comité, pues, se estructuran en el Informe en cinco secciones: 1) preámbulo; 2) recomendaciones sobre el alcance del papel del gobierno como facilitador y garante de la propuesta; 3) los estándares y cualificaciones del los posibles administradores gerenciales; 4) la norma de la estructura física y localización de los establecimientos y, 5) recomendaciones para estudios dirigidos a modificar la legislación vigente (esta es de suma importancia porque atisba las fragilidades del Estado reformista ante el gran capital corporativo). Veamos.
Preámbulo
De entrada, en la primera oración del preámbulo, el Sub-comité propone lo siguiente:
“For the effective improvement of the food distribution system in Puerto Rico, there is needed, as early as possible, the establishment of modern large markets in urban areas and smaller modern outlets in rural and neighborhood areas.”2
El preámbulo está seguido de una alocución que traslucirá en el resto de la argumentación del Sub-comité: el desarrollo de un método efectivo de mercadeo debe asentarse en el concepto de “high volume and low prices” para generar la competividad.3
En las próximas líneas, el Sub-comité indica que no es necesario ni deseable el subsidio gubernamental, pero éste sí debe proveer instalaciones (“facilities”) en términos razonables.
Sobre este último punto, el Sub-comité recomienda cinco (5) acciones al gobierno: 1) adquisición de solares apropiados para la operación de supermercados y centro comerciales (“a limited number of sites suitable for supermarket operation or shopping centers”); 2) construir y equipar las tiendas para alquiler o venta “on equitable terms”, a administradores cualificados o proveer asistencia financiera a este propósito; 3) iniciar un programa de educación empresarial en las competencias particulares del negocio de supermercados; 4) emplear o retener, en el proceso de implementación de la propuesta, a los especialistas que en ese el momento están proveyendo asistencia práctica; y 5) establecer una Junta Asesora Permanente de miembros del gobierno y de la comunidad empresarial puertorriqueña y norteamericana “to assist and guide the development of the program”.4
La sección culmina con un párrafo de suma significación para el día de hoy, no sólo porque se retoma sobre el discurso de la competencia como mecanismo para abaratar los precios, sino porque se le hace un llamado al poder gubernamental para que no intervenga en el régimen de precios:
“The Committee is convinced that price competition will be the most effective instrument in reducing the cost of food distribution in Puerto Rico, but that compliance with an arbitrary scale of prices cannot be made a condition for qualifying the program here in outlined.”5
Cualificaciones del empresario alimentario
La segunda sección del Informe es un ejemplo del alcance de las nuevas tecnologías y de las sabidurías empresariales como configuraciones de poder y como arreglos que, en el contexto empresarial cultural de entonces, podían crear márgenes excluyentes a la misma vez que se instauraban nuevas políticas de consumo a nombre de la eficiencia y la conveniencia y el justo precio.
El Sub-comité pues, recomendó en esta sección que los aspirantes a participar como gerenciales en los supermercados deberían, por lo menos, cumplir con los siguientes estándares y condiciones (sabidurías, diría yo). Primero, conocimiento del régimen de ventas tipo “cash and carry”, en el que el comprador adquiría los bienes en un almacén a precio fijo por un período de tiempo pero asumía los gastos y riesgos de transporte y almacenamiento; segundo, conocimiento del sistema “self-service”, es decir, la organización estratégica de la mercancía y los aparadores de forma que eliminara la transacción cara a cara y acelerara el tiempo de compra; tercero, inversión en capital de trabajo y en tecnologías modernas (cajas registradoras, contabilidad, sistema de empaque, pesas y medidas, iluminación y refrigeración, música ambiental, servicio de entrega al automóvil); cuarto, división de los productos por departamentos; quinto, promoción de productos nuevos y creación de “traffic builders (cafeterías y estacionamiento); sexto, trazado moderno al interior de la tienda y en el espacio de la ciudad; séptimo, salarios y condiciones de trabajo justas y, octavo, entender acerca de la escala de precios competitiva.6
Tamaño y localización
Los críticos del desparrame urbano contemporáneo piensan que ello es una condición de la posmodernidad. Algo tiene de cierto pero el desparrame también tiene, como las cuitas de los empresarios alimentarios, un punto de arranque en la política de la llamada modernización. La apuesta del gobierno muñocista a los supermercados como jugada clave para enrasar el problema de la alimentación, traía apareada, junto al novel modelo de provisión alimentaria, un resultado nefasto: la conformación de la civilización del automóvil y la urbanización del extrarradio (zona que bordea el casco urbano).
La tercera parte del Informe del Sub-comité -que ocupa página y media de las cuatro que componen la propuesta-, se centra en el tipo y localización de las tiendas futuras. El Sub-comité subrayó que el asunto debería determinarse después de la consulta con especialistas en la materia.
Al principio de la sección se delimitan los escenarios generales. Primero, el “gran supermercado” es el modelo a seguir (“Large supermarkets offer the greatest potential for the immediate improvement of the marketing system”).7 Segundo, éstos deben establecerse en áreas de alta densidad poblacional (“they should be restricted to heavily populated areas”).8
Más adelante, el Informe precisa los dos tipos de localidades donde deberían levantarse. Los dos lugares ideales se propuso, era donde hubiera un alto movimiento de peatones (“walk-in traffic”) y un alto tráfico de autobuses (“bus traffic”) circulando por sus accesos.
Como condición necesaria, tenía que tener estacionamiento:
“All supermarkets should be designed to provide adequate parking facilities and for future expansion, having in mind the expected increase in car registrations and personal incomes.”9
Aun cuando se proponía el establecimiento de mercados más pequeños tipo “self-service” en los barrios y zonas rurales, se indica, sobre todas las cosas, lo siguiente: “The stores should also have parking facilities”.10
De una forma menos destacada, recomendaba el fomento de pequeñas tiendas cooperativas en las zonas más apartadas de la Isla.
Por último, el Sub-comité subrayó la importancia de integrar al modelo –algo que hasta entonces no tenía precedentes y que era realizado por las Plazas del Mercado- la funciones de un Mercado Central para el almacenamiento, recibo y despacho de embarques y el procesamiento industrial de los productos del patio.
Las recomendaciones para cambios en la legislación
Tomé la decisión de escribir esta pieza cuando, luego de leer las quejas de los empresarios puertorriqueños en la prensa nacional, quise decirles que el problema no es del gobierno actual, sino de la impotencia del modelo colonial para lidiar con el capitalismo alimentario voraz. Como expuse al principio del escrito anterior, las cuitas de los empresarios tienen historia. He aquí las propuestas de los inversionistas extranjeros en el negocio alimentario en un contexto de bases soberanas frágiles. Hace casi 60 años, el gran capital alimentario podía abrirse camino a pedir de boca y proponer al gobierno colonial de Puerto Rico cambiar la legislación vigente en los cinco puntos que copio textualmente:
- Modification of the closing law, in conjunction with a re-examination of store hours, with a view to providing the grates convenience to the consumer.
- Removal of excise taxes from store equipment and fixtures, and for material and handling equipment.
- Grant of powertothe Puerto Rico Industrial Development Company to invest in commercial facilities.
- Labor legislation to the proposed training programs.
- Policy of no direct taxes on food stuffs and the property tax to inventories to this connection.
En los años siguientes al informe, (1960-61) Muñoz encarará al gran comercio alimentario, específicamente a Lansing P. Shield, el empresario dueño de Grand Union y a quien el propio gobernador le confió la dirección de la FAC. Entonces lo acusaba de violar la ley anti monopolio. Pero la suerte estaba echada. ¿Continuará echada?11
- Quiero agradecer las colaboraciones del Dr. Luis A Ramírez y del señor Marcos Mercado al llamado que hiciera en el primer artículo para identificar a varios miembros de la Comisión. Enhorabuena. Sólo les digo que han ido apareciendo otros personajes en la trama. Los mantengo informados. [↩]
- FAC, Informe, Recomendaciones del Subcomité de operaciones de ventas al por menor y al por mayor, 4 pp., p.1 [↩]
- Ibid.loc.cit. [↩]
- Ibíd., p. 2. [↩]
- Ibíd. [↩]
- Ibíd. [↩]
- Ibíd., p. 3. [↩]
- Ibíd. Entiéndase nuevas urbanizaciones como Puerto Nuevo, Caparra Terrace y Altamira. [↩]
- Ibíd., p.3 (énfasis suplido). [↩]
- Ibíd., p. 3. [↩]
- Véanse, Corporación Grand Union operará la cadena de supermercados Todos; en: El Mundo, 11 de mayo de 1959; Lansing P. Shield dice objetivo de Grand Union es el de rebajar losprecios; en: El Mundo, 2 de octubre de 1959; Grand Union construirá otros seis supermercados; en: El Mundo, 10 de marzo de 1960; Niega resulte supermercado en monopolio, en: El Mundo, 9 de agosto de 1961; Grand Unionrinde informe de ganancias; en: El Mundo, 10 de octubre de 1962;Grand Union señala baja en el costo de alimentos; en: El Mundo 1 de marzo de 1962. [↩]