Hoy, el estado de cosas, requiere con urgencia vincularnos de una manera nueva con la cual traer a nuestro mundo lo más humano del sujeto: el llamado de su inconsciente a no ceder su deseo.
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Hoy, el estado de cosas, requiere con urgencia vincularnos de una manera nueva con la cual traer a nuestro mundo lo más humano del sujeto: el llamado de su inconsciente a no ceder su deseo.
Los actos de protesta que por diez días asombraron al mundo y a sus protagonistas, se transformaron en una pregunta que ya iba tomando un tono inquietante: ¿y ahora, QUÉ?