¡Estudiantes!
Ustedes son libres y visionarios. Por su condición y su juventud, no mantienen el grueso de las ataduras, reales o psicológicas, que mantenemos los que vivimos amarrados por nuestras carreras, nuestras hipotecas, nuestras obligaciones familiares, nuestros patronos, nuestras apariencias o hasta por nuestras zonas de confort. Desde su libertad ustedes son capaces de visualizar un país nuevo, con prioridades y preocupaciones distintas a las que nos impone la lógica del capital financiero internacional. No hagan caso de quienes, objetiva y subjetivamente, somos menos libres y visionarios que ustedes.
Ustedes son valientes y tenaces. Cargan orgullosamente el estandarte de la fe, la bravura y la determinación que escasean el país. Ustedes se atreven a enfrentar a quienes nos abusan como pueblo y mantienen una agenda para la destrucción de nuestra nación; mientras otros pusilánimemente se rinden, se someten, se desentienden o se callan. No hagan caso de quienes desde nuestros miedos, resignación, cansancio o derrotas, cínicamente los invitemos a desistir.
Ustedes son democráticos e inclusivos. Han demostrado que como pueblo, aún somos capaces de conversar entre nosotros, poniendo de lado nuestros intereses inmediatos y superando la frivolidad de tantas de las diferencias que quienes buscan oprimirnos han cultivado entre nosotros. No hagan caso a quienes en nuestra arrogancia y autoritarismo pretendemos imponer opiniones sin haber estado dispuestos a darle una oportunidad a la de los demás, acostumbrados a escucharnos y representarnos solo a nosotros mismos. No hagan caso a quienes les hablamos desde nuestros prejuicios, sectarismos, fanatismos y resentimientos, ni a los que no estamos dispuestos a subsumir nuestra individualidad como una fuerza mas dentro de un colectivo organizado.
Ustedes son solidarios y desprendidos. A pesar de que son consientes de que su educación universitaria los posicionará individualmente en una situación mas favorable que la de la inmensa mayoría de nuestros paisanos para enfrentar la miseria prometida al país; han sabido ponerse del lado de los más débiles y vulnerables, haciendo suya la causa del pueblo y la defensa de su Universidad. Nos están advirtiendo que un país que abandona y desconoce a los mas débiles, o que les cierra las oportunidades, es un país sin alma en camino hacia su propia desintegración. No hagan caso de quienes luego de traicionar o vender al país, desde sus privilegios les conminan a salvarse cada uno individualmente, dándole las espalda al sufrimiento de su comunidad.
Ustedes son el país. Desde sus diversas perspectivas han sabido unirse para afirmar el derecho de los puertorriqueños a la dignidad y la vida. Ya dijo Albizu que a los pueblos los representan quienes los afirman, no quienes los niegan. Ustedes con su resistencia se han alzado para defender nuestros derechos colectivos de existir y sobrevivir, los cual están siendo amenazados en estos momento. No hagan caso de quienes se alían con la muerte y la desaparición de nuestro pueblo.
Y cuando les insistan en que “sabe más el Diablo por viejo que por Diablo”, entiendan que ello puede ser verdad, pero no por sabio, sus intenciones dejan de ser malvadas.