foto por Pablo Pantoja
Que vivan los estudiantes,
jardín de las alegrías.
Son aves que no se asustan
de animal ni policía
Violeta Parra
Ponen sus cuerpos como fusiles y banderas
son arrobados lienzos de madera
son crecida del río y maremoto
Ponen sus cuerpos jóvenes, lozanos
en medio de brutos y sananos
esos torsos sin chaleco, esas armas sin balas
ellas les gritan a todos: a las bestias y a las presas
que por amor se acoplen; que sean toda la misma pieza
son muchas ellas y gritan; su abdomen ante el arma
ellos van casi desnudos, sin cascos ni macanas
hasta en su alma, su voz es furor
ellas reprochan dónde están todos
ven deja tus armas, policía mequetrefe, vendido, asimilado
de tus gases, de tus puños, de tu interés en dispararme, yo me burlo
me dices tierra, yo lo asumo, soy tierra, soy aire,
soy tu país que te reclama entre multitud de cuerpos y de rabia
ellas-ellos ponen sus cuerpos y no tienen chalecos antibalas
son arrojo de esperanza, ponen su cuerpo desnudo
en la calle y sin armas, mas que botellas de agua
ellos-ellas son grito, fuerza, alegría
indignación, denuncia y gracia
ellos-ellas ante el silencio
ante el desgarre de un corazón, ante el aliento
ponen su cuerpo, su mente, sus vidas
tan tiernas, tan comenzando a vivir, vida plena
su juventud intermediaria, es muro, es cadena
ante el que oprime y el que se deja
ante el que resiste y los aqueja
ellos-ellas ponen su cuerpo y es posible
la victoria en esta pena, la dignidad y el honor
a ellas-ellos, gracias, por dar lo único y darnos todo
por ser la furia y el decoro, por ser país, por ser tesoro
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