El oráculo y el referéndum
De entrada una reducción del número de legisladores tiene un atractivo innegable, superable sólo por una eliminación total. Pero si elimino la legislatura me van a tildar de fascista, así que veamos sólo la reducción. El problema es que un SÍ en cualquier referéndum va a ser apropiado y abusado por el gobierno de turno que sea, sin importar apodos ni colores políticos. Y aunque escribo esto desde el pasado, sin saber cuál va a ser el resultado, mientras que ustedes, mis lectores, sí lo sabrán, ello no me prohíbe atentar una aproximación a la disyuntiva, ni pronosticar algunas tendencias.
Juúm… ahora que lo pienso, para poder hacer un análisis digno de lectura, habría primero que atender este asunto de lo irrelevantes que son los colores políticos boricuas. Si cierto es que el azul tiene unos matices espeluznantes en cuanto a lo que se propone para este (is)lote caribeño, en estrictos términos de propiedad, también es cierto que la falta de espíritu o alma en el verde y el rojo recompensan y balancean el asunto. Sí, lamentablemente en Puerto Rico lo mismo da azul que rojo que verde. Parecería contra-intuitivo (bienvenido el anglicismo), pero en el fondo, me pregunto cuán diferente sería un gobierno pipiolo de uno penepé; el gobierno popular ya lo hemos visto y podemos constatar la diferencia superficial que tiene del penepé, que es en el mejor de los casos cosmética.
Y es que sospecho que a la hora de los mameyes son todos populares, o sea, pro-colonia. Me explico, los estadistas sólo quieren jugar en el capitolio federal, pero sin sacrificar nada más, a lo sumo el lenguaje, y eso lo dicen sólo para complacer a los poderes yanquis ya que saben que nunca tendría éxito un programa de erradicación del español. Los pipiolos podrán soñar con la soltura filosófica de la libertad, pero sólo si los yanquis nos la ceden o la avalan. Eso para mí no es libertad, es permiso. Yo prefiero pedir perdón, ya lo he dicho antes.
Entonces, ¿qué nos queda? Mentiras, papá, mentiras.
Ya que si la médula dizque ósea de estos partidos es pura palabra y nada más, el resto, por definición, es todo embuste. Yo no les creo nada ya, a ninguno. A los muertos, tal vez. Pero el dilema dominguero sigue problematizado y exige, supongo, sendas negativas. No y no y que se dejen ya de pendejadas. Lo que tienen que hacer es gobernar al país, pero ninguno se atreve. Lo que hacen es administrar como mediocres, robando cuando pueden y prometiendo lo que sea. A nivel nacional, se comportan como puros adictos, al poder. Hacen lo que sea por retener un escaño o quitárselo al de al lado. Igualito que un adicto callejero, de semáforo, pero buscando una cura más elusiva y muchísimo más cara.
Mientras tanto, se juegan el futuro fiscal de la isla, se fututean los recursos y se reparten los bacalaítos entre panas. Parece una maldita high school flotante. Por eso digo que prefiero eliminar la legislatura por completo, sacarla de cuajo hasta el ñuco, como la mala hierba que es. Pero eso, dicen, es imposible, poco realista y anti-pragmático.
Eso, digo yo, es libertad. Hay que arrancar este cáncer gubernamental metastásico y empezar de nuevo, desde cero. Y eso sólo se puede siendo libre y soberano, de verdad. En cuanto al referéndum, blaj… más de lo mismo: palo si boga y palo si no boga. Sí o no, perdemos igual porque siguen ellos allí, encima de nosotros. En fin, independientemente del resultado habrá políticos de un lado y el otro que lo utilicen como pretexto para sus acostumbradas fechorías.
Y en lo que el hacha va y viene y se llena de sangre, yo seguiré soñando en suelo ajeno con el regreso a mi país que todavía no existe.
Posdata: Para aquellos que a pesar de todas las estadísticas relevantes cometan el desafío de llegar a leer hasta aquí, les brindo una mirada profética al futuro. Aunque no sé cuál pueda ser el resultado del domingo, hay un libro que sí me lo puede decir, o por lo menos ilustrarnos sobre las posibilidades.
Pues sacudo las monedas y le pregunto al Yi-Ching qué pasará al respecto del referéndum que aquí nos une y nos desune. Como siempre, la sabiduría milenaria del Yi-Ching es incapaz de jugar politiquerías y nos la canta tal y como es. Veamos…
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Hexagrama 30, Lo que se adhiere, el fuego
Fuego sobre Fuego
El Yi-Ching contiene conocimientos antiguos y accede a las áreas más profundas de nuestra psiquis. Por esta razón, es imposible entrar en la minucia de lo que representa este hexagrama ‘gemelo’ compuesto por el mismo trigrama dos veces. Además, la presencia de dos líneas mutantes nos llevan al próximo hexagrama, también gemelo, el número 52, montaña sobre montaña, el miedo silencioso.
Pero una cosa a la vez. Del primer hexagrama y su línea mutante en el primer lugar, obtenemos la siguiente cita de la traducción de Wilhelm: “Es importante conservar en este momento la compostura interna y no permitir ser arrastrado por el bullicio de la vida”. Para mí está claro, los boricuas no permitirán que los arrastre la propaganda de los que quieren empujar su agenda a toda costa. No y No, dirán. El Yi-Ching lo dice, con esta particular negativa llegamos al próximo hexagrama, el 52, la Serenidad.
Y si pasa el referéndum, entonces ya entiendo a qué “miedo silencioso” se refiere.