Etnografía del hostigamiento: Sobre las memorias de Joseph F. Delgado
No creo que tengamos en Puerto Rico un libro como este o, si lo tenemos, no lo conozco. Este es un libro importante o, mejor, este es un libro que importa. Más allá de sus fallas y sus mérito – los que tiene, sin duda – y, sobre todo, más allá de sus intenciones – que a veces son chocantes porque parecen bordear en la venganza y porque desacralizan arquetipos venerados en nuestra cultura –, este libro importa porque nos ofrece algo que otros no se han atrevido a darnos: un testimonio – crudo y doloroso – del hostigamiento del que son víctimas los niños y adolescentes a los que la sociedad imponen el desprestigio de la diferencia, la marca de deshonra del afeminamiento, el amplio sambenito en que se engloba lo que en el término vulgar que simple y sencillamente se concreta en la palabra pato.
Joseph F. Delgado – el nombre parece una especie de seudónimo – ofrece en Coming of queer age in Puerto Rico: the curse of memory (Columbia, Carolina del Sur, Grupo Ciudad Gris, 2017) unas memorias donde reconstruye su vida desde la infancia a la adolescencia, específicamente hasta que se gradúa de escuela superior y puede irse de Puerto Rico, puede lograr huir de sus hostigadores. El libro, como toda memoria, intenta recrear momentos de la vida de su autor. Y sabemos que la memoria puede ser y es selectiva. Pero aquí se recogen tantos detalles que el texto se puede leer como un ejercicio de etnografía, más que como uno de escritura del yo. Así prefiero leerlo, aunque sé que hay otras maneras de hacerlo. El libro se puede leer, por ejemplo, desde la perspectiva de la creación literaria y así, como artefacto estético, revela el talento narrativo del autor. Se puede leer también desde la perspectiva sicoanalítica; visto desde ese ángulo, el libro es una mina para los interesados en el estudio de las relaciones de un niño aislado y marcado por otros y por su propia familia, que, en este caso, poco tiene de idílica. Esta lectura sería particularmente rica por la desacralización del mito de la madre que se da en la obra. Pero esos posibles y válidos acercamientos no me interesan, no me atraen. Prefiero acercarme al libro como un documento antropológico, como un testimonio del hostigamiento que sufre un niño marcado por su familia y, sobre todo, por la sociedad en la que vive.
Al comenzar la lectura de la memorias de Delgado me imaginé que, aunque tuviesen una base autobiográfica, el autor encubría a los personajes de sus memorias con nombres falsos. Pero poco a poco fui descubriendo que los nombres de las personas que aparecen en el texto son reales. Hay casos en que el autor reproduce fotos de su infancia y, sobre todo, de su adolescencia, específicamente imágenes sacadas del anuario de su escuela superior. Para mí el descubrimiento de la veracidad de los datos que se ofrecen o, al menos, de la existencia concreta de los personajes que pueblan el libro culminó cuando hallé en el mismo el nombre de una persona que conocí de niño, de un amigo de mi familia. En Coming of queer age in Puerto Rico…, pues, nos enfrentamos a la vida del autor de forma concreta y, a juzgar por los datos que se nos ofrecen, afrontamos su dolorosa vida pueblerina vista por los ojos de un niño marcado por los otros por ser distinto y, por ende, por ser fácil objeto de burlas y, sobre todo, por ser para los otros abyecto.
Delgado narra con detalles y de forma en que logra captar el constante y angustiante hostigamiento que sufrió por ser distinto, por ser homosexual. Pero lo más importante para mí del libro es que su caso no es único ni aislado. En el libro se narran hechos que hemos sufrido muchos, con mayor o menor intensidad. Para mí ese es el gran mérito de este libro: detallar y concretar patrones de conducta social que impactan a muchos niños como el protagonista. Y esos patrones revelan la hipocresía de nuestra sociedad machista, sociedad que condena al niño débil o afeminado pero que se vale de él para implantar con un ejemplo negativo sus normas ideales de conducta y para que, a la vez, otros niños y adultos se aprovechen de su diferencia sexual. Por ello mismo, mi lectura no se centra en el individuo que narra sino en este como representante de muchos otros. Por ello veo en el texto un intento de documentar esos intolerantes comportamientos colectivos; por eso mismo hablo de una etnografía o un ejercicio etnográfico que capta el hostigamiento sufrido por esos niños y adolescentes.
Delgado cuenta su propia historia pero la misma es una como muchas, aunque en ciertos aspectos la suya es única y ejemplar. Mi intención como lector me lleva a descartar – aunque no a ignorar – los nombres y las fotos que se nos ofrecen ya que concentrarme en ello me haría ver el libro como la venganza de Delgado contra los que en su infancia y adolescencia lo humillaron, lo hostigaron, lo torturaron. En otras palabras, al leer Coming of queer age in Puerto Rico… trato de ver al autor-protagonista como una especie de “Everyman” homosexual que revela y documenta patrones de conducta que hay que documentar y que no se había hecho con tanto detalle como hasta ahora se hace en estas memorias.
Pero es imposible ignorar lo personal en este libro; el género literario mismo que adopta es la memoria y este, por su naturaleza, tiene que ser personal, individual. Por ello leemos el libro como el triunfo del protagonista sobre sus hostigadores. Vemos, según leemos las memorias de Delgado, las estrategias de sobrevivencia del protagonista, “las tretas del débil”, para usar el título de un conocido ensayo sobre otro texto autobiográfico. El protagonista de estas memorias siente – como tantos otros que hemos tenido que recurrir al “sexilio” – que tiene que huir de la sociedad pueblerina que lo acosa. Y, por suerte, logra salvarse y florecer en otro ambiente: la escritura de estas memorias es prueba de ello. Pero el énfasis de estas no recaen en las estrategias de sobrevivencia y salvación sino en el horror del hostigamiento, en el dolor de la tortura. Es, para mí, la documentación de lo que el autor-protagonista sufrió lo que más importa y es esta documentación la contribución mayor de su obra. Recalco que más que como documento de una vida individual leo el texto como muestra de la vida que muchos hemos tenido que sufrir y que, por suerte y por esfuerzo propio, hemos superado.
No creo que tengamos en Puerto Rico un libro como este o, si lo hay, no lo conocía. Me alegra haberlo hallado y leído, aunque su lectura haya sido dolorosa por lo que nos hace revivir a algunos. Por ello creo que su traducción o la publicación de una versión en español sería una contribución de mucha importancia al estudio de nuestra cultura gay y, más aún, al de los horrores que produce el machismo en nuestra sociedad. Así es ya que Delgado nos ofrece una necesaria etnografía del hostigamientos que muchos hemos sufrido.