América Latina, Snowden y el espionaje
La acción de “espiar” tal y como la conocíamos, ya no es cosa de agarrar unos binoculares y arrimarse a una ventana a averiguar los secretos de la vecina. El espionaje y su cliché representativo se ha reinventado y fortalecido a sí mismo, bajo la fachada democrática de una información que se hace interpretar como libre y accesible para todos. Sin duda, el atentado terrorista del 11 de septiembre a las Torres Gemelas marcó el inicio de una era de hiper-vigilancia y espionaje, que ya no sólo tenía por norte la seguridad nacional y ciudadana, sino la producción del riesgo y de los miedos. A raíz de la información revelada por Edward Snowden, vale la pena repensar este asunto del espionaje.
La batalla invisible de quién mira a quién y con qué finalidad, desata nuevos miedos en los usuarios digitales. Los robos de números de tarjetas de crédito, de identidad y de fotos personales almacenadas en esa prótesis llamada ordenador son aspectos que se unen a la incertidumbre global de no saber quién tiene el poder de proteger nuestra información.
Es necesario otorgar una nueva definición al concepto de espionaje, ya que ha sido lineal desde siempre al explicarse como: “observar o escuchar a escondidas lo que alguien dice o hace” o “intentar conseguir información secreta de un Estado extranjero o de una empresa de la competencia”.
La realidad es que los medios y modos de acceder a la información privada de determinados países y ciudadanos ha evolucionado. En la actualidad, escuchar, observar y conseguir información secreta es más fácil de lo que pensamos considerando redes sociales como Facebook, Twitter o Tumblr. Y si la información que colocamos en estas redes sociales es parte del ejercicio de la libertad de expresión, ¿por qué algún poder o entidad debe o tiene la labor de controlarla?
El Dr. Lajos Szászdi, analista de asuntos de defensa, seguridad y relaciones internacionales, describe el espionaje como “el tránsito e intercepción de comunicaciones electrónicas”, como una “inteligencia electrónica a base de metadatos, que facilitan la ubicación del blanco de interés que se rastrea”.
En su conferencia titulada “Latinoamérica al descubierto: Snowden, la NSA y el fin de la privacidad”, llevada a cabo el pasado 5 de febrero en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Szásdi planteó que los países latinoamericanos son los que están siendo espiados mayormente y que la NSA (Agencia de Seguridad Nacional, por sus siglas en español) no actúa sola, sino que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, el Pentágono y la CIA colaboran en un proceso de espionaje muy riguroso que ha difuminado por completo los límites de la privacidad. Entre los datos que este experto ha dado a conocer respecto al espionaje, sobresalen los siguientes:
- Las cinco potencias anglosajonas que interceptan y espían son: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y dentro del Pacífico, Australia y Nueva Zelanda. Hay otros países que espían, como Francia, Rusia y China (conocida por sus secretos industriales y redes de espionaje electrónicas), pero los antes mencionados se consideran las potencias dentro de esta materia.
- Las cinco potencias no se espían entre sí, sino que se comparten la información y funcionan como una “gran aspiradora” que le suministra la información a Israel.
- Algunos de los países más espiados son Brasil, México, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Ecuador, Chile, Perú, Panamá, Argentina, Bolivia y Cuba.
- Unos de los 16 centros mundiales de la NSA para recogido de información y espionaje se encuentra ubicado en Brasil.
- La NSA ha tratado de llegar a acuerdos con marcas de servicios de comunicaciones como Claro.
- Enrique Peña Nieto, actual presidente de México, ya era espiado siendo sólo candidato a la presidencia. Sin embargo, las circunstancias (que podríamos llamar miedo) que rigen la relación y los lazos entre Estado Unidos y México han hecho que la alta oficialidad mexicana decida obviar las acusaciones de Snowden para evitar incriminarse, con quien les pueda aplicar mayores sanciones (Estados Unidos). México se ha limitado a realizar protestas de tipo diplomático por miedo a posibles represalias por parte de la supremacía estadounidense.
- En Alemania se interceptan 500,000 millones de llamadas mensualmente. De hecho, la infraestructura de redes de comunicación para poder escuchar la conversación de Ángela Merkel en Alemania, requiere de un poder económico que posibilite el desarrollo de la tecnología necesaria para llevar a cabo dicha actividad de espionaje.
Finalmente, ante el malestar del espionaje por parte de la NSA hacia diversos países, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha planteado varias alternativas, como por ejemplo: que se desarrollen sistemas de correo electrónicos brasileños cifrados, y que se implementen tecnologías y “software” brasileños, de forma tal que no puedan ser penetrados por otros países para propósitos de espionaje. Rousseff propone esto al entender que el problema fundamental es que la mayor parte de los servidores y motores de búsqueda en Internet son generados por los Estados Unidos o pasan por manos estadounidenses.
* Colaboraron en la elaboración de este artículo Camila Frías y Adriana Roig.