Asteroid City

Cartel del film Asteroid City.
El presentador de un programa de televisión (Bryan Cranston) introduce una producción televisada de Asteroid City, una obra del famoso dramaturgo Conrad Earp (Edward Norton) sobre una convención de astronomía para jóvenes en una ciudad del desierto con el mismo nombre. El director Anderson y su cinematógrafo Robert Yeoman combinan el color y el blanco y negro en estas primeras escenas lo que nos induce cierta expectativa por ver el estilo inigualable del director. Entre tanto, lo que vemos nos recuerda más una parodia de Rod Serling y su The Twilight Zone que lo filmes anteriores del cineasta.
La obra teatral es sobre el fotógrafo de guerra Augie Steenbeck (Jason Schwartzman) quien, en un cambio de tiempo y espacio (pero que es parte de la obra), llega temprano a la convención de Junior Stargazer con Woodrow (Jake Ryan), su hijo adolescente y sus tres hijas menores. El auto de Augie se descompone (la escena de la reparación del auto es genial y nos adelanta que cosas “fuera de este mundo han de suceder”) y él llama a su suegro Stanley (Tom Hanks) a quien le pide que venga y ayude a cuidar a los niños.
Hay un secreto macabro que Augie les ha ocultado a los niños: su madre murió recientemente y sus cenizas están en una escudilla de tupperware. Las tres niñas son adorables, aunque ellas mismas dicen que son brujas, y se lo creemos, se dan a la tarea de sepultar las cenizas en el desierto que resulta ser Asteroid City. El mito de que los niños no deben saber de la muerte, mucho menos enterrar las cenizas de su madre, lo hace trizas Anderson sin que nadie derrame la mitad de una lágrima. Hay muchos en la cinta que echan de menos a personas muertas.

Scarlett Johansson es una de las actrices de Asteroid City.
Pronto conocemos a Midge Campbell (Scarlett Johansson, quien se roba la película) una actriz cansada del mundo, pero famosa por su trabajo en obras de teatro televisivas, y a su hija Dinah (Grace Edwards), quien, al igual que Woodrow, será homenajeada en la convención por sus inventos “científicos”. De vez en cuando, y como uno puede predecir en 1955 en el oeste de los Estados Unidos, unas patrullas policiales persiguen a bandidos que, presumimos, han asaltado un banco. También hay explosiones atómicas que dejan su hongo en el paisaje y en las fotos de Augie. De vez en cuando vemos al “corre caminos”, pero no al jacal (¿lo mataría el asteroide?).
No pasa mucho tiempo antes de que se parodie las directrices de una “cuarentena” que ha sido declarada por el presidente y ejecutada por el general de cinco estrellas Grif Gibson (Jeffrey Wright), la astrónomo Dr. Hickenlooper (Tilda Swinton), una serie de detectives encubiertos y tropas de soldados. Las semejanzas al titubeo de los años de la epidemia con Trump son evidentes. Se la añade una pandilla de vaqueros liderada por el cantante Montana (Rupert Friend) a quienes también velan un equipo de agentes encubiertos.
Gibson da la bienvenida a los asistentes a la convención en el cráter de Asteroid City, sobre el que aparece un OVNI; un extraterrestre emerge y roba un fragmento del meteorito que creó el cráter. Augie toma una fotografía del extraterrestre. El presidente y el general Gibson ordenan que la ciudad sea puesta en cuarentena militar, y que los jóvenes observadores de estrellas y sus padres sean sometidos a exámenes médicos y psiquiátricos para medir los efectos potenciales de la exposición extraterrestre (recuerden que si había un ataque atómico, uno se metía debajo del pupitre para protegerse…). Uno de los niños superdotados engaña a un soldado para que le deje poner una moneda en un teléfono público, lo que le permite llamar al periódico de su escuela y transmitir los detalles de la cuarentena y el encubrimiento al mundo exterior. Ciudad Asteroide se convierten en noticia nacional, y un furioso General Gibson se mueve para poner fin a la cuarentena. Sin embargo, justo cuando comienza a declarar concluida la emergencia, hay una sorpresa.
De ahí en adelante la realidad se mezcla con la fantasía de varias formas y vamos descubriendo los secretos más recónditos de los personajes principales de la obra que se han hecho realidad. Los actores que los representan se van convirtiendo en sus personajes y estos completan la obra. ¿Son los personajes del teatro alter egos de los actores? ¿O es al revés? Anderson no nos deja saber. Pero de las escenas en blanco y negro el director vuelve a sus sets de colores estridentes para que veamos cómo algunos se escapan según él nos atrapa en su estilo único e inimitable. Los connoisseurs de la obra de Anderson se deleitarán. Los que se topan con el maestro por primera vez, aprenderán. Después de todo, la pedagogía es uno de los temas del filme.