El observatorio de palabras: voceteo

Soy un hombre bastante compuesto, reservado, privativo… Pero quiero saber cuáles son las claves detrás de lo vulgar, de lo ruin, esa capa que siempre ha estado en la historia de la literatura desde el Satiricón, como la otra cara de lo humano… Y eso lo observo aquí, en mi país. (Luis Rafael Sánchez. (2016). El País.
El Portal lingüístico de la Real Academia Española (RAE) ofrece acceso a distintos espacios virtuales: Dudas rápidas (para aclarar dudas lingüísticas), Juegos y retos (espacio de ludolingüística), Noticias lingüísticas (La vida de las palabras y La palabra del día), Observatorio de palabras (para ofrecer información en torno al léxico vigente del español).La Academia considera útil proporcionar información sobre palabras, acepciones y expresiones «que no aparecen en el diccionario, pero que han generado dudas: neologismos recientes, extranjerismos, tecnicismos, regionalismos, etc.»; no obstante, el que una palabra figure en el nuevo Observatorio de la RAE no garantiza su futura inclusión en el diccionario académico. La inclusión en el Diccionario de la lengua española (DLE) responde, además del uso, a la normativa existente sobre la lengua, el conjunto de criterios lingüísticos que regulan el uso considerado correcto. Es decir, se ofrece información sobre cuánto se usa una palabra y cómo se usa. Cabe mencionar que la utilización por parte de los hablantes, es un criterio cuya existencia se refleja en los diversos diccionarios de uso: el ya clásico Diccionario María Moliner, el Diccionario Clave, que cuenta con un prólogo de Gabriel García Márquez ; el diccionario digital Word Reference.com; el Diccionario de variantes del español.; existen diccionarios que indican desde cuándo existen las palabras(Diccionario histórico del español), sobre su origen (Diccionario Etimológico del Castellano en Línea, DECEL). También, diccionarios que indican dónde se usa la palabra, ubicada en el contexto geográfico (Diccionario de americanismos, DAMER; Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico). Sin embargo, para un acercamiento mayor, tipo close encounter[1], al entorno geográfico Jergas Hispanas recoge diferentes significados en distintos países (coloquialismos y dialectalismos); Así Hablamos.com es un Diccionario de uso del español latinoamericano. Cabe advertir, para aquellos que se adentran en el intríngulis lingüístico que ʺno son todos los que están ni están todos los que sonʺ.
En relación con las palabras y su uso, el término registro, desde el punto de vista lingüístico, se define como el modo de expresarse que se adopta en función de las circunstancias (DLE, RAE). Dichos registros se relacionan con los niveles de lengua utilizados al hablar o escribir. El nivel culto (académico o especializado) es aquel utilizado por las personas instruidas y es el que refleja mayor corrección gramatical; a este nivel corresponden las llamadas “palabras de domingo”. El nivel coloquial de la lengua es el que se utiliza en las conversaciones familiares y en situaciones comunicativas informales; es el nivel más espontáneo y natural, el de las “palabras de diario”. El nivel vulgar se caracteriza por el uso de expresiones estigmatizadas, apartadas de la norma lingüística tales como: *haiga (haya), *habemos (hay), *querramos (queramos); aunque en ocasiones se chispotean (equivocarse, confundirse, Diccionario Abierto de Español). Los niveles de la lengua son los registros utilizados para hablar o escribir, para adecuarse a las circunstancias comunicativas. Estos niveles tienen una estrecha relación con la situación comunicacional y con la competencia comunicativa que tenga el hablante. Según el Centro Virtual Cervantes, CVC, dicha competencia es «la capacidad de una persona para comportarse de manera eficaz y adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un conjunto de reglas que incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética, semántica) como las reglas de uso»[2].
El acto de observar, de examinar atentamente, no se circunscribe a la Real Academia Española (RAE), sino que les compete a todos los usuarios de la lengua, ya que la lengua se nutre del habla, de los que hablan una lengua. Fuera del contexto académico, los hablantes suelen emplear las redes sociales para comentar, dialogar y examinar sobre el uso de las palabras.
El concepto de contexto ha pasado a ocupar un lugar central en el estudio del uso de la lengua. Dentro del contexto de las redes sociales se han publicado mensajes que aluden al ʺvoceteoˮ que de acuerdo con los tuits (voz asentada en español) expresan su inquietud sobre el origen de este neologismo, aparentemente ubicado en Puerto Rico: ¿Es voceteo o boceteo? En el hilo (thread) de mensajes se aclara lo siguiente:
[Según las autoridades policiales], el voceteo ocurre cuando dueños de vehículos modificados se reúnen en lugares preacordados para competir entre sí y demostrar cuál auto, camioneta o autobús posee el equipo de sonido más aparatoso o capaz de generar el más alto registro de decibiles. (2016, Octubre 19).
Si bien se presenta una variedad de opiniones en torno a la escritura ortográfica del término, cabe señalar que en español la b y la v, según la norma linguística, cuentan con una grafía distinta, pero dichas letras se pronuncian igual: «No existe en español diferencia alguna en la pronunciación de las letras b y v» (RAE, DPD).
En torno al origen del término, el consenso que se observa entre los comentarios vertidos por los tuiteros alude, por una parte, a que la palabra ʺvoceteoʺ proviene de altavoz (plural altavoces), conocido en América como altoparlante (RAE, DLE) y también como bocinas. La palabra ʺbocinaʺ viene del latín bucĭna ‘trompeta’, influido por voz y con el sufijo -ina. Por otra parte, se alude a que el ʺvoceteoˮ proviene de las voces reproducidas por las bocinas que se modican para que suenen muy alto. En relación con el lema voz, el verbo vociferar proviene del latín vociferari o vociferare (producir voces o gritos, gritar, reclamar algo a gritos), verbo compuesto de vox, vocis (voz, palabra, grito o llamada) y la raíz del verbo ferre (llevar, producir) (DECEL). Asimismo, en una entrada (post) publicada en la red social Facebook se incluye la siguiente aclaración de la Academia Puertorriqueña de la Lengua sobre el término vocetear: Aunque no está́ recogido en el Diccionario de la lengua española (RAE, DLE), sí aparece vocear:
- tr. Publicar o manifestar con voces algo.
- tr. Llamar a alguien en voz alta o dándole voces.
- tr. Aplaudir o aclamar con voces.
- tr. Nic. Pregonar la venta de un periódico.
- tr. Nic. Levantar la voz a un superior.
- intr. Dar voces o gritos.
Se indica en la entrada mencionada que la palabra, con función de nombre, debe escribirse «voceteo», por estar relacionada con ruidos extremos provenientes de música con letra o a voces.
Sobre la morfología relacionada con la formación de dicha voz, según Santana Suárez, A. et. al. en la publicación Relaciones morfoléxicas sufijales del español:
Sufijo -eo, -ea Sufijo que relaciona sustantivos y adjetivos con sustantivos, adjetivos o verbos. Los sustantivos generalmente son variantes o indican acción relacionada con lo significado por la palabra original ―isleo, muestreo. [Es el caso del neologismo puertorriqueño «voceteo».]
La relación morfoléxica se establece al unir la terminación [eo] a la raíz: Ciren-e → ciren-eo, existen irregularidades que afectan a la raíz: Nazaret → nazar-eo. Entre otras voces coloquiales que siguen una derivación similar figuran: Chinchorrear>.chinchorreo (en Puerto Rico, visitar chinchorros; Dialecto Boricua[3]); Janguear> jangueo (en Puerto Rico, pasar el tiempo con los amigos; Así Hablamos.com); Perrear>perreo (bailar Reggaetón, especialmente cuando se imita el acto sexual al bailar; Así Hablamos.com).
Además de las relaciones que se desprenden de la derivación, abarca otras caracterizadas por tener un punto común en el historial etimológico e incorporar una terminación vinculada desde el punto de vista morfológico y semántico. (Santana Suárez et al). Así, por ejemplo, se considera audición relacionada sufijalmente con oír, aunque audición sea primitiva y posea una raíz distinta de oír. El voceteo se vincula por analogía con otras voces de registro informal, de uso coloquial. El sustantivo sugiere una acción, voce(te)ar, que guarda relación con vociferar.
Entre los comentarios vertidos por usuarios de las redes sociales, se destacan: «Hemos descubierto el ruido imprudente elevado a la categoría de cultura popular. El voceteo rulea. Acaba de convertirse en prioridad en el discurso pùblico. Como si por fin reconociéramos a otro Puerto Rico que pinta fuera de las líneas y con los colores equivocados». (Jacinta Marín, en Facebook, Febrero 2021).
La noción de registro, entendida como el uso lingüístico determinado por el contexto inmediato de producción de un discurso está condicionada por cuatro factores contextuales fundamentalmente: el medio de comunicación (oral o escrito), el tema abordado, los participantes y la intención comunicativa. La forma de expresión lingüística –cuidada o informal, general o específica, etc.– que escoge el hablante responde a cada uno de estos factores.
En lo que respecta al medio de comunicación, Weyler (2021), en la publicación Ruido: una asignatura pendiente en Puerto Rico (Visión, Inc.) indica con respecto al voceteo : «En el caso de voceteo, nombre dado a la cultura de instalar bocinas en un carro, o en las `tumbacocos´, es más complicado. “Hubo casos que llegaron a nivel federal con vehículos de amplificación, y el Tribunal Supremo dijo que no se pueden prohibir, pero sí regular el tiempo y lugar para utilizarlo, porque esos equipos constituyen un “weapon of acoustic agression” (arma de agresión acústica)».
Visión, Inc., Periódico del Oeste (2021, Marzo 12), en cita de José Alicea, consultor ambiental y perito en bioacústica, acústica ambiental y ruido urbano, menciona que Puerto Rico cuenta con una larga tradición en materia de control de ruidos, «En Puerto Rico, el ruido toma una perspectiva legal bajo la Ley de delitos contra la paz pública de 1940. Se empezó a tomar en cuenta, porque el país empezaba a salir de una cultura agrícola y entrar a una cultura industrial: empiezan a aparecer vehículos, maquinaria, amplificación de sonido, etc. Cuando esa sociedad percibe que el ruido se sale de control, hacen esa ley, la cual sigue vigente». A pesar de contar con una regulación en contra del ruido excesivo, falta por aplicar dichas normas[4].
Entre las fuentes acústicas mencionadas como productoras de ruidos se destaca el tumbacocos, cuyo nombre alude políticamente a un vehículo utilizado originalmente como medio de campaña en contra del Partido Nuevo Progresista (PNP), cuyo símbolo es la palma. Dicho vehículo carga parlantes de alta potencia, también denominado ˮunidad móvilˮ. De acuerdo con el sitio web Servicios de Audio (https://tumbacocos.com/): «Este sistema de sonido está formado por varias partes : el vehículo, una cantidad variable de parlantes, un generador eléctrico, un amplificador, componentes varios de audio como ecualizadores, reproductores de audio de cassettes y CD, de MP3, WMA y mucho más». Según se indica, los tumbacocos pueden ser utilizados para : anuncios, campañas, conciertos, rallys.
Aunque el ruido excesivo esté regulado por ley, todavía falta atajar el problema que se presenta como un reto. A pesar de lo nocivo de su presencia, son muchas las fuentes acústicas que en el diario vivir perturban la tranquilidad y ponen en peligro la sana convivencia y la paz ambiental: los carros con bocinas a todo volumen o sin silenciadores, las tumbacocos con bocinas o altavoces de gran tamaño y extrema potencia del volumen, los vecinos que no controlan los horarios durante las obras de construcción ni el ruido estrepitoso de la música que ponen los trabajadores de las obras. Tampoco se regula el horario de uso de los generadores de electricidad (plantas eléctricas) cuyo ruido resulta ensordecedor y expelen gases que contaminan.
Además del medio de comunicación, el uso lingüístico tiene capacidad para configurar una singular situación de comunicación; esto es, la elección de un registro por parte del hablante puede crear un contexto intencionado: una relación particular con el destinatario (de cercanía o lejanía), una perspectiva concreta de interacción (léxico de especialidad o más corriente), un marco de interacción ajustado a sus intereses, etc. Este aspecto pone en cuestión la correspondencia entre variables contextuales y variables lingüísticas. Las variaciones contextuales, se refieren a las variantes en el lenguaje de un mismo hablante de acuerdo con el contexto en el que se esté expresando. Es así como surge el voceteo, vinculado a otras voces de registro coloquial: chinchorreo, perreo, etc. Podría así postularse que donde hay voceteo hay yalería [de yale, yal] ; aunque no son sinónimos, pero se relacionan entre sí. Según el Diccionario Abierto, gial [yal], en Puerto Rico se utiliza pero con la pronunciación Yal y se refiere a una mujer, cafre, mal hablada, sin educación, malcriada, ridícula.[5]. De acuerdo con Así Hablamos.com, Yal, en Puerto Rico, se refiere a muchacha, mujer, chamaca; también mujer cafre o ridícula. Se detaca, en ambos diccionarios consultados, que para Puerto Rico se excluye la acepción de ʺdamaʺ. Podría incluso postularse que el chinchorreo (en menor grado), junto con el perreo y el voceteo se miran desde un punto de vista ʺcafretónʺ (de cafre. Persona de baja estofa, falta modales o educación con una actitud vulgar y que expresa mal gusto. Así Hablamos.com).
Mientras algunos aluden en contra del voceteo «Es que es música bien alta, al extremo de que molesta. Y muchos ponen canciones vulgares que incomodan a la gente con muchísima razón»[6]. Del mismo modo, coincide la opinión del siguiente tuitazo: «No más voceteo playero de esas enormes y ridículas bocinas salen ruidos y canciones vulgares que rompen los tímpanos de los bañistas». Los voceteros, levantan su voz a favor: «José Hernández es un vocetero –como se le conoce a los aficionados del voceteo– de corazón. Su afición por los sonidos emitidos del radio de los carros surgió hace muchos años, porque su papa tenía un equipo en su vehículo». Los “musicólogos” –como también se autodenominan en el ambiente a los aficionados– realizan competencias en las que se evalúa cuál auto emite diferentes sonidos, tomando en consideración la voz de la canción seleccionada.
En referencia al empleo de la lengua en tanto que práctica social, se destaca de este modo la que se concibe como su función fundamental, que es la comunicación. El uso aporta una perspectiva funcional, cuyo objeto de estudio es la lengua en su contexto, en situaciones reales de comunicación. Sin duda alguna, el voceteo se ha incorporado en el léxico puertorriqueño; la palabra ha sido observada y apalabrada.
Referencias
Carreras Ruidavet, F. J.; Pérez Aguilar, J. R.; Rodríguez, G.; Santana Suárez, O. (2003). Relaciones morfoléxicas sufijales en español. Procesamiento del Lenguaje Natural, 30: 1-73. [en línea, Web]. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/39435580_Relaciones_morfolexicas_sufijales_del_espanol
Centro Virtual Cervantes. Registro. En: Diccionario de términos clave de ELE. [En línea, Web]. Disponible en: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/registro.htm
Etimología de vociferar. (2021) En: Diccionario Etimológico Castellano en Línea, DECEL. [En línea, Web]. Disponible en: http://etimologias.dechile.net/?vociferar
López Jiménez, I. E. (2020, Junio 5). Mirando por el ojo de la cerradura: Yal. 80 grados. [En línea, Web]. Disponible en: https://www.80grados.net/mirando-por-el-ojo-de-la-cerradura-la-yal/
Real Academia Española. (2005). Diccionario panhispánico de dudas. Bogotá, Colombia: Santillana, Ediciones Generales, S. L.
Rodríguez Pons, L. (2018, enero 16). Te juro que la b y la v se pronuncian igual. Lengua, Verne. El País. [En línea, Web]. Disponible en: https://verne.elpais.com/verne/2018/01/14/articulo/1515946828_423969.html
Schmid, D. (2011). Percepción y actitud lingüística: el castellano serrano en contraste con el castellano costeño. En: E- Crit. 145-57. [En línea, Web]. Disponible en: http://e-crit3224.univ-fcomte.fr/download/3224-ecrit/document/numero_6/11.-de–sire–e-schmid_def-1.pdf
Weyler, V. (2021), marzo 12. El ruido: una asignatura pendiente en Puerto Rico. Visión, Inc. El Periódico del Oeste. [En Línea, Web]. Disponible en: http://periodicovision.com/ruido-una-asignatura-pendiente-en-puerto-rico/
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[1] En alusión a la película de ciencia ficción de Steven Spiellberg, 1977, Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la tercera fase, en España y Encuentros cercanos del tercer tipo, en Hispanoamérica).
[2] CVC, Diccionario de términos clave de ELE. Disponible en: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/competenciacomunicativa.htm
[3] https://dialectoboricua.com/2013/07/06/chinchorro/
[4] http://periodicovision.com/ruido-una-asignatura-pendiente-en-puerto-rico/
[5] https://www.significadode.org/gial.htm
[6] https://www.primerahora.com/noticias/gobierno-politica/notas/voceteo-modalidad-de-musica-a-to-volumen-que-trae-locos-a-los-alcaldes/