Agua, saneamiento y subdesarrollo
explorando la situación ambiental de la Cuenca del Río Fajardo
“El aprovisionamiento de agua y los servicios de saneamiento adecuados (WSS) continúan siendo un requisito esencial para proteger la salud pública, mantener condiciones de vida mínimas y la universalización sustentable de estos servicios a una escala global constituye uno de los mayores retos del Siglo XXI” (Castro y Heller : 2009).
El acceso a un agua potable de calidad y a un sistema de saneamiento efectivo constituyen uno de los derechos esenciales del ser humano. El reclamo de diversos movimientos sociales alrededor del Planeta por hacer realidad esos derechos nos recuerda que en pleno Siglo XXI todavía hay millones de personas sin poder acceder a una cantidad mínima de agua potable al día y muchos más quienes sufren diversos problemas crónicos de salud o mueren debido a la contaminación. En Puerto Rico, los asuntos del agua se manifiestan de distintas maneras a través del territorio. Un ejemplo muy particular es el del Río Fajardo.
En el 2014, el Centro para la Conservación del Paisaje (CCP) realizó una investigación para documentar las principales actividades humanas y los retos ambientales de la Cuenca del Río Fajardo (CRF). La investigación surgió de un esfuerzo de colaboración entre la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y el Servicio Forestal (SF). En esta se aplicó un enfoque y análisis del paisaje que pudiera evaluar las interconexiones entre los ecosistemas terrestres y marinos para adelantar la gestión de las áreas con prioridad de conservación de los arrecifes de coral en las reservas naturales marinas del este y la calidad del ambiente de la cuenca en general. En las siguientes secciones, presento un resumen de los hallazgos de ese trabajo que me parecen más relevantes.
La CRF como paisaje vital para la gestión del agua y conservación de los recursos marinos
Aunque no es un término de uso común, la cuenca hidrográfica es un elemento de análisis central en la gestión del paisaje y del agua. Una cuenca está determinada por la topografía (formas y contornos de la superficie terrestre) de la zona por donde discurre un río y sus afluentes. Esa topografía hace que las aguas que fluyen desde los puntos más altos por ríos secundarios, quebradas y riachuelos puedan conectar con un río principal hasta llegar a desembocar en el mar. El concepto de cuenca hidrográfica es importante porque nos permite reconocer las conexiones ecológicas y sociales en torno a un paisaje en específico y poder atender los retos ambientales resultado de las acciones o actividades humanas sobre ese paisaje.
Mapa 1. Usos del Terreno en la CRF
La Cuenca del Río Fajardo (CRF) comprende unos 66 kilómetros cuadrados de terreno y está localizada entre los municipios de Fajardo y Ceiba (Mapa 1). De estos, 56% de los terrenos están cubiertos de bosques, 20.8% está dedicado a actividades agrícolas y cerca del 10 % a usos residenciales (CCP, 2015). La población estimada de la cuenca es de 36,724 habitantes (ACS Office, 2012). Su conexión directa con El Bosque Nacional El Yunque, La Reserva Natural Arrecifes de la Cordillera y El Bosque de Ceiba evidencia lo fundamental que es esta cuenca para la protección de los ecosistemas acuáticos y terrestres de la región. Pero además, la CRF es clave en la gestión de las aguas del noreste de Puerto Rico ya que tanto la infraestructura de suministro de agua potable, como la de tratamiento de las aguas sanitarias ocurren en la cuenca. Por un lado, el Acueducto Regional del Noreste produce 12 MGD para suplir agua potable a los residentes de Río Grande, Luquillo, Fajardo y partes de Ceiba (Ortíz-Zayas et al. : 2010). Por otro, la Planta de Tratamiento de Aguas Sanitarias de Fajardo procesa las aguas sanitarias de aproximadamente 95,588 residentes de los municipios cercanos (ibid).
Los retos ambientales de la CRF
A pesar de los beneficios ambientales que la CRF ofrece a la población, la calidad de los cuerpos de agua en la cuenca se ha visto amenazada por distintas actividades humanas a través del tiempo. Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), para el 2014 la calidad de agua del río en términos generales (para los usos designados) se encontraba deteriorada (EPA : 2014). De acuerdo con Ortiz-Zayas et al. (2010), los contaminantes derivados de la siembra de caña y producción de azúcar de la Fajardo Sugar Company en combinación con otros problemas de contaminación por aguas sanitarias, y el uso no regulado de agroquímicos precipitaron el deterioro de la calidad del agua del río de 1850-1950. La planta de tratamiento de la la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) construida a finales de los ‘60 constituyó también una de las fuentes principales de contaminación en su momento. El grado de contaminación fue tal que en 1985 la Agencia de Protección Ambiental (EPA) condicionó la operación de la planta de tratamiento debido a violaciones a la Ley de Aguas Limpias (ibid).
Como si fuera poco, en la cuenca también está localizado el Vertedero Municipal de Fajardo, que recibe los desperdicios sólidos de los municipios de Canóvanas, Ceiba, Las Piedras, Trujillo Alto, Loíza, Luquillo, Río Grande y Naguabo. De acuerdo con la Autoridad de Desperdicios Sólidos, en este vertedero se depositan un estimado de 4,095 toneladas de basura a la semana (ADS, 2008). Al menos en dos ocasiones, la Agencia de Protección Ambiental ha llevado acciones legales también por violaciones a la Ley de Aguas Limpias en contra de Landfill Technologies; compañía privada a cargo del manejo del vertedero (CCP, 2015).
Uno de los retos ambientales principales de la CRF tiene que ver con la erosión y sedimentación de los cuerpos de agua. De acuerdo al análisis del CCP, el promedio de producción de sedimentos en la cuenca es de 19.73 toneladas por hectárea por día (CCP, 2015 : 21). Esto se debe a que hay unos puntos críticos en la cuenca donde la combinación de varios factores tales como el tipo de suelo, áreas expuestas sin la suficiente cobertura vegetal, la cercanía al cauce del río, los usos del suelo sin la aplicación de las mejores prácticas de manejo y una topografía de pendientes pronunciadas provoca un serio problema de erosión y sedimentación (ver mapa 2 en dónde se identifican en rojo las áreas que producen más sedimentos). En períodos de lluvia, todo ese sedimento es arrastrado por el agua provocando turbidez, afectando la calidad del agua y la funcionalidad ecológica del río. Además, parte de esa capa de sedimento desemboca en el mar y es llevado por las corrientes marinas a los arrecifes de coral del área causando la degradación de estos ecosistemas y afectando la vida marina en general.
Mapa 2. Zonas críticas de producción de sedimento en el CRF
La agricultura es otro elemento clave en el paisaje de la CRF. En la cuenca hay fincas de producción de leche, ganado, plátanos, tubérculos y otros frutos menores. Interesantemente, la mayoría de las actividades agrícolas coinciden con lo que es el valle aluvial del Río Fajardo (ver mapa 1). La investigación realizada por el CCP apunta a que la coincidencia entre las actividades agrícolas y el valle aluvial representa otro reto de manejo importante debido a que algunas de estas actividades no se están llevando a cabo con las medidas de conservación necesarias. Entre los elementos identificados podemos mencionar el sobrepastoreo del ganado en algunas fincas, el uso desmedido de herbicidas para controlar la vegetación a lo largo de las verjas y caminos y el uso de otros agroquímicos sin emplear prácticas de conservación de suelo apropiadas.
Agua nuestra de cada día
Uno de los problemas más críticos –por sus posibles repercusiones a la salud pública—es la contaminación por aguas sanitarias. Durante más de dos décadas, la AAA opera un sistema de alcantarillado y bombas de transmisión de aguas sanitarias deficiente que contamina el río, el ambiente de la cuenca y pone en riesgo la salud de sus residentes. Tal es el caso de la Barriada Obrera en Fajardo. Los residentes de esta comunidad llevan décadas intentando que el gobierno atienda los desbordes continuos de aguas sanitarias causados por una bomba de transmisión de la AAA que hace tiempo dejó de funcionar de manera adecuada. A menudo, las aguas sanitarias de la comunidad afloran por una especie de manhole al lado del alcantarillado pluvial que las conduce directamente a uno de los tributarios del Río Fajardo (foto abajo).
Foto 1. Desbordes de aguas sanitarias en el sistema de alcantarillado y bombas de transmisión de la AAA
La situación con las bombas de trasmisión de la AAA Fajardo no es nueva. Durante la década los ‘90 la EPA sancionó a la AAA porque las fallas en el sistema de bombas en Barriada Obrera, Fajardo Gardens, Santa Isidra y Villa Marina causaban desbordamientos de aguas sanitarias frecuentes en estas comunidades (EPA : 1999). Me pregunto si estas instituciones de gobierno actuarían con el mismo ninguneo si se tratara de una comunidad en Condado. ¿Cómo es posible que teniendo total conciencia del problema las agencias no actúen de manera contundente y resuelvan el problema de una vez y por todas?
Un caso todavía más increíble es el de la Urbanización Santa Rita. El desarrollista de este proyecto construyó 269 casas y una planta de tratamiento para la urbanización que luego abandonó sin haber completado la conexión sanitaria al sistema de alcantarillados de la AAA. Desde entonces, los vecinos de Santa Rita se quedaron en el limbo y con un serio problema de desbordamientos de aguas sanitarias en su urbanización. Hasta hace poco, esas aguas crudas eran vertidas a un humedal cercano formando literalmente una piscina de excremento en el traspatio del complejo. Los relatos de los residentes de Santa Rita evidencian las fisuras de un modelo de ordenamiento territorial injusto y con serias tendencias a favorecer el sector privado:
“El problema se ha empeorado. Llevamos 13 años en esto, desde que se construyó la urbanización. No tenemos calidad de vida, esta urbanización es de interés social y aquí viven muchas familias jóvenes con niños pequeños que se enferman a cada rato por esta situación. Ni al Gobierno, ni al desarrollador, ni al banco que financió el proyecto les importa la vida de estos niños”, denunció molesta Johanny Llabrés, portavoz de los residentes. (Primera Hora, 2014)
Este problema monumental de contaminación también se refleja en la falta de un sistema de saneamiento integrado y en el pobre funcionamiento de pozos sépticos residenciales en las partes más rurales de la CRF. En muchos casos, los pozos sépticos no están bien diseñados, o están demasiado cercanos a los cuerpos de agua o simplemente se vacían de manera ilegal. Al mismo tiempo para no llenar los pozos sépticos con aguas grises (fregadero, lavamanos, ducha, lavadora) algunos residentes terminan desviando esta agua al terreno o en otros casos directamente a los cuerpos de agua. La concentración de nutrientes en el agua produce un desbalance en el río provocando el crecimiento desmedido de vegetación, reduciendo el oxígeno disuelto en el ecosistema y causando la eutrofización o envejecimiento paulatino de los cuerpos de agua.
Lo más lamentable de todo es que por tratarse de un problema sumamente complejo, multifactorial y poco prioritario para el gobierno, el efecto que esta contaminación puede causar en el ambiente y la salud de sus residentes es incierto. En este momento no existe ningún esfuerzo sostenido para abordar la situación de manera sistémica. La situación de la CRF me recuerda que vivimos entre un coctel de contaminantes y no nos percatamos (o nos hacemos de la vista larga) por la imperceptibilidad del veneno, las múltiples fuentes de contaminación (puntuales y no puntuales), el expertise necesario para detectar esos contaminantes en el ambiente y la dificultad de poder hacer una correlación directa entre el estado del ambiente en que vivimos y nuestra calidad de vida. Pero sobretodo porque los asuntos ambientales siempre han sido asuntos secundarios en la agenda del gobierno, a los asuntos del desarrollo económico. La trama es totalmente política porque el daño sistemático y, en ocasiones, irreversible producido al ambiente es el resultado directo de un ejercicio de toma de decisiones y de poder sobre el paisaje que confundiendo desarrollo con desarrollismo termina perpetrando la injusticia ambiental y la marginación social. En cualquier liga eso se llama subdesarrollo.
Aunque la tarea es titánica, es posible establecer una hoja de ruta hacia la restauración ecológica de la CRF y asegurar la salud pública de sus residentes. Para esto se necesita recobrar el interés por lo político en la arena ambiental y organizar un movimiento de base comunitaria que sirva de contrapeso a las instituciones gubernamentales. Ese movimiento de base debe exigir y participar de la implementación de las medidas de corrección y acciones puntuales para atender de manera efectiva los problemas ambientales más críticos de la CRF. Varias de esas medidas ya se establecen en el plan de manejo de la cuenca que realizó el CCP recientemente. Lo que falta es la voluntad y compromiso de las instituciones concernidas para aplicar las medidas presentadas en el plan. Construir un marco de acción colectiva que trascienda las instituciones tradicionales y permita la configuración de una plataforma de gobernanza multisectorial (tipo consejo de cuenca) integrando los diversos componentes del paisaje, estableciendo medidas de conservación reales y tornando el foco a un modelo de desarrollo económico que realmente respete el ambiente y permita un desarrollo humano integral para la sociedad. De ese modo, comenzamos a honrar el Río.
Referencias:
American Community Survey Office. (2012, October 2). American Community Survey Multiyear Accuracy of the Data (2009-2011 ACS 3-year and 2007-2011 ACS 5-year). Retrieved October 29, 2014,from http://www.census.gov/acs/www/Downloads/data_documentation/Accuracy/MultiyearACS AccuracyofData2011.pdf
Castro, José Esteban y Heller, Leo (2009). Water and sanitation services. Public policy and managment. Earthscan, London.
Centro para la Conservación del Paisaje (2015). Río Fajardo Watershed Management Plan. http://www.ccpaisaje.org/node/25
Environmentral Protection Agency (1999). EPA Proposes $837,500 In Penalties Against PRASA
Environmental Protection Agency (2014). 2014 Waterbody Report for Río Fajardo Estuary. http://ofmpub.epa.gov/waters10/attains_waterbody.control?p_au_id=PREE22A&p_cycle=2014#sources
Ortiz-Zayas, J.R., Terrasa-Soler, J.J., & Urbina, L. (2010). Historic Water Resources Development in The Río Fajardo Watershed, Puerto Rico and Potential Hydrologic Implications of recent Changes in River Management. In: Watersheds: Management, Restoration and Environmental. Editor: Jeremy C. Vaughn, pp. 245-268 Nova Science Publishers.
Primera Hora (2014). Amenaza ambiental en Fajardo. http://www.primerahora.com/noticias/isla/nota/amenazaambientalenfajardo-1027187/
USDA Forest Service. (2014). Forest Plan Assessment El Yunque National Forest. Southern Region, Puerto Rico: El Yunque National Forest.
Swyngedouw, E. (2009). The Political Economy and Political Ecology of the Hydro-Social Cycle. Universities council on Water Resources. Journal of contemporary Water Research and Education. Issue 142. Pp. 56-60, August 2009.