Acercarse a la naturaleza con absoluta entrega
Hasta el 13 de enero puede verse en la Tate Gallery de Londres una exposición titulada “Los Prerrafaelitas: La vanguardia victoriana”. Se trata de una muestra de más de 150 piezas de este grupo de artistas ingleses que se autodenominaban La Hermandad. Fundada en 1848 en la Inglaterra victoriana por Dante Gabriel Rossetti, John Everett Millais, William Morris y Edward Coley Burne-Jones, nació con la intención de cuestionar las enseñanzas y principios estéticos de la Real Academia de las Artes, considerados caducos y encorsetados. Lo que comenzó siendo una reivindicación de la pintura anterior a Rafael, es decir, anterior al manierismo del siglo XVI (de ahí la denominación de prerrafaelitas) se convirtió en una aventura estética realmente interesante y renovadora con unos estrechos lazos entre la literatura y la pintura y una gran fascinación por la historia y los mitos.
Aunque en muchas obras apreciamos un medievalismo que puede parecer retrógrado, incluso reaccionario, fue en varios sentidos el primer movimiento de arte moderno de Inglaterra, anticipándose a algunos presupuestos que más tarde plantearán los artistas simbolistas de la vanguardia histórica.
La exposición muestra la importancia que tuvo la colaboración entre los miembros, y cómo esta forma de trabajar fue un caldo de cultivo apropiado para la desbordante creatividad de los artistas procedentes de diferentes disciplinas y técnicas. El resultado es la creación de obras muy imaginativas en el tratamiento y selección de los temas y de una extraordinaria perfección en la factura. A veces el detallismo en la representación de la realidad puede parecer innecesario para la segunda mitad del siglo XIX: un momento de industrialización, de búsqueda de progreso y de modernidad. Sin embargo, esa minuciosidad le otorga a las obras una atmósfera mítica, espiritual y bella, que nos pone en relación con una búsqueda de pureza llena de simbolismo y multiplicidad de lecturas.
Para la Hermandad era tan importante la pintura como la obra en papel, los diseños para textiles, las vidrieras o la escultura, sin hacer falsas divisiones entre las llamadas bellas artes y las artes decorativas. En este sentido es, también, un movimiento moderno.
Hubo además algunas mujeres que se integraron al grupo (otra novedad) y que participaron de forma creativa. Lizzie Siddal, pasó a la historia como la modelo de la famosa Ofelia de Millais, pero fue artista. Rosa Brett buena dibujante y pintora, que normalmente es recordada en la historia del arte por ser la hermana de John Brett, otro de los integrantes del grupo. Destaca la fotógrafa Julia Margaret Cameron, considerada durante mucho tiempo como una “excéntrica” y que hoy es reconocida como una artista que se acercaba a la realidad de manera poética y poderosa.
En Puerto Rico, el Museo de Arte de Ponce contiene varias obras extraordinarias de este grupo de artistas, la más importante colección que existe fuera de Inglaterra. Una de las más representativas y, seguramente, una de las más impactantes es El sueño del rey Arturo en Avalon, de Edward Coley Burne-Jones, obra de gran envergadura por su tamaño, por los 20 años que le tomó al artista realizarla y por la complejidad del tema. Un paseo detenido por la colección de Ponce nos hará disfrutar de obras como La escuela de la naturaleza, de William Holman Hunt, La viuda romana, de Gabriel Rossetti, La huida de una hereje, de Millais, Sol ardiente de junio de Frederic Leighton. Mirar detenidamente la preciosa serie El rosal silvestre, de Burne Jones nos permitirá entender por qué los prerrafaelistas merecen ser revisitados, en Ponce y en Londres.