Cinema Puerto Rico: una antropología visual
Cuando mi amigo Freddie Rodríguez me habló de su intención de hacer un documental sobre el cine puertorriqueño desde un punto de vista antropológico, no tenía claro lo que pretendía pero le dije que contara conmigo. Como todos y todas sabemos, hacer cine en Puerto Rico siempre requiere la complicidad de los amigos y amigas especialmente si son documentales.
Los cineastas siempre estamos hablando del cine puertorriqueño, de la DIVEDCO, del financiamiento, de la tecnología, del cine emergente y de lo que necesitamos o lo que nos sobra para hacer cine. Freddie y Mariel C. Marrero –compañeros de Producciones Zaranda- recogen en su documental esas historias, inquietudes, referentes y reflexiones para que nos adentremos en lo que dicen nuestros filmes.
En el documental, gracias al trabajo de cineastas de principios del siglo XX vemos al Puerto Rico de la época, las miserias, la dureza de los rostros de los trabajadores y trabajadoras, la gracia de niños que juegan entre ellos y con la cámara, la riqueza y los lujos, los políticos locales y los que llegan desde Estados Unidos a administrar la colonia. Y por supuesto allí comienza la discusión del cine como industria lucrativa o creativa. La cantidad de pietaje y gráficas que nos permiten ver ese otro Puerto Rico es hilvanada con entrevistas a cineastas reconocidos y desconocidos, antropólogos e historiadores para lograr una narrativa con distintas voces y perspectivas, como con la narración alterna y contrastada entre la voz de Braulio Castillo e Ineabelle Colón.
El documental deja ver a los realizadores y técnicos mientras realizan las entrevistas, y eso es parte de la reflexión porque nos recuerda que el cine es una elección y una omisión del quehacer social, político y creativo de los que hemos decidido hacer del cine una herramienta para aportar al desarrollo de nuestro país.
A los amantes del cine de la DIVEDCO les adelanto que disfrutarán ver segmentos de películas icónicas y de otras no tan conocidas, editados con la intensión de hacernos reflexionar sobre las preocupaciones del gobierno y de los cineastas de entonces. De la propuesta gubernamental vamos a la propuesta del denominado cine comercial con la exploración de películas como Maruja, La criada mal criada, las de Machuchal y otros, que nos hacen recordar el cine con el que crecimos los baby boomers y que reflejaba las situaciones sociales y políticas como la emigración y hasta la moda a gogó.
Aunque la mirada de los realizadores es bastante cronológica, es claro que no buscan hacer la historia del cine local sino mirarlo antropológicamente, como explica el nombre del documental. Por eso nos llevan del análisis del denominado cine criminal y películas como las de Correa Cotto al auge de los documentales en los años ochenta y las razones de ambas tendencias. Así llegamos al denominado cine de autor y sus inquietudes sociales y políticas.
El documental nos trae al presente el boom de la llamada democratización del cine por el acceso a la tecnología digital y el internet. La diversidad de temas que mueve a los cineastas hoy nos recuerda que hay muchas voces y miradas que son reflejo de la diversidad de intereses y de las inquietudes que nos hacen ser cineastas y público con opciones para identificarnos.
En fin, les recomiendo ver Cinema Puerto Rico: una antropología visual para conocer nuestro cine, las visiones y los “Puerto Ricos” que conviven en nuestras calles, revivir memorias, aceptar retos y entender que el cine es una forma de intervenir socialmente a través de la creatividad y la estética.
[Para presentaciones de este documental puede comunicarse con el director Freddie Rodríguez en: [email protected]]